"Entonces viene un loco de estos, porque es un loco. ¡Un loco con un cañón! […] Lo digo: eso se va a acabar. Ese loco con ese cañón, se va a acabar o me dejo de llamar Hugo Rafael Chávez Frías. ¡Ya basta! Si van a dar un golpe, prepárense, vengan. Si van a hacer guarimba, vayan, los esperamos. ¡Pero no vamos a tolerar más a un loco con un cañón disparándole a todo el mundo! ¡Ya basta! Llamo al pueblo a que se prepare".
Hugo Chávez en "Aló, Presidente!"
Entonces hay que tomarle la palabra al presidente, y como en toda batalla debemos preguntarnos ¿dónde están las armas? Porque evidentemente este nuevo escenario es digno de la Guerra de Cuarta Generación, donde los instrumentos “letales” son invisibles y los daños que se producen están localizados en la mente de las personas. Hasta ahora la derecha exógena tiene las de ganar porque las mejores armas están en sus manos: prensa, radio y televisión tanto nacionales como extranjeras.
Aunque debemos estar preparados, esa derecha exógena carece de armas militares suficientes para dar un golpe de estado y las marchas y las guarimbas están tan desprestigiadas que basta con repasar los resultados de la “supermegamarcha” del 1º de mayo para sacar algunas conclusiones. Están tan desorganizados y la rebatiña por el liderazgo es tal, que fue el propio Antonio Ledezma quien saboteó la marcha “pacífica” para transformarla en lo que degeneró y así tapar las apariencias de lo que fue un estruendoso fracaso.
Pero las armas para librar la batalla que se avecina las tenemos amelladas unas, escondidas otras, dispersas las más. Augusto Hernández en su columna de Aporrea denuncia que
A esta singular anomalía, se une la baja frecuencia en la que opera, por lo que Hernández opina que “sería deseable y lógico que ésta tuviera transmisores de 50 o 100 kilovatios convenientemente ubicados en las regiones fronterizas, como fieles guardianes de la soberanía comunicacional de nuestra patria…” Esto en lo que se refiere a
Las “armas” de la televisión están tan maltrechas como las de
Afortunadamente sólo tenemos un soldado que se encargará el solo de esta batalla: Hugo Chávez, porque si no fuera así, hace tiempo ya estaríamos fritos.