Conversación @ Janice Nadeau |
"Los límites de mi lenguaje significan los límites de
mi mundo": Ludwig Wittgenstein
El capitalismo obliga a la gente a competir implacablemente
por cuotas de mercado, recursos naturales, y capital humano. Menos obvio es que
también batalla por terminologías. Es llamado lingüismo...
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Filosofía, religión, y ciencia son conceptos ideológicos que
sirven las necesidades de Occidente dominante, y que en el pasado casi nunca
eran cuestionados. En este siglo, sin embargo, esto podría cambiar. Debido a la antigua conquista europea del mundo, la mayoría
de los pueblos avasallados adoptaron vocabularios europeos. El resultado es un
nutrido grupo de “estudiantes internacionales” que ya no tienen otros conceptos
disponibles fuera de filosofía, religión, y ciencia, para explicar toda la gama
del pensamiento humano. Es un poco intelectualmente árido.
La reducción de todos los vocabularios del mundo a unas
pocas palabras inherentemente europeas hace que la composición de una
“Filosofía de China” sin utilizar un solo término chino original sea fácil para
nuestras elites.
La palabra “filosofía” incluye todo lo extranjero, mientras
está firmemente arraigada en la tradición occidental. Al mismo tiempo la
palabra carece de todo extranjerismo cuando nos referimos solamente a nosotros
mismos. Por lo tanto, un libro titulado ‘Historia de la Filosofía’ puede
incluir un capítulo sobre Confucio o no – en ambos casos no dejaría de
convertir en realidad la promesa de su título.
Si preguntásemos a un estadounidense, ¿cuál es el mayor
sindicato del mundo? probablemente respondería que son los sindicatos, la Cosa
Nostra, los masones, o tal vez los anarquistas. En realidad, no es ninguno de
ellos – son los filósofos.
Lo que comenzó en Grecia como la escuela de filosofía de
Platón eliminó a todos sus competidores, conspiró con la religión, y es ahora
una especie de proyecto de membresía obligatoria para todas las sociedades
humanas del mundo. Ningún gran pensador de cualquier cultura puede escapar a
nuestra etiqueta de “filósofo” aunque no lo sea, y ningún hombre de letras
saldrá de nuestras universidades sin un PhD –un doctorado en filosofía–, aunque
no tenga nada que ver con ella.
Si consultamos la historia real, “filósofo” no fue siquiera
un concepto en el Este de Asia antes de que Nishi Armani lo tradujera al
japonés tetsukagusha cerca de 1871. No existe ningún ejemplo de la palabra
“filosofía” (en chino moderno: zhexue ) en ninguno de los clásicos del Este de
Asia. Nuestros libros sobre “Filosofía China” son una falsificación flagrante,
y nuestros “Departamentos de Filosofía Oriental” son crueles ficciones.
Es algo hermoso, la destrucción de palabras extranjeras.
Hemos dado con el shengren , que es seijin en japonés, y seng-yin en coreano, y
los hemos alterado, o utilizando el término oficial, traducido como “filósofos
chinos”, “filósofos japoneses”, “filósofos coreanos”. Y, hablando
metafóricamente, hemos aniquilado el espiritual wenming chino y el bunmei de
Japón, que ahora re-imaginamos a nuestra manera como “civilizaciones”
materialistas.
Empleamos a miles de eruditos, todos “doctores en
filosofía”, que aseguran que nuestras “correcciones” del conocimiento humano se
parezcan al original. En todo caso, el público no podría establecer la
diferencia entre un shengren y un filósofo. De hecho, el público no puede saber
lo que ha sido omitido de nuestros textos de estudio.
Tal vez nuestra mayor invención hasta ahora fue “ciencia”.
Tal vez existan ideas igualmente admirables en los vastos dominios de sastras y
sutras , o que todavía existan en China innumerables enseñanzas, jiao . Sin
embargo, a la gente se le enseña que es la ciencia, una palabra y un concepto
occidental, que todos debemos adorar y a la que debemos aspirar.
Tal vez “globalización” sea solo otro brillante eufemismo
para esta continua destrucción de ideas no-occidentales. Queremos ‘economía’,
no jingji . Queremos ‘globalización’, no tianren heyi . No son lo mismo.
Exigimos ‘democracia’ en China, pero técnicamente esa palabra no puede existir
en ese país.
