“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

25/2/12

Previsiones económicas para España

Isaac Rosa

Como aquí hasta el último mono presenta sus previsiones económicas, no pienso yo ser menos. Aquí va la mía para 2012: la cosa pinta mal; hay crisis para rato; los parados pueden esperar sentados y el resto prepararse por si le despiden; no se venderá una escoba porque no hay quien la compre; el final de mes se adelantará otra semana; habrá más gente sin casa; trabajaremos más y cobraremos menos; seremos más pobres y desiguales.

Si les suena demasiado llana, la reescribo en lenguaje economicista: seguirá la recesión, el PIB caerá más, el desempleo crecerá y las medidas de ajuste deprimirán más la demanda. ¿Les vale, o necesitan también porcentajes? Como quieran: el PIB caerá un 2%, el paro llegará al 24,5%, el consumo privado bajará un 3%, y el déficit superará el 6%. ¿Necesitan un powerpoint?

¿De dónde saco estas previsiones? Pues de mi servicio de estudios, que es como mínimo tan fiable como los de Bruselas, el FMI, el Banco de España, la Funcas y los innumerables servicios y expertos. Todos ellos se equivocan una y otra vez, y no pasa nada, no sé por qué a mí me lo van a tener en cuenta. Además, mis previsiones están “sujetas a un grado elevado de incertidumbre”, que es la coletilla que siempre añaden para que disculpemos sus errores.

Las previsiones se equivocan una y otra vez, sí, y sin embargo son tenidas en cuenta por los gobiernos para elaborar sus presupuestos y planificar el ajuste. ¿Pero cuál es el huevo y cuál la gallina? El ajuste se basa en las previsiones, pero al final el ajuste deprime más la economía e invalida las previsiones, de modo que éstas se revisan, y la nueva previsión sirve para el nuevo ajuste, y etc. Aplicado a España: basándonos en una previsión, fijamos un objetivo de déficit del 4,4%. Como el esfuerzo nos hunde más, revisamos la previsión y corregimos unas décimas el objetivo de déficit, pero como éste no es menos duro que el anterior sino sólo proporcional al deterioro económico, volveremos a incumplir la previsión y el objetivo, revisaremos todo otra vez y vuelta a empezar. Y entre tanto, cada vez estamos más abajo.

Título original: “Mis previsiones económicas”