“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

12/10/12

Entre la evolución y la revolución

Entre la evolución y la revolución: la long durée de la felicidad humana
✆ Jon Juanma
Jon Juanma

Especial para La Página
Después de casi 4 años sin realizar una “gran” óleo, es para mí una alegría muy grande poder compartir con vosotros mi última creación. El título de la misma es ‘Entre la evolución y la revolución: la long durée de la felicidad humana’. Deseo que la pintura sea de vuestro agrado.

Jon Juanma
En esta obra he querido “hablar” de la evolución del homínido, los antecedentes del ser humano, nuestras semejanzas con chimpancés y bonobos, etc. Ello como principio. Y dentro del largo camino de la evolución, la revolución como fin y necesaria (r) evolución (nueva evolución) del homo sapiens. En la pintura intento expresar la necesidad urgente del socialismo para la raza humana, que es una, tal y como señalan los antropólogos progresistas. Por ello, por encima de supuestas razas y nacionalidades, que la más de las veces se utilizan como barreras semióticas para separarnos de nuestros objetivos compartidos, he intentado subrayar la unidad del género humano y su necesario camino hacia la liberación. Su vía hacia la sociedad donde ya no competiremos lxs unxs con lxs otrxs sino que caminaremos juntos hacia la mayor libertad posible y el fin de la opresión.

Y entre medías la felicidad, con y sin ironía. Felicidad atrapada en nuestra tensión permanente entre nuestra parte animal, irracional y subconsciente frente a todo lo bueno que la cultura humana ha desarrollado (el saber escrito, la música, las artes plásticas, etc.) con un homenaje a la parte positiva que tuvo el Neolítico en cuanto al dominio de la agricultura. En la obra hay un homenaje continuo hacia la tierra, la cual es origen junto con el trabajo y la actividad humana, de la totalidad de productos con los cuales nos alimentamos materialmente y espiritualmente.

El óleo está realizado sobre una tela de 160 x 90 cm y pronto, por supuesto, espero tenerlo en sociorreproducción para que las más amplias mayorías puedan tenerlo en casa. También lo coloco aquí a una resolución decente (aunque menor que una sociorreproducción) por si queréis libremente imprimirlo y decorar vuestro entorno. La técnica empleada, a diferencia de otras ocasiones, no ha sido el método flamenco de veladuras y capas que data de Van Eyck en el siglo XV, sino que he llegado a un procedimiento mixto entre los flamencos posteriores (como por ejemplo Van Dyck) y algunos procedimientos propios de pintores del siglo XX como Dalí o Rivera, Josep Renau o Joan Castejón. En no pocas zonas he utilizado los dedos y deliberadamente he querido remarcar los contornos de forma un tanto antinaturalista para darle expresividad y un mayor peso perceptivo a los personajes. Como podréis comprobar sigo con mis tonalidades agresivas y eléctricas y el cuadro se caracteriza por un gran colorido. He intentado que fuera una composición estructuralmente armónica, tanto formal como psicológicamente, pero con puntos centrífugos de mayor atención y tensión dramática. Espero de corazón que el resultado sea de vuestro agrado.

Agradecimientos

Para acabar deseo expresar mi agradecimiento especial, por su ayuda e inspiración, a la bellísima Silvia. Junto a ella a mis inseparables Víctor G., David, Juan, Víctor A, mi padre, mi madre y mi hermana. También a mi querido Gary Moore, que espero descanse en paz. El cual junto a otros grandísimos músicos me han regalado la inspiración necesaria para seguir adelante. Y por último, un recuerdo especial para Hilda Velásquez que sé lleva mucho tiempo esperando mi nuevo cuadro: gracias por creer en mi trabajo y tener paciencia todos estos años. También envío un agradecimiento muy especial para Raquel Páez y Fernando Calzoni, que aunque separados por un océano, son dos personas que todavía tienen la suficiente sensibilidad para seguir tomándose el arte muy en serio. También a todos los que en cualquier parte del mundo luchan, y lucharon, por el socialismo mundial. Gracias a unxs y a otrxs, para vosotrxs un abrazo enorme, que en nada colma todo lo que me habéis regalado durante todos estos años.