“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

11/5/16

Pensando la crisis económica mundial

Tras esta breve introducción sintetizando los nudos de la crisis económica mundial, reunimos aquí los últimos artículos referidos a análisis y caracterización publicados por la autora

Paula Bach  

A través del conjunto de elementos que construyen la compleja trama de la economía mundial en la crisis vigente, hemos analizado y distinguido en los artículos que presentamos a continuación, los que nos han parecido los nudos conceptuales fundamentales. Nudos que a nuestro entender permiten dar un orden al modo caótico en el que los hechos empíricos se presentan y derivar posibles escenarios.

El estado actual de la relación China-Estados Unidos resulta a nuestro entender uno de esos nudos. El lento crecimiento de la economía mundial de los últimos siete años terminó estableciendo un límite al vigoroso crecimiento chino. La menor pujanza del gigante asiático y su necesidad de trocar el “modelo exportador” por uno mercadointernista, comienzan a transformarlo del receptor de capitales que fue durante los últimos años en nuevo competidor por los espacios mundiales de acumulación. Se trata de uno de los grandes cambios de escenario que a diferencia de los años pos Lehman -sean cuales fueran las formas que adopte- marcará las relaciones económicas y políticas del período próximo.

El menor crecimiento chino –y su efecto sobre gran parte de los mercados denominados “emergentes”- desintegró la “meca” receptora de capitales faltos de destino lucrativo en los países del centro. Se deriva de aquí un segundo nudo: la “sinergia” entre el mundo de las políticas monetarias expansivas y el mundo de la economía “real” empieza a desdibujarse y el costado ineficaz de las políticas monetarias salta a primer plano. Los capitales monetarios retornan a los países centrales –a Estados Unidos en particular- colocando sobre la Bolsa de valores presiones que podrían resultar insoportables. Es este el trasfondo de las oscilaciones de la Fed sobre las políticas monetarias laxas en general y de tasas de interés históricamente bajas en particular. Oscilaciones que por su parte lejos de resultar inocuas, tienen fuertes repercusiones sobre la economía mundial. Ese trasfondo constituye también el disparador de las múltiples voces que están descubriendo la “insuficiencia” de las políticas monetarias a la vez que bregan por “políticas fiscales”.

El asunto del crecimiento de las deudas posterior a la caída de Lehman adopta en este contexto una nueva fisonomía, transformándose en otro de los nudos en cuestión. Si hace años que los bancos se encuentran fuertemente apalancados, su fragilidad se vuelve un dato mucho más crítico cuando los escasos núcleos sólidos de la “economía real” (léase China y en parte el resto de los llamados “emergentes”) comienzan a flaquear. A la vez la reversión del flujo de capitales agrava la situación de las deudas en la “periferia”. Brasil está entre las peores víctimas, sacudido por la crisis política, enfrenta su segundo año de caída de la economía superior al 3%.

Estos elementos permiten distinguir -como otro nudo si se quiere- el hecho de que se están desarrollando las condiciones para el inicio de lo que podría llamarse una segunda etapa o “temporada” de la crisis económica mundial que trascurrirá sobre un sustrato aún más crítico del que prevaleció durante los siete años que siguieron a la caída de Lehman. Esta segunda etapa contiene en potencia la posibilidad del desarrollo de una nueva recesión mundial al estilo de la de 2008/2009 o aún peor.

Pero las cosas no suelen suceder linealmente y ello exige distinguir a la vez los escenarios posibles de corto y largo plazo. Aunque en el corto plazo no pueden descartarse estabilizaciones parciales, necesariamente -y siempre y cuando las condiciones estructurales esbozadas sean las correctas-, la cuestión de la sobreacumulación de capitales volverá a ocupar un primer plano. La exigencia de nuevas fuentes reales para la acumulación –un problema nada sencillo- deviene una cuestión estratégica para el capital que mantendrá latente la posibilidad de una nueva recesión mundial.

Estos son algunos de los nudos desarrollados en los artículos que a continuación dejamos al lector ordenados de acuerdo a su fecha de publicación.



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