“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

12/10/12

‘Malvenido Mr. Rockefeller’ / Una obra de arte que reapareció 40 años después de su censura

En 1969, un grupo de artistas plásticos organizó una muestra de repudio a la visita a la Argentina de Nelson Rockefeller, clausurada al otro día en plena dictadura de Juan Carlos Onganía. Claudio Rabendo recuperó una segunda versión de ‘Las credenciales de Mr. Rockefeller’, de Ricardo Carpani, y la restauró.

Ivanna Soto

Fue realmente malvenido Nelson Rockefeller cuando en plena gira de junio y julio de 1969, enviado por Richard Nixon para "restablecer" las relaciones con América latina, se generaron grandes manifestaciones de repudio en casi todos los países de la región. Tras su paso, en Argentina se tomaron las Universidades, la CGT convocó a un paro general y se incendiaron 13 supermercados Minimax -los primeros "super-mercados"-, propiedad de la familia Rockefeller, también presidente de la [empresa petrolera] Standard Oil y gobernador [del estado] de Nueva York.

Como parte de esta repulsa general, el 30 de junio de 1969 se inauguró Malvenido Mister Rockefeller en la Sociedad Argentina de Artistas Plásticos (SAAP), una muestra con un fin absolutamente político organizada por León Ferrari, Ricardo Carpani y Luis Felipe Noé en la que participaron 62 artistas plásticos. La convocatoria fue heterogénea, ya que se involucraron sectores de la SAAP desde los más ortodoxos, como Antonio Berni, Carlos Alonso o Juan Carlos Castagnino, artistas gráficos como Juan Carlos Distéfano o Rubén Fontana, artistas del departamento de diseño del Instituto Di Tella, jóvenes de la vanguardia conceptual, integrantes de la Otra Figuración, hasta el mismísimo Ricardo Carpani, uno de los fundadores del grupo Espartaco. La muestra fue cerrada al día siguiente, en plena dictadura de Onganía. Los cuadros fueron destruídos, robados o desaparecidos, salvó el de Jorge De la Vega. Del resto, sólo se conservan los negativos y copias fotográficas en blanco y negro que preservó León Ferrari de todos los trabajos.

Eso, al menos, es lo que se creía, hasta que el coleccionista y restaurador de pintura de caballete y papel Claudio Rabendo recuperó el afiche Las credenciales de Mr. Rockefeller, de Ricardo Carpani. Esta es la primera vez que se exhibe, junto con el registro fotográfico del proceso de restauración, documentos periodísticos de la época y fotografías de las obras de otros autores que participaron en la muestra de 1969, que guardaba Alberto Giudici heredadas de la exhibición Arte y Política en los '60, realizada en el Palais de Glace en 2002.

Proceso de restauración

Resulta que en 2010, Javier Martínez Mota, hijo de la artista Raquel Sklar -que aparece entre los firmantes del petitorio de Malvenido Mister Rockefeller- contactó a Rabendo para que restaurase el afiche. No se sabe por qué Carpani le dio su obra a Sklar ni bajo qué circunstancias. El tema es que la artista lo mantuvo escondido durante 40 años debajo de un placard, doblado en 16 partes en las que cada pliegue era prácticamente una rotura. Como primer paso, entonces, Rabendo consolidó el soporte para empezar a trabajar, juntó los pedacitos en los bordes a modo de rompecabezas para poder reconstruirlo y corrigió la acidez del papel. Seis meses más tarde, la tarea estaba cumplida.

De todos modos, pese a ser igual, este afiche no es exactamente el que se expuso en la muestra Malvenido Mister Rockefeller de 1969. Lo que se cree es que Carpani hizo dos trabajos: el afiche que luego llegó a las manos de Rabendo, de 212 x 160 cm, y otro más chico, que es el que está reproducido en las fotos de León Ferrari. De todos modos, cuenta Rabendo, si no hubiese sido por la firma de autor y el registro fotográfico, hubiera sido muy difícil identificarlo como parte de su obra, en la que usualmente trabaja con planos y figuras ortogonales. "Es muy común encontrar dentro de las obras de un artista épocas distintas o estéticas atípicas. Donde se puede ver alguna señal de autoría es en el cráneo que está pintado en la base, donde de alguna manera aparecen el ocre y el negro, que se pueden relacionar con la figura más ortodoxa de esas caras y esas manos potentes de los obreros que dibujaba", señaló sobre el afiche de una gran potencia simbólica, propia de un artista comprometido con las luchas de liberación y los movimientos sociales con una visión latinoamericanista como fue Carpani.

Problemas de democracia, o falta de ella

Para esos años, la muestra se evaporó. En el exterior tuvo repercusión en la revista mensual Ramparts, editada en California en febrero de 1970, con una nota crítica de David Horowitz contra lo que llamó "el imperio corporativo en el exterior" que buscaba instaurar Nixon en América Latina. Pero la gira de Rockefeller también produjo un "Informe sobre las Américas" para el presidente Nixon, que arrojó luz sobre su apoyo a los regímenes totalitarios que asediaban América Latina. Se publicó en el New York Times, y decía: "Pocos de estos países han alcanzado las estructuras económicas y sociales que se requieren para sostener un sistema democrático consistente. Para muchas de estas sociedades, por lo tanto, el problema no es tanto de democracia, o falta de ella, sino simplemente de unas formas ordenadas de ir tirando".

Justamente por esta falta de democracia que era efectivamente un problema en ese contexto social y político de fines de los '60, a un mes del Cordobazo, en Argentina el rechazo fue una más de las manifestaciones populares de protesta contra el 'onganiato'. Además, nuestro país no estuvo solo en su rechazo: el repudio siguió a Rockefeller por toda su gira por México, Centroamérica, Colombia, Ecuador, Bolivia, Trinidad, Brasil, Uruguay y República Dominicana. 

Tres presidentes le impidieron la entrada: Juan Velasco Alvarado en Perú, Eduardo Frei Motalva en Chile y Rafael Caldera en Venezuela. Por supuesto que también hubo dictaduras como la de Haití y Paraguay donde lo recibieron con bombos y platillos, al canto de "Bienvenido Rockefeller". En el resto de los países, América Latina se unió contra gobiernos con un saldo de seis muertos. En Argentina, pese a la clausura, o mejor dicho, por la clausura, el fin político de la muestra estuvo cumplido.