“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

14/9/13

Colombia: La crisis nacional se profundiza | Movilización permanente

Ricardo Sánchez Ángel  |  I. Hay una tendencia creciente en calidad y cantidad a la movilización de los trabajadores, campesinos, mineros, mujeres y jóvenes. El período es de intensa lucha de clases por la vida, la tierra, la dignidad, los servicios sociales, una soberanía alimentaria que desmantele los leoninos tratados de libre comercio y la defensa y revitalización de todos los ecosistemas que son maravilla en Colombia: la naturaleza de los páramos, bosques, ríos, lagos, montañas y bahías. La conciencia de las gentes ubica con claridad el negativo papel de las multinacionales: de las petroleras, mineras y demás, que son conglomerados explotadores y degradadores de los trabajadores, la naturaleza, las comunidades y las ciudades. También del latifundio, el agro-negocio, la política y modelo económico, que generan grandes dividendos a los capitalistas y pauperizan las
mayorías populares.  

Los mineros, campesinos, trabajadores, comunidades enteras, están en la lucha bajo la consigna Paro Nacional. Su epicentro es Boyacá, Nariño, Cundinamarca, Cauca y Putumayo, en el caso agrario. Arauca, Chocó, Antioquia y Tolima en el de la minería, al igual que en las regiones en que opera la Drummond. Asimismo, son decenas de municipios que protestan y se concretan alianzas sociales y políticas.  
El poder de los trabajadores del transporte de carga pesada al entrar en paro, incluso con bloqueos a carreteras medulares, se está expresando. Se dan mítines, asambleas y manifestaciones. Se han levantado barricadas para defenderse de la represión de las llamadas fuerzas del Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD).

 Los estudiantes universitarios convocados por la MANE y sus distintas organizaciones han comenzado su movilización, que tendrá un carácter duradero e intensivo

II. La manifestación del 27 de agosto tuvo un carácter nacional. En distintas ciudades y pueblos se movilizaron campesinos, trabajadores, estudiantes, desempleados. En Bogotá fue multitudinaria la concurrencia en las calles, avenidas y en la Plaza de Bolívar.

La solidaridad con la causa de los labriegos era general. Se vivió un ambiente de simpatía por el carácter nacional de esta lucha. Los campesinos luchan por la paz y la soberanía alimentaria. El imaginario de un país rural, de fuerte ascendencia campesina, de indígenas y negros, de un país de arrieros y colonizadores, de una geografía variopinta y de todo tipo de ecosistemas, ha estado presente en todas las jornadas. Los fetiches de la modernización urbana, los espejismos del progreso, son develados por la vida inmersa en tejidos de interrelación social y cultural desde abajo. 

A lo que estamos asistiendo en todos estos días de mitad de año es a una movilización de la Colombia profunda, que del campo se enlaza con los barrios de las ciudades. Que es aldeano y de pueblos, de las ciudades proletarias y segregadas, de estudiantes y profesionales. De una Colombia de mercados, campesinos y barriales, de unas economías y formas de vida y sociedad conformadas desde la cultura material y las costumbres en común, que perpetúan memorias y tradiciones de cooperación, solidaridad, justicia, derechos consuetudinarios, “economía moral”. 

Estas comunidades campesinas y barriales resisten a las avalanchas del capitalismo del agro-negocio y la mega-urbanización. Han adquirido una conciencia más experimentada y argumentada de que a la economía política de los planes y modelos de desarrollo, ellos tienen una economía política que continúa y reelabora su “economía moral”, sus costumbres en común, sus aspiraciones de justicia y dignidad, de derechos conquistados y no de concesiones paternalistas[1]

Es un campesinado, con indígenas, mestizos, negros, que enlaza las tradiciones de lo comunitario, de la libertad, la independencia, con las propuestas de zonas de reserva campesina, abolición de los tratados de libre comercio, finalización de la agroindustria y la minería transnacional, por la soberanía alimentaria.  
Este campesinado movilizado expresa regiones y municipios, culturas y experiencias diversas y unitarias. No está anclado en un pasado idílico, sino en un tiempo actual, concentrado y entrelazado con las luchas urbanas y de los proletarios agrarios del banano y el azúcar, de los trabajadores del transporte, la justicia, la educación, los hospitales y de la inmensa audiencia de la inconformidad. 

Muchos de sus hijos son profesionales y la televisión nos ha presentado que son líderes algunos de ellos de estas movilizaciones. La cultura universitaria, profesional, moderna, de agrónomos, veterinarios, zoólogos, economistas, médicos, ingenieros y abogados, está presente en esas comunidades. Sus hijas muchas veces han accedido a la educación superior y se benefician de otras experiencias sin abandonar sus tradiciones.
Toda esta lucha no es por un pasado, es una resistencia por recrearlo como un presente para la vida plena.

III. La represión a la manifestación en Bogotá fue premeditada. Las autoridades definieron perturbar la paz de la movilización altiva contra el gobierno y el modelo económico con ataques del ESMAD a columnas, con gases de gran alcance y daño sobre la salud y con efectos desmovilizadores. Pero, también con disparos con armas de fuego. 
 
