“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

9/1/13

La derecha chilena muestra la hilacha

Álvaro Cuadra

Especial para La Página
Lo que viene aconteciendo en la región de Araucanía ha tenido una consecuencia política inmediata: La derecha ha mostrado  la hilacha. Desde titulares sensacionalistas en su prensa escrita y en televisión que nos traen a la memoria años pretéritos hasta huelga de camioneros y la mal disimulada respuesta represiva. A cuarenta años del golpe de estado protagonizado por Augusto Pinochet, el imaginario de camioneros, uniformados y civiles de derechas permanece intacto, siguen siendo los mismos: Un cocktail malsano al que se han hecho adictos desde que
brindaron triunfantes en “chacarillas”: mezcla de racismo mal disimulado, autoritarismo legalizado, codicia y clasismo a ultranza.

La actual crisis de Araucanía ha permitido que ciertos sectores de la derecha chilena se saquen la máscara democrática liberal y nos muestren su faz más real y descarnada. La experiencia histórica muestra, sin embargo,  que en tiempos de elecciones, temas como la “amenaza terrorista” o la “violencia”  fortalecen en el electorado las posiciones conservadoras. En este sentido, el tratamiento mediático y político que se le está dando al tema mapuche lo instala en la agenda política electoral del 2013 y, quiérase o no, todas las candidaturas deberán hacerse cargo del asunto.

Desde este punto de vista, las duras declaraciones de diversos ministros y parlamentarios oficialistas representan una lamentable “regresión” frente a los reclamos democráticos planteados por diversos movimientos sociales, incluidas las minorías éticas. Una derecha políticamente debilitada frente a una candidatura muy fuerte como la de la ex mandataria, señora Bachelet, ha encontrado el pretexto que necesitaba, convertir una legítima demanda social en una “amenaza interna”, recordándonos a todos los chilenos que, después de todo, estamos, como decía un eminente sociólogo, en una “democracia de seguridad nacional”

La estrategia de la Moneda en cuanto a “militarizar” el conflicto no es nada bueno para el proceso democrático chileno y enturbia el debate en este año de elecciones presidenciales y parlamentarias. Como en los viejos tiempos, la derecha, en una tácita complicidad con los altos mandos castrenses y sus aparatos de inteligencia, administra la violencia y la represión como una estrategia para fortalecer su sector ante una ciudadanía domesticada por los medios. Así, frente a un luctuoso incidente policial con resultado de muerte irrumpen indignados los mismos que han reprimido a los mapuches desde siempre.