“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

8/8/14

La cumbre presidencial Maduro & Santos

Foto: Nicolás Maduro & Juan Manuel Santos
Gustavo Márquez Marín
La Cumbre Presidencial realizada  en Cartagena giró alrededor de un acuerdo binacional para enfrentar el contrabando, aunque también abordó otros temas de importancia estratégica para el país. Santos propuso retomar la resolución 399 de la CAN, objetada por el Presidente Chávez (1999), sobre el transporte de carga por carretera. También sugirió aplicar el pago en moneda local en el comercio bilateral, con retorno del excedente  en una “moneda convertible”. 

Antes de darle luz verde a las empresas transportistas colombianas para que exploten el jugoso negocio del transporte de carga internacional,  sería prudente  evaluar el impacto que esta medida tendrá en el desplazamiento de los transportistas venezolanos, no solo de la ruta internacional,  sino también, del transporte de cabotaje, generando con ello desempleo en Venezuela, además del impacto que tendría en el uso de las carreteras, en la pérdida de soberanía en áreas estratégicas como la economía y la seguridad nacional.

Sin embargo, el pago en moneda local es un mecanismo que contribuye a  lograr independencia del dólar pero, esta iniciativa no tendría viabilidad ni pertinencia, mientras Venezuela no tenga un tipo de cambio único y las casas de cambio colombianas fronterizas, a la libre  fijen el dólar paralelo y la relación peso/bolívar basada en la  demanda de la economía  del contrabando, con la anuencia implícita del gobierno colombiano y el uso para esos fines de la plataforma del sistema financiero de ambos países.


Santos solicitó también que PDVSA retome  el  suministro  de  gasolina a los Departamentos fronterizos colombianos a “precios competitivos” o preferenciales, por debajo del precio de mercado (1.19 $/l o 60 Bs/l a SICAD II), para  “competir” con la oferta de los contrabandistas. Los resultados de un convenio similar suscrito por los presidentes Chávez y Uribe  (2009) fueron desastrosos. El contrabando se incrementó en lugar de reducirse y el combustible enviado por PDVSA a ECOPETROL (100.000 b/d)  se desvió hacia otros destinos. Fue peor el remedio que la enfermedad. Solo con el esfuerzo de ambos Estados, aplicando inteligencia,  controles efectivos y reduciendo la brecha entre el precio local y el internacional, será posible abatir este flagelo.