Sublata causa, tollitur effectus [*]
El comportamiento de las personas nos hace pensar que por medio de un individuo se conoce a los restantes miembros de su entorno. Eso no es nada bueno porque como usted es un anceps imago y porque decipimur specie recti ad augusta per angusta, nada se consigue sin sacrificio, podemos ser inducidos a creer que toda la jerarquía eclesiástica no sean vir sapiens, pauca loquitur, que no tengan el valor de la prudencia a la hora de hablar o sea ab uno disce omnes. Usted sabe muy bien que veritas odium parit, es decir que la verdad engendra odio, y esa podría ser la razón de sus sentimientos hacia el presidente Chávez.
Ab initio le hablo ab imo pectore, con el corazón en la mano, con toda sinceridad, y a continuación alea iacta es, cruzo el rubicón y entro en materia, con la conditio sine qua non de aceptar que in medio stat virtus, y usted con su conducta ha asumido posiciones extremistas al criticar al presidente Chávez por su lenguaje y no admite que dulce et decorum est pro patria mori, no es un invento reciente. No me diga que errare humanum est, porque usted habla muy concientemente y sin mayores apremios. Debe saber monseñor Luckert (léase Lica), que de de gustibus et coloribus no es disputandum, debe admitir que la mayoría del país apoya la causa revolucionaria, por lo que no aceptamos que usted nos hable ex cathedra.
Toda Venezuela sabe de su inclinación in extenso al partido albo adequis, y aquí inter nos, no admito su pretendido lapsus linguae, porque sé que lo ha dicho in vino veritas, con sus amigotes, esos mismos que contribuyen a su modus vivendi, es decir que usted no tiene una mens sana in corpore sano, pero si usted prefiere noli me tangere, o sea no me meto con usted y es mejor dejar el tema, por ahora.
Usted exclama: ¡o tempora o mores!, para referirse a la época feliz de Blanca Ibáñez cuando abundaba panem et circenses, y ustedes pensaban que al pueblo había que darle arepa y bonche con miche, así estaría tranquilo y se podían permitir peccata minuta, esas faltas de poca monta, una pelusa, sin embargo sic tansit gloria mundi, ya nadie los toma en cuenta porque ahora, gracias al presidente Chávez, Venezuelam sol lucet omnibus, ahora Venezuela es de todos y si vis pacem para bellum, estamos dispuestos a defender las conquistas alcanzadas, y el pueblo venezolano anuncia urbi et orbi, que ahora timeo Danaos et dona ferentes, rechaza las promesas engañosas de la oppositio.
Le advierto monseñor Luckert (léase “Lica”) que velis nolis, quiera o no quiera, sea o no de su agrado, por encima de todo que accesorium sequitur principale y de seguir conspirando estará sometido a una actio populares, no sólo ad intra, al interno del país sino también ad extra. Ad hoc, con tal fin, el pueblo decidirá ad libitum, el próximo 23 de noviembre con aequitas, a fortiori, con toda la fuerza, y le dirá no al animus belligerandi, que anida su anima, ya que allegans contraria non audiendus est, el que alega lo contrario no debe ser tenido en cuenta, porque sus palabras contravienen su conducta previa, por lo que resultan inadmisibles.
La oposición, que usted apoya tiene animus derelinquendi, intención de abandonar algo, se sienten vencidos y no tienen animus occupandi o possidendi, pareciera que ahora el poder es esquivo, es decir, tampoco tienen animus posessionis, y eso sí es grave. A posteriori, se verá si realmente en el Zulia y Nueva Esparta les embargará el animus transferendi, y aceptarán sin decir ¡fraude!, la victoria de PSUV. A sensu contrario, ut dedere aut iudicare, si no quieren entregar esa gobernaciones declararemos la bellum iustum, porque sería un casus belli evidente, pues las reglas del CNE, su Corpus iuris, es un casus foederis, porque deben ser cumplidas, así lo estipula no sólo
El Corpus iuris spatialis, las reglas que rigen la materia espacial, por si no lo sabe, no permiten que se le cause un damnum emergens a nuestro satélite, y los cuerpos de seguridad del Estado han hecho la debellatio conspirationis, siendo considerada un delicta iuris gentium, contra el derecho internacional; y si van presos, no digan como siempre que ha sido una denegatio iustitiae. Nuestra consigna es Do ut des, “Dando y Dando”, y no se queje mas monseñor Luckert (léase “Lica”), porque Dura lex, sed lex, y se aplica erga omnes, a todos.
Lo ex aequo et bono, sería que ustedes aceptaran de una vez por todas ex factis oritur ius, por lo que no pueden pedir ex gratia el perdón. Deben admitir también que ex iniuria non oritur ius, porque ex lege, de un delito no puede originarse un derecho.
No me venga con vainas monseñor Luckert (léase “Lica”), porque venire contra factum proprium non valet, no tiene derecho de reclamar por sus pecados.
[*] Suprimida la causa, desaparece el efecto, o sea: “muerto el perro se acaba la rabia”