En la carretera Panamericana y en Boyacá se siguió el mismo patrón represivo que en el Catatumbo. También en Soacha, Facatativa, la Calera y en Bogotá, en las localidades de Engativá, Bosa y Suba. En todas partes esta máquina de la muerte del ESMAD reprime y no para disuadir. Su violencia ha sido presentada por redes sociales e incluso en los canales privados de televisión. El propio presidente Santos reconoció en Tunja este tipo de actuaciones y pidió excusas. La verdad es que tales escuadrones están actuando como “ruedas sueltas” y el gobierno es incapaz de controlar sus actuaciones. Pero, son el presidente y el director nacional de la policía los responsables. 

La respuesta violenta de jóvenes es equivocada pero inevitable. Además, grupos y apologistas de la acción directa incitan a la violencia, desfigurando el sentido de una lucha multitudinaria. No obstante, presentar al ESMAD como víctima de los “vándalos y desadaptados” -como lo hacen los medios- es no comprender las raíces profundas de la revuelta social en curso en Colombia. Los bloqueos, enfrentamientos, ocupación de predios y edificios obedecen a la lógica de hacer sentir una fuerza que reclama y lucha por derechos y dignidad. Ni los esquemas paternalistas del clientelismo ni la represión autoritaria conjuran la lógica de la movilización en curso. 

Las raíces históricas de la revuelta son las violencias del latifundio, la agroindustria y las multinacionales. Del Estado y los paramilitares. La criminalidad y el narcotráfico han creado zonas de “ciudad de Dios” en localidades de Ciudad Bolívar y otros sitios en Bogotá, también en otras ciudades. 

La no resolución del conflicto armado con las FARC y el ELN ha dinamizado las violencias degradando la sociedad. 

El anuncio del presidente Santos de aumentar la presencia de la fuerza pública en 50 mil efectivos en calles y carreteras es un incremento a la militarización de la vida nacional. Se suma a la acusación destemplada contra Marcha Patriótica. Unas declaraciones para dimensionar la guerra en curso contra la subversión, convirtiendo los conflictos campesinos y sociales, al igual que las ciudades en un escenario de guerra. Es lo que está en marcha en Bogotá.

Las causas de los tres muertos y centenares de heridos señalan en dirección de la militarización. Un testimonio del diario El Tiempo dice: “Jhonny Velazco Galvis, el joven que murió de un balazo en la cabeza, en la noche del jueves en las manifestaciones del barrio La Gaitana de la localidad de Suba, había cumplido 18 años el pasado 17 de agosto, y apenas hace una semana había conseguido trabajo en una empresa instaladora de techos.

“Yo estaba con él anoche, pero se me perdió por unos minutos. Ahí escuchamos los tiros y los rafagazos del Esmad. Cuando me devolví, me dijeron: ‘mataron a Jonhy’ y él estaba tirado en el suelo con un tiro en la frente”, contó Brayan Bernal, amigo de la víctima.

“Él llegó de trabajar, entró a la casa, dejó la maletica, salió a chismosear a la esquina y se encontró con la muerte”, contó su papá, José Velasco, quien se enteró de la noticia hacia las 7:30 de la noche, cuando los vecinos llamaron a avisarle.

“Los vecinos que vieron y escucharon la balacera me dijeron que al muchacho lo había matado un policía, que estaba a pocos metros de él, con un tiro en la cabeza. También me dijeron que el uniformado se había volteado el chaleco para evitar que lo reconocieran”, explicó.

Jhonny era el menor de seis hermanos y el único que estaba viviendo con su padre, “los demás ya son independientes”, precisó José.

El joven era padre de una bebé de un año de edad que vive con su mamá en el barrio Lisboa”[2].

IV. En medio de la movilización social de los campesinos y sus aliados, se realizan mesas de negociación, se levantan algunos bloqueos y siguen otros. Se negoció con los mineros, continúan los camioneros y el presidente convoca un ACUERDO NACIONAL el 12 de septiembre.

El tinglado de la farsa se está armando con la SAC, los gremios, alcaldes y gobernadores, no para discutir y acordar lo que los campesinos reclaman, sino lo que tienen decidido de antemano los dominadores.
Entre tanto, “representantes de las organizaciones cívicas y populares de Arauca que impulsan el Paro Agrario, anunciaron ayer que desde las 6 a.m. de hoy permitirán el paso de los carros que no estén adscritos a compañías petroleras y la multinacional OXY”[3].

Sobre el tapete de las luchas están los anuncios de los estudiantes universitarios y del SENA, también FECODE y de los trabajadores de la salud, con Paro Nacional para el 10 de septiembre.
Entre tanto, la crisis nacional continua, incluyendo la profundización de las discrepancias en las derechas por las alternativas en juego. El presidente Santos demuestra que la del establecimiento es la de siempre: represión y demagogia.

Toma sentido el discutir las consignas de la movilización nacional que incluya el Paro General, Paro Cívico en lenguaje coloquial, y otras modalidades.

 Notas

[1] Véase Thompson, E. P. Costumbres en común. Barcelona: Crítica/Grijalbo Mondadori, 1995
[2] Salió a chismosear y encontró la muerte. El Tiempo. Agosto 31 de 2013, p. 4.
[3] Ecos del paro en regiones. El Tiempo. Septiembre 2 de 2013, p. 2.  

Ricardo Sánchez Ángel es Doctor en Historia y Profesor de la Universidad Nacional de Colombia
© La Página de Omar Montilla