Hay varios aspectos inéditos en la espléndida victoria
obtenida por el Frente Amplio el 26 de octubre, contra todos los pronósticos
interesados y la más intensa campaña opositora por los más diversos medios,
victoria que se proyecta y se profundizará sin duda en la segunda vuelta del 30
de noviembre con la elección de la fórmula presidencial.
El primero es que el Frente Amplio no solamente es por
cuarta vez consecutiva la primera fuerza política del país, sino que supera en
votos y en porcentaje a la suma de los votos del Partido Nacional más el
Partido Colorado más el Partido Independiente, algo que no acontece en ningún
lado. El segundo es que el Frente Amplio ha pasado a ser la primera fuerza
política en 14 de los 19 departamentos del país, tanto en la zona metropolitana
como en las distintas regiones, cambiando de raíz la geografía política del
país.
El tercero es que logra diputados en todos los departamentos, sin
excepción, configurando una mayoría absoluta en la Cámara de Representantes,
que se completará en el Senado con la elección del vicepresidente de la
República que pasará a presidir la Cámara Alta. A esto se agrega el hecho de
que la regresiva propuesta de reforma sobre la baja de la edad de imputabilidad
penal, impulsada por la mayoría del Partido Nacional y por el Partido Colorado,
y rechazada decididamente por el Frente Amplio y por un vigoroso movimiento
juvenil y popular, fracasó sin levante. Una intensa movilización del Frente
Amplio, de las Redes Frenteamplistas, de los movimientos juveniles contra la
baja hizo fracasar todos los pronósticos derrotistas, coordinados y
manipulados, y diseñan un panorama auspicioso para el próximo balotaje entre
Tabaré Vázquez y Luis Lacalle Pou.
Las cifras oficiales del escrutinio primario confirman esas
apreciaciones. El Frente Amplio llega a la cabeza con 1:108.527 votos, el
47,83% del total de los votos emitidos. (Esto me hace recordar que, en los
orígenes de la formación de la fuerza unitaria de la izquierda y en su primera
comparecencia electoral, sus lúcidos gestores se habían propuesto la meta de
alcanza el millón de votos, objetivo que ahora se supera claramente, y más aún
cuando se conozca el destino de los votos observados). En segundo lugar llega
el Partido Nacional con 716.527 votos y 30,96%; y en tercer lugar, el Partido
Colorado con 299.062 votos y 12,92%. (A simple vista se advierte que esto
significa un verdadero desplome del partido que por más de un siglo se
confundió con el gobierno: no haber alcanzado los 300.000 votos y ni siquiera
el 13% es el segundo mayor fracaso electoral de toda su historia). En cuarto
término llega el Partido Independiente con 71.147 votos y el 3,07%. Estos tres
últimos partidos, que tienen actualmente representación parlamentaria, suman
entre todos 1:086.736 votos y el 46,95%, sumatoria que es superada por el
Frente Amplio, que alcanza, como vimos, 1:108.527 votos y 47,83% del total de
votos emitidos. Los votos restantes corresponden a la Unión Popular (UP), con
24.749 votos y 1,1%, que le permite obtener un diputado; y al Partido
Ecologista Radical Intransigente (PERI) con 17.462 votos y 0,8%. Hay
además un 3,31% de votos en blanco y anulados que completan el total junto a
los 30.669 votos observados, que se están escrutando (luego veremos algunos de
los primeros resultados).
Decíamos que la elección dibujó una nueva geografía política
en el país, claramente visible en el mapa donde predominan los colores rojo,
azul y blanco del Frente Amplio como primera fuerza política nada menos que en
14 departamentos, a saber: Artigas, Salto, Paysandú, Río Negro, Soriano,
Colonia, San José, Montevideo, Canelones, Florida, Maldonado, Rocha, Cerro
Largo y Rivera. Es algo verdaderamente extraordinario, nunca visto en el país.
El Partido Nacional ganó en los 5 restantes: Tacuarembó, Durazno, Flores,
Lavalleja y Treinta y Tres, en los cuales el Frente Amplio entró segundo. El
Partido Colorado no ganó en ningún departamento, otra confirmación de su
debacle. La notable performance del Frente Amplio se acentúa por el hecho de
que ganó en departamentos de antigua tradición blanca, como Cerro Largo y San
José, y también en Salto, del cual es oriundo el candidato a la vicepresidencia
del Partido Colorado, Germán Coutinho, y en Rivera, de tradición colorada. En
pequeñas localidades de este último departamento, según he sabido de fuente
directa, el Frente Amplio se afirmó como fuerza mayoritaria por primera vez,
desbancando a los llamados partidos tradicionales. Esta es la nueva realidad,
demostrativa además de que el Frente Amplio ha pasado a ser una fuerza de
inserción nacional extendida y profunda, con raíces en todos los centros
poblados del país, como lo confirmó la reciente gira ''pueblo a pueblo'' de
Tabaré Vázquez. Y ello se ha acompasado con su arraigo en las grandes ciudades
y en particular en la zona metropolitana (Montevideo, Canelones, San José)
donde superó la mayoría absoluta de votos.
El 29 de octubre la Corte Electoral dio a conocer los datos
oficiales del escrutinio primario, dejando de lado los votos en blanco, anulados
y observados. La fórmula Vázquez-Sendic recoge el 49,48% de los votos emitidos
a los lemas presidenciales. De los 2.620.791 habilitados para votar, lo
hicieron 2.348.833, el 89,6%. Hubo 42.969 votos en blanco (1,64%); 33.993
anulados (1,3%) y 30.669 observados (1,17%). Si se cuentan los votos emitidos a
todas las candidaturas presidenciales (FA, PN, PC, PI, UP, PERI, PT) se
obtienen 2.241.202 votos. De ellos, el Frente Amplio obtuvo 1.108.839, el
49,48% de los votos emitidos a las fórmulas presidenciales. Muy cerca a la
mayoría absoluta.
Las apreciaciones precedentes se confirman con el escrutinio
departamental y el análisis de los votos observados ya concluido a la hora de
redactar estas líneas. En el caso sumamente ilustrativo de Cerro Largo se rubricó
la victoria del Frente Amplio por nada menos que 4.189 votos sobre el Partido
Nacional: 29.191 votos y 44,7% contra 25.002 y 38,3%. El Partido Colorado
obtuvo 6.574 votos y 16,2%. En Rocha se ratificó el triunfo del FA con 23.403
sufragios (42,4%), seguido por el Partido Nacional con 19.001 (34,4%) y el
Partido Colorado con 7.958 (14,4%). En Salto el FA confirmó su gran batacazo al
recibir 45.409 votos, lo que representa el 50% del total de los votos del
departamento, frente a 19.659 para el Partido Nacional (21,6%) y 20.614 (22,7%)
para el Partido Colorado, que en este caso entró segundo. En este departamento
el lunes 27 se llevó a cabo un banderazo para celebrar la victoria del FA tanto
a nivel nacional como departamental. En Soriano también el FA se convirtió en
la fuerza mayoritaria al obtener 30.117 votos, el 45,7% de las adhesiones
totales, frente a 22.184 sufragios (33,7%) para el Partido Nacional y 9.073
(13,7%) para el Partido Colorado. En Tacuarembó el Partido Nacional le ganó al
Frente Amplio por apenas 887 votos (28.836 y 40% contra 27.949 y 39,4%), en
tanto el Partido Colorado, como en casi todos los departamentos, entró tercero
con 10.180 sufragios y 14,3%.
También en la representación parlamentaria se consumó el
fracaso ostensible del Partido Colorado, ya que redujo apreciablemente sus
bancadas, quedando apenas con 4 senadores y 13 diputados. Rompe los ojos a esta
altura que Pedro Bordaberry está oficiando como enterrador del Partido
Colorado. Su actitud en la noche del 26 de octubre corriendo a ofrecer sus
servicios a Lacalle Pou y sus expresiones de baja ralea contra Tabaré Vázquez
lo están reduciendo a polvo a él. Crece en el Partido Colorado, y
particularmente en el sector de tradición batllista, el rechazo frontal a sus
actitudes, a la vez que crece la tendencia a desoír abiertamente su llamado a
votar por Lacalle Pou. Más aún: varios dirigentes de destacada trayectoria, tal
el caso de Leonardo Costa, secretario de la presidencia en el período de Jorge
Batlle, declaran públicamente que han decidido votar a Tabaré
Vázquez en el balotaje y llaman a los batllistas a acompañar esa actitud. Del
mismo modo, tanto Fernando Amado como José Amorín Batlle han dicho que no
seguirán la recomendación de la mayoría del Comité Ejecutivo de su partido, y
un integrante del CEN, Alberto Iglesias, renunció para marcar su discrepancia
con la misma. Amado anticipó además que una parte de los colorados van a votar
por Tabaré. Es visible a esta altura que la mayoría no va a seguir por el
camino de la restauración conservadora que personifica Lacalle jr.
El FA triunfó en esta primera fase de la elección
enfrentando la más venenosa, concentrada y distorsionante campaña
propagandística de que se tenga memoria en el país. Estuvo a cargo de los
medios de difusión masiva, escrita radial y televisada en proporciones fuera de
lo común, a una escala nunca vista en Uruguay. En esta campaña quedaron en
cueros ante la opinión pública las empresas encuestadoras de opinión, por lo
menos la mayoría de ellas. En sus diagnósticos le erraron como a las peras, en
proporciones inusitadas. Todo ocurrió exactamente al revés de lo que
pronosticaron, tanto en materia del ganador y de la existencia o no de mayoría
parlamentaria. Y todas se equivocaron para el mismo lado, contra el Frente
Amplio. Lo menos que puede decirse es que actuaron como si fueran parte
integrante de ese aparato de propaganda al servicio de la derecha pura y dura.
Lo siguieron haciendo hasta el día mismo de la elección, y hasta las horas
previas al enunciado de los resultados. Aquí no se trata de problemas técnicos
(que puede haberlos por añadidura) sino de una ostensible finalidad política, y
en todos los casos en una dirección bien determinada, luego amplificada por los
demás medios de difusión. Han quedado con su prestigio a la altura de un
sótano. Veremos si aprenden de este revolcón. Por lo pronto el ''sordo''
González, junto a un mea culpa ''por el error más grande de mi carrera'' y un
pedido de disculpas por sus barrabasadas, pronosticó que ''el Frente Amplio con
Tabaré Vázquez es amplísimo favorito para el balotaje del 30 de noviembre.
Ya estamos viendo cómo se paran las huestes de Lacalle chico
ante la próxima instancia. En las anteriores sacaron a relucir el ''oso ruso'',
las tatuceras, el aberrante caso Feldman. Ahora invocan el tema de las mayorías
parlamentarias, alegando que es inconveniente que un partido repita por tercera
vez la existencia de mayorías parlamentarias. (Dicho sea de paso, a ese carro
también se subió Pablo Mieres, del Partido Independiente, en su intento
fracasado de convertirse en el fiel de la balanza). ¿De dónde sacaron una
teoría tan traída de los pelos? Lo único democrático en esta materia es cumplir
con la voluntad popular expresada en las urnas, y si un partido sigue contando
con el apoyo ampliamente mayoritario del pueblo, como lo ha expresado con
reiteración la ciudadanía respecto al Frente Amplio, éste seguirá contando con
mayorías parlamentarias. Por otra parte, los dirigentes del Frente señalaron
que no piensan hacer un uso abusivo de estas mayorías, sino que, como lo
demuestra toda su actividad práctica anterior, tratarán siempre de lograr el
consenso, se empeñarán en la búsqueda de acuerdos multipartidarios y con la
sociedad en su conjunto, en el trazado de políticas de raigambre nacional y
popular. Y esto se consustancia plenamente con la democracia bien entendida.
El otro tema esgrimido se vincula con el predominio logrado
por el sector de la 609 en la interna del Frente, y en forma repetida. Se habla
de los peligros resultantes del predominio de los sectores llamados
''radicales''. Es otro disparate total. El pueblo dio su apoyo mayoritario al
sector del presidente Mujica, en buena medida por el prestigio personal
conquistado, y ello se expresará en primera instancia en la composición de los
organismos legislativos. Y eso, ¿qué tiene de malo? Por otra parte, el Frente
siempre procura el consenso en sus propias filas, y sus decisiones, en general,
son el fruto del acuerdo de sus múltiples sectores, que están representados tanto
en el Parlamento como en las demás instancias de la vida política y social.
Y hablando de esto último: algo realmente notable en la campaña electoral exitosamente culminada en esta primera fase, fue la participación de los movimientos de la sociedad, particularmente de jóvenes, que constituyeron las Redes Frenteamplistas, que participaron de una manera decidida y lúcida, que daba gusto ver, en la campaña política y por el NO a la baja. Fue algo realmente ejemplar, que se vivió en los banderazos, en el Cerro, en el maravilloso acto final en la rambla que levantó el ánimo y el fervor colectivo y dio seguridad de victoria, contra todos los obstáculos. Hay que sumar a todo esto la activa participación de los uruguayos residentes en el exterior, que se movilizaron desde una serie de países, los más cercanos y otros no tanto, todo lo cual contó con un denodado espíritu de sacrificio, basado en una convicción profunda, pero a la vez con una calificada política organizativa de parte del Frente en su conjunto.
Todo esto deberá ponerse en marcha, en la mayor escala
posible, en las pocas semanas que restan hasta el último día del mes. Hay
condiciones para una victoria renovada, que en buena medida depende del trabajo
de cada uno de nosotros, siempre junto al pueblo, a los compatriotas de todo
pelo, sin distinciones, con amplitud, sobre la base de las realizaciones de los
gobiernos del Frente y de sus proyecciones para un mejor futuro colectivo. Todo
esto en el cuadro de una América Latina que en este mes de octubre está
cumpliendo con el objetivo de renovar y profundizar el mandato de los gobiernos
de izquierda, como ya aconteció este mes en Bolivia y en Brasil, antes este
mismo año en Venezuela, en El Salvador y en Chile, y que culminará sin duda con
la victoria completa en Uruguay.
Addenda
Cuanto antecede se ve confirmado por las cifras de los
resultados finales de las elecciones brindadas por la Corte Electoral, que
conocimos en la mañana del domingo 2. El Frente Amplio supera a la suma del
Partido Nacional más el Partido Colorado más el Partido Independiente. En
porcentajes: 47,81% frente a 46,86%, que es la suma de los porcentajes del PN
(30,88%), del PC (12,89%) y del PI (3,09). En votos: 1:134.187 para el Frente
Amplio, que es superior a los 1:111.679 votos que resultan de la suma de los
votos del PN (732.601), del PC (305.699) y del PI (73.379). Se contabilizaron
42.969 votos en blanco y 33.933 votos anulados, que completan el 100% de los
votos emitidos.
A la misma conclusión se arriba si se examinan los votos a
favor de los partidos, excluyendo a los votos en blanco y anulados. En ese caso
el Frente Amplio alcanza el 49,5% (a medio punto porcentual de la mayoría
absoluta) y supera al 48,4% que alcanza la suma del PN (31,9%), del PC (13,3%)
y del PI (3,2%, que llevó a Pablo Mieres al Senado). Hubo además 1,2% de votos
para la Unidad Popular (que llevó a Gonzalo Abella a la Cámara de Diputados),
0,8% para el PERI y 0,1% para el Partido de los Trabajadores (PT).
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