“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

24/10/13

Las esperanzas desoídas de la ‘nueva’ Sudáfrica

Marcello  Musto  |  Quienes, visitando Sudáfrica, deseen comprender los sucesos que han distinguido la dramática historia de este país no pueden prescindir del Museo del Apartheid. Situado a pocos kilómetros del centro de Johannesburgo, representa uno de los lugares más significativos para emprender el viaje hacia atrás en la historia de uno de los peores casos del colonialismo europeo y, al mismo tiempo, del racismo del siglo XX. La atmósfera festiva que se respira en el exterior por la presencia de estudiantes que, entre cantos y dulces sonrisas, antes de entrar se disponen en una fila de indumentarias y mochilas
de colores, cesa bruscamente en la puerta de acceso. Al Museo no se accede en grupo. Los visitantes, estudiantes o miembros de familias son separados uno por uno en función del número del billete comprado y antes de reagruparse junto a una fotografía de Nelson Mandela revivirán la tragedia de la segregación.

Los visitantes con números pares entran por el acceso reservado a los «blancos», de quienes se recuerdan los privilegios gozados y las atrocidades cometidas en el curso de la visita, mientras los impares, en el pasillo contiguo, recorren el trayecto de la brutalidad sufrida por los negros y los de color. En la parte inicial del Museo, todos siguen el mismo recorrido, pudiéndose a menudo mirar y a veces caminar juntos, pero están siempre separados por una fría reja de metal; no se tocan nunca y atraviesan relatos, documentos y experiencias de vida completamente distintas.

Marcello Musto es profesor de Filosofía y Política en la York University, Toronto, Canadá, autor del libro ‘Sulle tracce di un fantasma’, trabaja actualmente en los Archivos de las obras de Marx & Engels en Berlín y Amsterdam y en la redacción de un ensayo sobre Marx y los MEGA.