Especial para La Página |
Caminando sobre una delgada cuerda se ha dado inicio a un
proceso político que puede dar lugar a significativos cambios en la dinámica
geopolítica de América Latina y el Caribe. Se trata de las conversaciones
de paz entre los insurgentes de las
FARC-EP y el gobierno de Colombia. Los
primeros quieren la paz como parte de un proceso de conquista de
reivindicaciones sociales para la mayoría desposeída de la población
colombiana, mientras que el segundo concibe la paz como una condición necesaria
para que Colombia se encamine hacia un crecimiento económico sostenido, en el
marco de una economía abierta al mundo.
Ese andar de equilibristas,
que ya ha comenzado, tendrá como
sedes a las ciudades de Oslo (Noruega) y La Habana (Cuba), y como países
acompañantes a Venezuela y Chile. El primero de los equilibristas, las FARC-EP,
procurará avanzar para llegar
airoso al final de la cuerda, para luego
insertarse (sin armas) en la vida
política colombiana, en medio del vasto torbellino de movimientos sociales que en
el hermano país se ha venido levantando durante los últimos años. El segundo
equilibrista, el Presidente Juan Manuel Santos, quien aspira llegar triunfante
a la meta, levantando la bandera de la
paz y con un fuerte respaldo de la sociedad colombiana, que le garantice
su reelección en el año 2014.