El gobierno italiano tecnócrata [y neoliberal] presidido por
Mario Monti, además de intentar solucionar la crisis (no parece que le vaya muy
bien pues la prima de riesgo está en 374, muy por encima de la española, que no
es precisamente el ejemplo a comparar), parece tener otro cometido: Insultar y
vilipendiar a los jóvenes italianos.
El paro en Italia, como en casi toda Europa, ataca
fundamentalmente a los jóvenes. Y naturalmente lo más fácil no es crear
empleos, sino precarizar los mismos y establecer condiciones leoninas para los
que quieran entrar en el mercado laboral. Condiciones miserables: trabajo
precario, sueldo bajo y movilidad funcional y geográfica, a discreción (de la
empresa, naturalmente). Con estas condiciones que está imponiendo este gobierno (el
primer gobierno desde hace sesenta años que no ha salido de las urnas y ha sido
impuesto) pretenden además que los jóvenes italianos estén contentos, que estén
domesticados y que rindan pleitesía a quienes les ofrecen tamaña bicoca.
Como quiera que estas medidas, al parecer no han gustado
entre la juventud, el gobierno tecnócrata ha decidido pasar a la vejación. Y
entonces el presidente Monti, hace unos días dijo que los jóvenes tenían que
acostumbrarse a no tener un puesto de trabajo fijo, que eso era monótono y que
era mucho más bonito cambiar, tener nuevos desafíos…
La tasa de desempleo de Italia se situó en noviembre de 2011
en el 8,6 %,, además, el índice de desempleo juvenil (que comprende a
trabajadores de entre 15 y 24 años) se situó en noviembre en un 30,1 %. La tasa
de desempleo masculino se situó en el 7,6 %, mientras que el paro femenino
quedó en un 9,9 % .