Será que Manuel Rosales no se ha dado cuenta todavía, y los secuaces suyos que lo saben no se lo han dicho, que José María Aznar es en España del Partido Popular, del cual fue dirigente y con su apoyo, Presidente del Gobierno. Será que cierta oposición no se ha dado cuenta todavía que tanto Primero Justicia como Copei –que ahora ha dado en llamarse también Partido Popular–, son franquicias de ese partido, de la más rancia derecha española y en el que se aglutinaron todos los huérfanos y viudas del franquismo; y no se ha dado cuenta todavía que si fallaron en la aplicación del Pacto de Puerto Rico, con toda la ayuda económica del Imperio, de nada le van a servir los consejos que eventualmente le pueda suministrar un fracasado y mediocre (¿redundancia?) como José María Aznar, que está ahora en un círculo muy particular, el de los convertidos en polvo cósmico, del cual también forman parte George Bush y Tony Blair.
Que me perdone Dios, que me perdone, el maestro Agustín Lara por abusar con la letra de su inmortal canción Madrid, obligado a ello porque los alacranes de la Oposición se trasladaron a esa ciudad para ejecutar el baile llamado chotis, que es una danza en la cual las parejas muy lentamente dan tres pasos a la izquierda, tres a la derecha y luego unas vueltas muy particulares, que sólo unos atrevidos bailarines españoles lo podrían hacer hoy día. Sin embargo, lo más granado de nuestra mediocridad política no tuvo el menor empacho de hacer el ridículo y aceptar el “requiebro” de Aznar.
En Madrid se dieron cita el presidente de Primero Justicia, Julio Borges; el presidente de Un Nuevo Tiempo, Omar Barboza (enviado de Manuel Rosales) y el presidente de Copei, Luis Ignacio Planas, con el objeto de recibir instrucciones del personajillo de marras para "hacer frente democráticamente a los regímenes autoritarios" en vista de “… los atropellos constitucionales que lidera el denominado socialismo del siglo XXI”. El objetivo es claro, es el de luchar contra "… quienes pretenden implantar en Iberoamérica el socialismo, que ahora llaman del siglo XXI, [con el que] buscan establecer alianzas estratégicas con naciones no democráticas", para lo que se propusieron seguir “una agenda política”, con la cual seguramente piensan acabar con Hugo Chávez y el proceso de cambios que vive Venezuela.
Es sintomático que a la cita no hayan asistido ni Alberto Federico Ravell (Globovisión) ni Henry Ramos Allup. El primero seguramente todavía no ha digerido el “vainón” que le echó aquel muchacho del canal de televisión Ávila TV, a su regreso de una reunión en la que se conformó el “Pacto de Puerto Rico”, y de la que seguramente no se ha repuesto todavía. Del segundo, porque presumo yo, no quiere ir a reuniones con lechuguinos y petimetres y no cayó en la tentación “…por tantas cosas buenas que soñamos desde aquí.”
Si no han podido con Chávez en Venezuela, ¿cómo es eso que van a armar una “agenda política” con Aznar para acabar con él? Creo que con Aznar no pasarán de los consabidos consejos, pero de dinero, éste debe estar por otro lado, porque es proverbial su tacañería y su voracidad por la moneda gringa. Pero andan en algo y no los vamos a perder de vista. Ya se demostró cómo Aznar estuvo metido hasta el cuello en el golpe de abril del 2002. Mas, los tiempos cambian y Aznar no es ni siquiera el jefe del Partido Popular y su sucesor, Mariano Rajoy lo quiere… pero muy lejos.
A los que siguen conspirando desde el exterior contra su propio país, a los vendepatria de siempre les diremos, con don Agustín que van “…a ver lo que es canela fina”, porque la verdadera tremolina se va a armar no en Madrid, sino en nuestro país.