“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

Mostrando las entradas con la etiqueta Corrupción. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Corrupción. Mostrar todas las entradas

11/8/13

Transparencia vs. corrupción

Gustavo Márquez Marín  [Especial para La Página]  La corrupción es inmanente al capitalismo porque su esencia es la expropiación del producto del trabajo por el capital y la “ética de la ganancia”  que solo atiende al principio de producir para obtener “el máximo beneficio al mínimo costo”, aunque ello conduzca a la destrucción de la humanidad misma. La erradicación de la corrupción solo será posible en una sociedad poscapitalista, en la cual se supere la contradicción capital-trabajo y el Estado realmente esté al servicio del bien común. Sin embargo, en el proceso de transición hacia la sociedad socialista, deben crearse las condiciones para el surgimiento de una nueva Ética, fundada en valores humanistas y en una conciencia social crítica  que deje atrás el individualismo liberal burgués y en una cultura robinsoniana del servidor público. 

30/4/13

Silvio Berlusconi (Italia) & Horacio Cártes (Paraguay) / La política y la corrupción orgánica

Esteban Valenti

Vuelvo sobre el tema. Hace pocas semanas escribí casi sobre el mismo tema, con una pequeña diferencia: ahora Horacio Cartes es el Presidente electo del Paraguay y Berlusconi se apuntó otra victoria política con la reelección de Giorgio Napolitano como Presidente de la República en Italia. Aparentemente son dos cosas muy diferentes. Aparentemente.

Comencemos por lo más complejo. Giorgio Napolitano fue reelegido, es un ex comunista, dirigente en su momento del Partido Democrático, intachable, garante de la legalidad del país y una figura de primer plano en Italia y en Europa. Es la primera vez en la historia de la República Italiana que se reelige un presidente, y es por la tremenda crisis política que tiene bloqueado el país, en medio de la peor crisis económica y social desde la posguerra.