“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

23/7/15

El Esequibo y algo más

Guayana Esequiba: se juega el futuro de Venezuela
Está en juego algo más que el rescate del  Esequibo
¿Preservaremos la salida de Venezuela al Atlántico?

Gustavo Márquez Marín   |    A la diplomacia venezolana le toca actuar con mucha agilidad, prudencia y firmeza para desmontar el plan del  Departamento de Estado que busca sacar fuera del ámbito diplomático, del Acuerdo de Ginebra (1966), de las negociaciones bilaterales facilitadas por el “buen oficiante” designado por la ONU, el diferendo limítrofe venezolano-guyanés sobre el Esequibo. Para lograrlo, quiere provocar un conflicto entre Guyana y Venezuela  en el  cual actuaría como doliente y aliado del gobierno de Mr. Grange, porque estaría  comprometida “su seguridad nacional” al afectarse los intereses de la ExxonMobil. A esta le fue asignada ilegalmente una concesión petrolera (Bloque Stabroek), en un área marítima correspondiente al territorio en reclamación, extendida hacia la plataforma del Delta del Orinoco, invadiendo la fachada atlántica venezolana. 

20/7/15

Alemania termina con Grecia, la cuna de Occidente

José Pablo Feinmann    |   Durante el reciente Foro del Pensamiento Latinoamericano realizado no hace mucho en San Miguel de Tucumán, muchos de los disertantes unieron la situación de Suramérica con el trágico destino que amenaza una vez más a los griegos, nada menos que a ellos que pasan por ser –para la tradición europea y para muchos de sus más eminentes filósofos– la cuna de la civilización occidental. Así, en uno de esos momentos de flojedad, descanso o reposo que se producen en estos eventos (y que son a menudo los más fructífero) me encuentro tomando un café con Jorge Alemán, a quien quiero y admiro. Me dice: “Lo de Grecia es increíble. La propia Europa se empecina en destruir a los griegos, a los de hoy que heredan a los de ayer en quienes Occidente encuentra su origen, el surgimiento de la tragedia, Homero, la filosofía. ¡Si Heidegger resucitara y viera esto! Pobre, se muere otra vez. Lo que hace Alemania es demencial”.

(Me pareció una mirada original, brillante. Me puse a pensar a partir de ahí. Aclaración: es la primera y última vez que te cito, querido Jorge. De aquí en más procedo a apropiarme de esta idea, tal como tu admirado Lacan se adueñó de tantas de los más grandes filósofos que lo precedieron, sobre todo Heidegger, y nunca los citó.)