“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

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14/10/13

Bertrand Russell & Ludwig Wittgenstein: una relación incomprendida

    Bertrand Russell  ✆ Simply Charly
  • En los últimos años de su vida Russell fue retomando  posiciones progresistas, anti-capitalistas y anti-imperialistas, con lo cual se fue  acercando poco a poco a posiciones políticas cada vez más cercanas a las de  Wittgenstein.
Alejandro Tomasini Bassols  |  Puede razonablemente sostenerse, sin ser excesivamente temerarios o dogmáticos, que Bertrand Russell y Ludwig Wittgenstein son, con mucho, los dos filósofos más decisivos del siglo XX. De diferente modo y en direcciones no siempre convergentes, ambos marcaron como nadie el destino de la filosofía occidental y, en verdad, de la cultura occidental. Russell, por ejemplo, se encuentra en la raíz de las discusiones sobre los fundamentos de las matemáticas, discusiones de las cuales fueron brotando paulatinamenteel programa de Hilbert, el teorema de Gödel y, por alambicados vericuetos, las máquinas de Turing y la teoría de la computación, con la cual el mundo sufrió su mayor revolución de los últimos siglos. Wittgenstein tuvo una menor influencia en el mundo científico, pero la revolución que llevó a cabo en

24/3/13

Cómo envejecer / Quien ha conocido las alegrías y las tristezas, temer a la muerte es algo abyecto e innoble

Sir Bertrand Russell
Bertrand Russell
  • Creo que a los que tienen preocupaciones impersonales intensas, que impliquen actividades apropiadas, les será más fácil conseguir una vejez afortunada.
  • Nunca hago nada pensando que será bueno para la salud, aunque, en la práctica, lo que me gusta hacer es en su mayor parte saludable.
A pesar del título, este artículo tratará, en realidad, de cómo no envejecer, que, a mis años, es un tema mucho más importante. Mi primer consejo sería que escogiesen ustedes sus antepasados cuidadosamente. Aunque mi padre y mi madre murieron los dos jóvenes, me he portado bien, a este respecto, por lo que se refiere a mis otros antepasados. Mi abuelo materno, es verdad, se extinguió en la flor de su juventud, a la edad de 67 años; pero mis otros tres abuelos vivieron más de ochenta años. Entre mis ascendientes más alejados, sólo puedo encontrar uno que no alcanzase una gran longevidad, y ése murió de una enfermedad que es ahora rara: la decapitación.