Lo próximo es “religión”. Religión es cristianismo. Todos
vivimos en el año 2012 de nuestro Señor, Jesucristo. El motivo por el cual
llamamos “religión” enseñanzas como budismo o confucionismo es simplemente
porque queremos extender nuestra religión sobre todo lo que tengan, digerirlos,
administrar conocimientos extranjeros en nuestros libros sobre “Religiones del
mundo”.
Cuesta imaginar al presidente de EE.UU. diciendo: “¡Alá
bendiga EE.UU.!” O al Papa llamando a Jesucristo y San Nicolás “Buda” y “
Shengren ”. Pero afirmamos permanentemente que los musulmanes tienen un Dios y
que Confucio es un santo.
A nuestros estudiantes se les dice convenientemente que hay
“santos” y “filósofos” por toda Asia, pero evidentemente no hay ni un solo
buda, bodhisattva , o shengren en Europa o en EE.UU. Pensad. ¿Cuál es esa
probabilidad?
Cualquier lingüista que valga la pena, sabe que los vocabularios
de los lenguajes del mundo se suman, no se superponen. La traducción es siempre
reducción: una palabra reconocida, la otra… eliminada.
En este caso, como tan a menudo nos basamos en la potencia
de nuestra flor y nata. En el pasado los conquistadores obtenían derecho al
territorio ocupado. Hoy reciben contratos con algún editor de Oxford o
Cambridge sobre la historia de “algo” – algo que ahora se escribe en inglés.
Qué mayor obsequio se puede otorgar a un hombre de intelecto que la entrega de la
soberanía sobre la definición del pensamiento extranjero.
La traducción es una forma de engaño mental, y su fin es
siempre el poder. El poder reside en la apropiación de otros. Seguro, los
nombres verdaderos siempre derrotan a los nombres falsos; es precisamente el
motivo por el cual los chinos quieren conservar sus propios nombres, y los
europeos hacemos todo lo posible por apropiarnos de esos nombres. Pensad en el
hábito occidental de invertir los apellidos y los nombres chinos, lo que raya
en coerción.
Qué mejor uso de un ejército de eruditos necesitados que
frecuentemente viven de la caridad estatal que ayudar a Europa a llenar sus
bibliotecas de falsificaciones útiles. ¡Aquí un libro “Religión de China”; allí
un libro “Revolución Científica en China”; allá otro “Filosofía clásica china”!
Los eruditos transmutan la historia, deforman la realidad, ocultan los nombres
correctos.
Conceptos extranjeros clave como daxue (que nosotros
llamamos “universidad”, shengren (que nosotros llamamos “santos”) o junzi (que
nosotros llamamos “caballeros”) tienen en su uso nativo un significado
heterodoxo. El pensamiento extranjero como rujiao o fojiao es pensamiento
indeseado. Lo “no-europeo” obviamente existe, pero debido a sus orígenes
no-europeos, conceptos extranjeros hacen que Europa se sienta incompleta e
ineducada.
Un ejemplo destacado es Alemania que siempre rindió culto al
poder e inició todo el asunto de Kulturwissenschaften (queriendo decir la
ciencia de las culturas). A pesar del incansable estudio de culturas y
lenguajes extranjeros, los alemanes solo los trataron como objetos muertos.
Como un siniestro efecto secundario, Alemania, con la excepción de la tardía
influencia estadounidense que le fue impuesta, siempre siguió siendo absoluta y
totalitariamente libre de lo foráneo.
Por cierto, el sinólogo europeo más completo es siempre el
menos chino. O, ¿habéis encontrado algún día un entomólogo que sea una
mariposa?
Thorsten Pattberg |
Thorsten Pattberg es lingüista y autor de The East-West
Dichotomy (2009), Shengren (2011), e Inside Peking University (2012). Actualmente está en el consejo de la
German East Asiatic Society en Tokio, Japón.
Este artículo fue publicado primero en Asia Times el 24 de mayo de 2012. (Copyright 2012 Thorsten Pattberg.)
© Copyright Thorsten Pattberg, Global Research, 2012
Este artículo fue publicado primero en Asia Times el 24 de mayo de 2012. (Copyright 2012 Thorsten Pattberg.)
© Copyright Thorsten Pattberg, Global Research, 2012
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens |