“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

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12/5/15

Origen y presente del socialismo

Iñaki Gil de San Vicente   |   El socialismo está siempre en adecuación y adaptación porque el capitalismo, su enemigo mortal, se adapta y adecua permanentemente. La lucha de clases es movimiento continuo a partir de las contradicciones sustanciales del capitalismo, lo que hace que la teoría socialista deba (re)crearse, descubrir e integrar los brotes que emergen de las raíces y las vivifican. Por esto, está condenada al fracaso cualquier definición cerrada, fija, dogmática del socialismo. La lucha de clases es la que impulsa con sus lecciones prácticas el enriquecimiento teórico del socialismo.

La lucha de clases mundial es la que enfrenta en todo momento de una forma u otra, pública o soterradamente a la minoría capitalista con la humanidad trabajadora, el capital con el trabajo. La lucha de clases particular, local, es la que se libra en cada pueblo, en cada nación o región del planeta entre las burguesías y los pueblos trabajadores de esos lugares. No puede existir una sin otra porque son formas de la misma esencia. El socialismo es la fusión de estas dos expresiones de la unidad: la mundial y general, y la nacional y local. Unidad que se reaviva al desarrollar formas nuevas en la historia del capitalismo desde el siglo XV hasta ahora: mercantil y comercial, industrial y bancario, financiero e imperialista, imperialista y especulativo en la actualidad. En lo relacionado con el avance teórico-político, podemos discernir cinco fases: