En la apreciación acerca de la naturaleza de la isla
Si hay algún lugar en el mundo en donde me gustaría vivir y tener una casa es, precisamente, en
“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell
En la apreciación acerca de la naturaleza de la isla
Si hay algún lugar en el mundo en donde me gustaría vivir y tener una casa es, precisamente, en
El objetivo del juego de Sock and Awe es sencillo: tratar de golpear con unos zapatos una figura en movimiento que representa a Bush. Millones de zapatos han logrado ya dar en la diana, según el contador del sitio 'web', que a cada acierto responde con un "¡Bien hecho!".
El jugador dispone de 30 segundos para lanzar sus zapatos a la cabeza de Bush, que se mueve en una tribuna durante una rueda de prensa. El nombre “Sock and Awe” (medias y pavor, en inglés) es un juego de palabras con “Shock and Awe” (golpe y pavor), el nombre con que se bautizó la operación lanzada por EEUU en 2003 para desalojar del poder en Irak a Saddam Hussein.
El inventor del juego es Alex Tew, de 24 años. El juego se basa en el incidente provocado por el periodista iraquí Muntazer al Zaidi, del canal televisivo Al Bagdadia, que el pasado domingo lanzó sus zapatos contra Bush durante una rueda de prensa del presidente estadounidense en Bagdad. El periodista, además, le insultó, llamándole "perro".
Víctor José de Vargas e Irausquín
Antecedentes de otra gran estafa
Realmente no hay cifras confiables sobre las fortunas de venezolanas depositadas en el exterior, pero se calcula muy conservadoramente que pudieran por encima de los 200 mil millones de dólares, es decir 5 veces mayor que las reservas internacionales de Venezuela.
Entre los más destacados saqueadores de nuestro país, están los banqueros que en enero de 1994 provocaron aquella crisis que significó una erogación de cerca 10 mil millones de dólares en “ayudas” recibidas del gobierno del Dr. Rafael Caldera, quien decidió intervenir el Banco Latino y después el Banco Progreso, de Orlando Castro, y seguidamente los bancos Principal, Italo, Profesional, Amazonas, Bancor, Barinas, Construcción,
Fueron en total de 15 bancos, mas la maraña de subsidiarias y relacionadas, que representaban casi el 40% de los depósitos del sistema bancario venezolano, cuyos capitales se habían esfumado. A la par, otros bancos se permitieron un crecimiento exagerado, al recibir los depósitos de los bancos que habían sido “afectados”. Hay que recordar que los años precedentes a este gigantesco fraude fueron muy movidos y los hechos más destacados fueron las rebeliones militares de 1992, la defenestración en 1993 de Carlos Andrés Pérez, a lo que se le sumó la caída de los ingresos petroleros, un espantoso déficit fiscal y la enorme inestabilidad del sistema financiero venezolano.
Las tasas de interés llegaron a rondar el 100%, las fugas incontroladas de capital fueron gigantescas, las reservas internacionales cayeron a 2.060 millones de dólares, ante la pasividad del gobierno y del Banco Central, que había implantado el llamado sistema de “crawling peg”, después vino el régimen de flotación y una fuerte devaluación del bolívar. En mayo de 1994 el sistema de flotación fue reemplazado por el sistema de subasta.
Con ese relajo generalizado en el sistema financiero venezolano, se hizo inevitable una crisis gigantesca y el sistema bancario venezolano comenzó a generar unas supuestas y cuantiosas pérdidas, cuyo detonante fue el Banco Latino, que desde finales de 1992, cándidamente se presentaba con “problemas de liquidez”, cuando en realidad, el Banco Latino había sido prácticamente saqueado.
Caldera y sus asesores, entre ellos Teodoro Petkoff, en lugar de admitir la existencia de una crisis financiera, se hacen los desentendidos con lo que inevitablemente se agudizó el problema.
¿Saben los venezolanos que tienden a olvidar, cuáles fueron algunas de las consecuencias que generó la crisis bancaria?: Disminución del Producto Interno Bruto (PIB) de casi 3%, contracción de la demanda agregada interna de 4,5%, fugas de capitales por casi 4 mil millones de dólares, una tasa de inflación de 71% y devaluación de la moneda en un 70%.
