“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

14/11/12

La cultura del miedo / El miedo y el capitalismo son enemigos de toda forma de expresión genuinamente humana

Álvaro Cuadra

Especial para La Página
Los medios de comunicación globalizados, en esta era de la “Híper Industria Cultural”, son los encargados de construir un “imaginario global” dirigido principalmente al control social. Los medios planetarios fabrican el presente de la humanidad “en vivo y en directo”, pues como es bien sabido, solo existe lo que es puesto en las pantallas del mundo. De este modo, el propósito último de las grandes cadenas internacionales no es informar sino servir a gobiernos y grandes corporaciones para administrar y regular el flujo de información.

Las imágenes diseminadas por los medios y reproducidas hasta la saciedad en cada rincón del planeta tierra, con muy pocas excepciones, se fundamentan en el “miedo” La humanidad entera es sometida a un estado de crispación fruto de las “amenazas” -  reales o imaginarias -  que nos instilan los medios de comunicación. Sea que se trate de una  crisis económica del capitalismo global, de un atentado terrorista, una catástrofe medioambiental o de la penúltima guerra en el Medio Oriente, cada noticiero mundial es una “performance del terror”

El “miedo” paraliza, impide pensar y mucho menos “criticar”; y esto lo saben muy bien los poderosos. Una “cultura del miedo” es una cultura del sometimiento y la dominación sobre grandes conglomerados humanos. Millones de seres humanos están, literalmente, cautivos en grandes urbes, domesticados por el “miedo”, obligados a seguir su destino de “empleos miserables” a cambio de “consumo basura”. La vida humana ha sido desprovista de toda dignidad, sometida a la narcosis del “entertainment de masas”, las drogas, el dogmatismo religioso y el alcohol.

El “miedo” y el capitalismo van de la mano, ambos enemigos de toda forma de expresión genuinamente humana. Si hay algo característico de la “cultura global” es que ha sido configurada como una “cultura apocalíptica”. Esta sensación de “fin del mundo” es ya un lugar común en la gran prensa, programas de televisión y miles de vídeos en las redes. Su última versión es una lectura tergiversada de las tradiciones mayas que anuncia un inminente día final.

Esta nueva “cultura global”, con su dosis creciente de violencia y espectacularidad, que se impone por doquier deja fuera, precisamente, lo mejor del ser humano. Los sentimientos de “alegría”, “esperanza”, “confianza” y “solidaridad” han sido expurgados como experiencias cotidianas. Los ciudadanos de los diversos países han sido despojados de sus derechos básicos en nombre de la “seguridad nacional”, programados por mentiras sistemáticas que terminan siendo verdades aceptadas. Cuando la ciudadanía es abolida por un rebaño de consumidores - sin capacidad de pensar, sentir y criticar se anula toda profundidad espiritual, ética, estética y política al mismo tiempo. Superar la “cultura del miedo” es un primer paso para recuperar la dignidad que nos asiste como seres humanos en este mundo.