“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

16/3/09

¿Por qué debemos agarrar a "El Matacuras" antes de que se vaya



En muy pocas ocasiones ha aparecido en el panorama político venezolano un personaje de la catadura y de la caradura que exhibe alguien que anteriormente era conocido como Leopoldo Castillo y que ahora todo el mundo sólo reconoce como “El Matacuras”. Con una trayectoria política que comenzó como militante del partido Copei, aprovechó la ocasión que le brindó el gobierno de Luis Herrera Campins para demostrar quién era realmente. ¡Y vaya que lo hizo!

Fue en El Salvador donde logró su “consagración”. Fue tan hábil que pronto se ganó la “confianza” de la CIA y de los Escuadrones de la Muerte. No es mi intención en esta corta nota desmenuzar el currículo de vida de “El Matacuras”, sólo quiero poner en relieve que fue tanta la intromisión de este oscuro personaje en la confrontación bélica en ese país, que pronto se vio envuelto en los más horrendos crímenes de los cuales se tengan noticias y que de los que se ha hablado suficientemente. ¿Cómo es posible que ese asqueroso y siniestro personaje tengamos que verlo tan sonriente por las pantallas de televisión sin que aparente tener arrepentimiento de sus actos?

En España se está promoviendo una causa en la que seguramente tendrá que declarar “El Matacuras” y cuando ello se produzca, no tenemos la menor duda que huirá cobardemente al refugio de todos estos delincuentes como es la ciudad de Miami, en la que tendrá toda la protección de sus empleadores de entonces.

Tampoco descartamos que “El Matacuras” sea juzgado en El Salvador. El nuevo gobierno de Mauricio Funes y el “Frente de Liberación Nacional Farabundo Martí” (FMLN) no puede tender un manto de olvido sobre los crímenes que durante tantos años se llevaron a cabo contra ese pueblo.

Por eso, ante el evidente e inminente juzgamiento de este rastrero y cobarde delincuente, justo es que busquemos la manera de ponerlo “a buen recaudo” para que no pueda tener la oportunidad de poner los pies en polvorosa. Motivos más que suficientes tiene el Ministerio Público para actuar.