Gracias a
A pesar de que el “Financial Times” de Londres, auguraba hace poco un eventual colapso de la banca venezolana como consecuencia de la decisión tomada por el gobierno del presidente Chávez de obligar a la banca a vender las llamadas “notas estructuradas” por un valor de 5.600 millones de dólares, la realidad, la cruel realidad, les golpeó la cara una vez más, porque sucedió todo lo contrario y no sólo se salvaron de la hecatombe financiera que sacude a los EE.UU., sino que no se vieron afectados los denominados “títulos de deuda soberana”.
"Tengo la certeza que cuatro o cinco bancos no podrían mantenerse un año más" dijo el sesudo analista Cesar Aristimuño, quien añadió que si sólo un puñado de bancos es afectado seriamente, esto puede terminar dañando completamente al sistema. Hasta el desaparecido banco Lehman Brothers se atrevió a pronosticar lo que no pudieron hacer con ellos mismos y a través de un vocero muy “calificado” el economista Gianfranco Bertozzi, expresaron: "El daño al sector bancario será mayor si la regulación es aplicada rigurosamente” Resultado: se aplicó tal cual y no pasó nada.
Gracias al control de cambios implantado desde febrero del 2003 el precio del dólar quedo sujeto a Bs. 1.600; en el 2004 se estableció en Bs. 1.920 y a partir del año 2005 quedo en Bs. 2.150 (Bs.F. 2,15), lo que ha generado reservas cercanas a los 40 mil millones de dólares. Con la implantación de esta política se buscó evitar la fuga de capitales que se había acentuado desde 1999 por la incertidumbre política en el país, que culminó en el golpe de estado del 2002 y el paro petrolero del 2002-2003; y segundo para evitar que la presión en el mercado cambiario pudiera forzar a una devaluación del bolívar. Ambas metas se lograron.
A los 40 mil millones de dólares que tiene Venezuela en reservas internacionales, se le suma una cantidad similar que están en el Fondo Nacional de Desarrollo (Fonden), más los fondos con China e Irán y el banco binacional ruso-venezolano, que otorgan al sistema financiero venezolano una sólida garantía de unos 100 mil millones de dólares. ¿Qué tal?
¿Quienes pudieran estar implicados en la “movida” de Madoff?
Los ricos venezolanos son muy frasquiteros, al contrario de los recontrarricos gringos, que generalmente pasan desapercibidos, como el fulano Bernard Madoff. Nuestros ricos son muy proclives al lucimiento personal como el señor Lope Mendoza, presidente del Banco Venezolano de Crédito, que no pierde ocasión para hablar mal del gobierno, el mismo que ha evitado su ruina. Pero los inevitables e infaltables en la “lista Madoff” son Gustavo Gómez López (Banco Latino) quien se habría asociado a Eduardo Gómez Sigala (Grupo Polar) y a Central Banco Universal, el cual aparece en la lista de los bancos privados venezolanos que atraviesan en la actualidad, como sucedió tres lustros atrás, con graves “problemas de liquidez”.
Otro infaltable sería José Álvarez Stelling (Banco Consolidado), quien está fugado del país y que se ha dedicado, a falta de bancos propios en Venezuela, a “administrar” el dinero que ilegalmente se llevó de Venezuela. Este señor maneja las financieras Rimini Holdings Ltd., radicada en Gran Bretaña y Álvarez Stelling Investment (Astinvest) en España, a nombre de quienes está un banco en este último país.
Fuentes muy confidenciales han revelado que dentro del país los más seguros inversionistas que cedieron a los encantos de Madoff, son Juan Carlos Escotet (Banesco) y Nelson Mezerhane (Banco Federal), quienes habrían invertido millones de dólares de sus clientes; así como Víctor Vargas, del Banco Occidental de Descuento (BOD), quien con su “agresiva” política financiera, logró engullir al Norvalbank, a Valencia EAP, al Banco Monagas y al Fondo de Activos Líquidos BOD, a través del holding Cartera de Inversiones, con negocios en banca, seguros, petróleo, redes de gasolina, gas e inmuebles.
Como se sabe, Víctor Vargas tiene una larga y vieja relación con Emilio Botín y el Banco Santander de España, el mismo que quedó engarzado con 2.330 millones de dólares de sus clientes, en productos gestionados por Madoff. Cuando se planteó la negociación entre Vargas y Botín por el Banco de Venezuela, el primero entregó en garantía bonos, de acuerdo a lo que publicó el diario 'El Universal', de Caracas, citando “fuentes financieras”, hecho ratificado posteriormente por el presidente Chávez. Los bonos que Vargas entregó a Botín habrían sido entregados como “muesca” del precio que pactaron y que rondaría los 1.200 millones de dólares, parte de los cuales se los había embolsillado Madoff.
Víctor José de Vargas e Irausquin, como se hace llamar ahora, se codea con la realeza europea porque casó a su hija María Margarita con Luis Alfonso de Borbón, bisnieto del general Franco y duque de Anjou, entre los “grandes” de España. Los amigos de Vargas son recibidos en su mansión de Florida, situada en Palm Beach, que le fue vendida por George Lindemann por la irrisoria suma de 70 millones de dólares.
El dinero de don Víctor estaría colocado en un subfondo denominado Optimal Strategic, de EE.UU., del que Madoff era el responsable de "ejecutar sus inversiones", según el Banco Santander.
Les aseguro que pronto habrán nuevas y sorprendentes revelaciones.
Correo: omar1montilla@gmail.com
Globoterror.com, portal venezolano, descubrió la aterradora verdad sobre lo ocurrido en Bagdad: no fue ningún "periodista iraquí" quien lanzó sus zapatos contra el benefactor de la humanidad George Bush, sino un maracucho tarifado del régimen venezolano, movido por el odio y con un vocabulario propio de marginal. Luego de analizar varias veces las últimas imágenes transmitidas desde Irak, donde el presidente George Bush fue salvajemente atacado por un iraquí, chavista y loco que le lanzó un zapato socialista, el Pentágono emitió un comunicado en el cual expresa que “todos los zapatos son armas de destrucción masiva”
Joseph Stiglitz
Premio Nobel de Economía, profesor de
Cito: “La verdad es que la mayoría de los errores individuales se reducen a sólo uno: la creencia en que los mercados se ajustan solos y que el papel del gobierno debiera ser mínimo. Al mirar retrospectivamente a esa creencia durante audiencias en otoño de este año en el Congreso, Alan Greenspan dijo en voz alta: “He encontrado un defecto.” El congresista Henry Waxman lo presionó, respondiendo: “En otras palabras, usted ha descubierto que su visión del mundo, su ideología, no era correcta; no funcionaba.” Ciertamente, precisamente,” dijo Greenspan. La adopción por EE.UU. – y por gran parte del resto del mundo – de esa filosofía económica defectuosa hizo inevitable que hayamos llegado al lugar en el que nos encontramos actualmente.” ¡Qué en paz descansen!
Algún día se habrán calmado las amenazas más urgentes posadas por la crisis crediticia y nos veremos ante la tarea principal de elaborar una dirección para los pasos económicos del futuro. Será un momento peligroso. Detrás de los debates sobre la política futura hay un debate sobre la historia: un debate sobre las causas de nuestra situación actual. La batalla por el pasado determinará la batalla por el presente. Por lo tanto es crucial entender bien la historia
¿Cuáles fueron las decisiones críticas que llevaron a la crisis? Se cometieron errores en cada encrucijada – tuvimos lo que los ingenieros llaman una “falla del sistema:” cuando no una sola decisión sino una cascada de decisiones producen un resultado trágico. Consideremos cinco momentos cruciales:
No. 1: Despido del presidente
En 1987 el gobierno de Reagan decidió remover a Paul Volcker de su puesto de presidente del Consejo de
Greenspan tuvo un doble papel.
Greenspan presidió sobre no una, sino sobre dos burbujas financieras. Después de que reventó la burbuja de la alta tecnología, en 2000 – 2001, ayudó a inflar la burbuja de la vivienda.
La primera responsabilidad de un banco central debería ser el mantenimiento de la estabilidad del sistema financiero. Si los bancos prestan sobre la base de valores artificialmente altos de los activos, el resultado puede ser una catástrofe como la que estamos viendo, y Greenspan lo debiera haber sabido. Tenía muchos de los instrumentos necesarios para hacer frente a la situación. Para encarar a la burbuja de la alta tecnología, podría haber aumentado los requerimientos marginales (la cantidad de dinero que deben financiar los compradores con sus propios medios para adquirir acciones). Para deflacionar la burbuja de la vivienda, podría haber limitado los préstamos depredadores a hogares de bajos ingresos y prohibido otras prácticas insidiosas (los préstamos sin documentación o “mentirosos”, los préstamos sólo con intereses, etc.). Esto habría ido bastante lejos para protegernos. Si no tenía los instrumentos, podría haber ido al Congreso y haberlos solicitado.
Desde luego, los actuales problemas con nuestro sistema financiera no son sólo el resultado de préstamos incobrables. Los bancos han hecho mega-apuestas mutuas mediante instrumentos complicados como los derivados, “credit-default swaps” (CDS), etc. Con estos, una parte paga a la otra si ocurren ciertos eventos; por ejemplo, si quiebra Bear Stearns, o si el dólar aumenta. Estos instrumentos fueron originalmente creados para ayudar a gestionar el riesgo, pero pueden también ser utilizados para jugar por dinero. Por lo tanto, si uno se siente seguro de que el dólar va a caer, podría hacer una gran apuesta correspondiente, y si el dólar verdaderamente cayera, sus ganancias aumentarían considerablemente. El problema es que, con este complicado entrelazado de apuestas de gran magnitud, nadie podía estar seguro de la posición financiera de otro, o incluso de la propia. No es sorprendente que los mercados crediticios se hayan paralizado.
Greenspan también jugó un papel en esto. Cuando yo era presidente del Consejo de Asesores Económicos, durante el gobierno de Clinton, participé en un comité de todos los principales reguladores financieros federales, un grupo que incluía a Greenspan y al Secretario del Tesoro Robert Rubin. Incluso entonces, era obvio que los derivados planteaban un peligro. No lo señalé de un modo tan memorable como Warren Buffett – quien vio en los derivados “armas financieras de destrucción masiva” – pero comprendimos lo que quería decir.
Y sin embargo, con todo ese riesgo, los desreguladores a cargo del sistema financiero – en
No. 2: Demoliendo los muros
La filosofía de la desregulación pagó dividendos indeseados durante años. En noviembre de 1999, el Congreso revocó
La consecuencia más importante de la revocación de Glass-Steagall fue indirecta – fue cómo la revocación cambió toda una cultura. No se supone que los bancos comerciales sean empresas de alto riesgo; se supone que administren el dinero de otros de un modo muy conservador.
Basado en este entendimiento el gobierno acepta pagar la cuenta si llegan a quebrar. Los bancos de inversión, por otra parte, han administrado tradicionalmente el dinero de gente acaudalada – gente que puede tomar riesgos mayores para obtener mayores ganancias. Cuando la revocación de Glass-Steagall juntó a los bancos de inversiones y comerciales, la cultura de la banca de inversiones salió ganando. Existía una demanda para el tipo de altas ganancias que sólo podían ser obtenidas mediante un alto apalancamiento y la aceptación de grandes riesgos.
Hubo otros pasos importantes por el camino desregulador. Uno fue la decisión en abril de 2004 de
Cuando echamos por tierra las antiguas regulaciones, no hicimos nada por encarar los nuevos desafíos planteados por los mercados del Siglo XXI. El desafío más importante fue el planteado por los derivados. En 1998, la jefa de
No. 3: Aplicando sanguijuelas
Luego vinieron los recortes tributarios de Bush, impuestos primero el 7 de junio de 2001, con una nueva entrega dos años después. El presidente y sus asesores parecían creer que recortes tributarios, especialmente para estadounidenses de altos ingresos, constituían un cura-lo-todo para cualquier enfermedad económica – el equivalente moderno de sanguijuelas. Las reducciones de impuestos jugaron un papel fundamental en la conformación de las condiciones que crearon el trasfondo de la actual crisis. Como su contribución al estímulo de la economía fue mínima, el verdadero impulso quedó en manos de
La reducción de la tasa de impuestos sobre ganancias del capital contribuyó de otra manera a la crisis. Fue una decisión que enfocaba los valores: los que especulaban (léase: jugaban con dinero) y ganaban eran gravados menos que los que ganaban un salario, los que simplemente trabajaban duro. Pero más que eso, la decisión alentaba el apalancamiento, porque los intereses eran deducibles de los impuestos. Si, por ejemplo, se pedía prestado un millón para comprar una casa o se tomaba un préstamo sobre la apreciación inmobiliaria por 100.000 dólares para comprar acciones, los intereses serían totalmente deducibles cada año. Cualquier ganancia de capital que se hacía era levemente gravada – en algún día posiblemente remoto en el futuro. El gobierno de Bush hacía una invitación abierta a los excesos al pedir prestado y prestar – pero los consumidores estadounidenses no necesitaban que los estimularan para hacerlo.
No. 4: Falsificación de las cifras
Mientras tanto, el 30 de junio de 2002, después de una serie de grandes escándalos – notablemente el colapso de WorldCom y Enron – el Congreso aprobó
La estructura de incentivos en las agencias de calificación también resultó ser perversa. Agencias como Moody's y Standard & Poor's son pagadas por los mismos a los que supuestamente deben calificar. Como resultado, tienen todos los motivos del mundo para dar buenas calificaciones a las compañías, en una versión financiera de lo que los profesores universitarios conocen como inflación de notas.
Las agencias de calificación de riesgos, como los bancos de inversión que les pagaban, creían en la alquimia financiero – que hipotecas tóxicas de grado F podían ser convertidas en productos suficientemente seguros para estar en poder de bancos comerciales y fondos de pensión. Habíamos visto el mismo fracaso de las agencias de calificación durante la crisis del Este Asiático durante los años noventa: altas calificaciones facilitaron una fuerte corriente de dinero hacia la región, y luego una repentina inversión de las calificaciones produjo la ruina. Pero los supervisores financieros no se interesaron.
No. 5: Que se desangre
El momento decisivo final vino con la aprobación de un paquete de rescate el 3 de octubre de 2008 – es decir, con la reacción del gobierno a la crisis en sí. Sentiremos las consecuencias durante años. Tanto el gobierno como
La propuesta original del Secretario del Tesoro, Henry Paulson, un documento de tres páginas que habría proporcionado 700.000 millones de dólares al secretario para gastar a su sola discreción, sin supervisión o revisión judicial, fue un acto de extraordinaria arrogancia. Vendió el programa como necesario para restaurar confianza. Pero no encaró las razones subyacentes de la pérdida de confianza. Los bancos habían otorgado demasiados préstamos incobrables. Tenían grandes agujeros en sus balances. Nadie sabía lo que era verdad y lo que era ficción. El paquete de rescate fue como una masiva transfusión a un paciente con hemorragia interna – y no se hizo nada en cuanto a la fuente del problema, es decir todas esas ejecuciones hipotecarias. Se desperdició un tiempo valioso mientras Paulson presionaba por su propio plan: “efectivo por basura,” comprando activos malos y trasfiriendo el riesgo a los contribuyentes estadounidenses.
Cuando terminó por abandonarlo, suministrando a los bancos el dinero que necesitaban, lo hizo de una manera que no sólo estafó a los contribuyentes estadounidenses sino no logró asegurar que los bancos utilizaran el dinero para reiniciar los préstamos. Incluso permitió a los bancos que entregaran dinero a sus accionistas mientras los contribuyentes depositaban su dinero en los bancos.
El otro problema que no fue encarado tenía que ver con las amenazantes debilidades en la economía. La economía había sido sostenida con préstamos excesivos. Ese juego se había acabado. Al contraerse el consumo, las exportaciones mantuvieron en funcionamiento la economía, pero con el fortalecimiento del dólar y la debilidad en Europa y en el resto del mundo, era difícil ver cómo eso podría continuar. Mientras tanto, los Estados enfrentaban masivas caídas de los ingresos – tendrían que reducir sus gastos. Sin una acción rápida del gobierno, la economía enfrentaba un receso. E incluso si los bancos hubieran prestado sabiamente – lo que no habían hecho – era seguro que el receso significaría un aumento en las deudas perdidas, debilitando aún más al sector financiero en dificultades.
El gobierno habló de desarrollo de confianza, pero lo que presentó fue en realidad un timo. Si el gobierno hubiera querido realmente restaurar confianza en el sistema financiero, habría comenzado por encarar los problemas subyacentes – las estructuras deficientes de incentivos y el sistema regulador inadecuado.
¿Hubo una sola decisión aislada que, si hubiera sido revertida, habría cambiado el curso de la historia? Todas las decisiones, incluidas las de no hacer algo, como han sido muchas de nuestras malas decisiones económicas, son consecuencia de decisiones anteriores, una red interrelacionada que va desde el pasado lejano hasta el futuro. Se escuchará a algunos de la derecha apuntar a ciertas acciones del propio gobierno – como ser
La verdad es que la mayoría de los errores individuales se reducen a sólo uno: la creencia en que los mercados se ajustan solos y que el papel del gobierno debiera ser mínimo. Al mirar retrospectivamente a esa creencia durante audiencias en otoño de este año en el Congreso, Alan Greenspan dijo en voz alta: “He encontrado un defecto.” El congresista Henry Waxman lo presionó, respondiendo: “En otras palabras, usted ha descubierto que su visión del mundo, su ideología, no era correcta; no funcionaba.” Ciertamente, precisamente,” dijo Greenspan. La adopción por EE.UU. – y por gran parte del resto del mundo – de esa filosofía económica defectuosa hizo inevitable que hayamos llegado al lugar en el que nos encontramos actualmente.
Economista de
Desempeño Profesional
* Presidente del Banco Central de Venezuela, cargo actual. * Primer Vicepresidente Gerente del Banco Central de Venezuela (2000 - 2005). * Presidente de Petróleos de Venezuela (2002).
Cargos Directivos Universitarios
* Vice-Rector Académico de LUZ (1980-1984). * Decano de
Carrera Docente
* Profesor de Economía Minera y Petrolera, LUZ (1964-1985). * Profesor de Problemas Económicos de Venezuela, LUZ (1969-1972). * Profesor de Integración Económica, LUZ (1969-1979). * Profesor de Economía y Política Petrolera. Post-Grado, LUZ. * Profesor de Macroeconomía, LUZ (1971-1972). * Profesor de Economía Venezolana I y II, LUZ (1986-1998). * Profesor de
Obra escrita
* “
Representaciones en Venezuela y en el Exterior
* Miembro de
Carlo Ponzi
Básicamente el "Esquema Ponzi", bautizado así en “honor” a su creador, el italiano Carlo Ponzi, es una operación de inversión de dinero que se realiza a partir de la promesa de grandes utilidades o de elevados e injustificados rendimientos que finalmente son obtenidos, no por los ingenuos “inversionistas”, sino por la persona (natural o jurídica) que ha recaudado el dinero. Es la típica estafa que genera una situación donde las ganancias son producidas gracias a nuevos “inversionistas” que ceden al encanto y a las promesas de obtener a cambio, elevadas sumas de dinero por la inversión realizada.
De la codicia y la avaricia: la enfermedad terminal del capitalismo
Los pobres tienen que pagar más por lo mismo que compran los ricos. ¿A cuenta de qué?
[1] Para saber más sobre la crisis asiática.
[2] Adam Smith: “La riqueza de las Naciones”, Alianza, 1994, página 46)
[2] Dante Alighieri: “