“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

5/11/12

Uruguay, lo que se viene / La democracia y la libertad en los gobiernos del Frente Amplio se han fortalecido

Esteban Valenti

Política es necesariamente hacer prospectiva, a medio y largo plazo. En general la velocidad de los cambios en el mundo y en nuestro país hacen mucho más difícil esta tarea de establecer cuales son los posibles desarrollos de la política, la economía, la sociedad, la cultura y otros factores que influirán en el futuro nacional.

Asumamos que además las dificultades, por no decir la pobreza del debate político, la sucesión de episodios que sustituyen los relatos por las escaramuzas y los discursos por los twitter, tampoco ayudan a fortalecer la elaboración estratégica, y la prospectiva es un ejercicio imprescindible para trazar estrategias. Propias y prever ajenas. La izquierda necesita, es imprescindible contar con una estrategia. La derecha que haga lo que le parece.

Lo primero que podemos augurar sin posibilidad de equivocarnos, es que se viene una embestida cada día más feroz de parte de la derecha, y que esa será su estrategia y su táctica.. Concentrada en Tabaré Vázquez y el anterior gobierno. Ese es ahora su objetivo central. La herencia maldita no fueron las décadas de mal gobierno “tradicional”, los desastres en casi todos los frentes en que dejaron al país, ahora el fuego de artillería pesada será contra Vázquez y en consecuencia sobre la política económica y su continuidad, ergo Danilo Astori y su equipo. La interpelación fue solo un adelanto.

Si no logramos colocar los temas centrales del debate, que es lo que se juega el país en todos los frentes de su existencia, desde los más materiales y tangibles, como el nivel de vida de la inmensa mayoría de la población, de los que viven de su trabajo, en todas las esferas, de los que invierten para producir e incluso del estado de ánimo y espiritual de la república, perderemos. Es una batalla que implica capacidad de iniciativa política, de respuesta concreta, de no caer en las muchas trampas que nos tenderán. La más común de todas, es azuzar las diferencias internas, que existen pero que se agudizan con la proximidad de la disputa electoral, que tiene también una componente interna inevitable.

La derecha está preocupada, no le funcionaron ninguna de sus variantes, ni las relaciones institucionales respetuosas con el gobierno, ni el tiroteo sistemático y desde diversos ángulos y ahora parece haber optado por el choque frontal. No olvidemos que ellos también tienen su propia interna, mucho más feroz que la nuestra, en la que deben demostrar dos cosas: que la izquierda fracasó y que cada uno de ellos es la respuesta adecuada para el retorno de la derecha al poder.

Será una batalla interesante y dura, no sólo de discursos y de ataques, sino de estrategias que se irán ajustando a lo largo del camino, con un ojo puesto en la relación de fuerzas con el gobierno y con el Frente Amplio y el otro en sus internas partidarias y entre blancos y colorados y el tercer ojo...en las internas dentro de cada partido.

Hay un objetivo en que el coinciden todas las fracciones: hacer olvidar el pasado, sus responsabilidades en los gobiernos que desde el 1985 al 2004 nos llevaron a la decadencia y a la mayor crisis de nuestra historia. Esa es su única obsesión que los unifica.

La interpelación a los ministros Fernando Lorenzo y Enrique Pintado y al presidente del Banco República Fernando Calloia dejó interesantes lecciones. Además de la ferocidad, la burrada. Nunca vi gente que se prendiera de cualquier cosa y perdiera el rumbo con tanta facilidad. Los gentiles opositores tenían un amplio frente de ataque y eligieron el peor lugar, el más escarpado y mejor defendido, el Banco República.

Los méritos de la gestión de Fernando Calloia, los resultados comparados con todas las gestiones anteriores, su aporte al desarrollo del país y a la transformación del BROU de un (banco fundido, Ramón Díaz Dixit) al que obtiene los mejores resultados, el que tiene la mayor confianza de sus clientes, residentes y no residentes, el que aporta soluciones incluso al tema del turismo y el uso de moneda argentina, incluso el esfuerzo por colaborar con una solución para el delicado tema de Pluna, son bastiones impresionantes. Contra allí se estrellaron. Y de la peor manera.

Con un representante del senador Jorge Larrañaga en el Banco Central, que a diferencia del que fue designado en el BROU por el Partido Nacional que en todo momento actuó de acuerdo a sus obligaciones institucionales, en forma cándida Washington Ribeiro, que en su vida debe haber leído la Carta Orgánica del BCU, declaró en varios medios de prensa que violaba su obligaciones de reserva y secreto por mandato de su sector político. Patético. Espero que la denuncia penal la presenten las autoridades bancarias correspondientes.

Para más información de los lectores: Textual, declaraciones a Radio Sarandí del 12 de octubre 2012, Washington Ribeiro, miembro del directorio del Banco Central:
“En ese contexto, el día miércoles en la sesión del Directorio, yo planteé a solicitud del Dr. Larrañaga, de que específicamente se analice esta carpeta de Cosmo y se le dé mayor celeridad dentro del proceso de análisis, dado el estado que ha tomado la opinión pública y el monto del crédito o sea que, el planteo lo hice el miércoles pasado y en función de que el presidente está en la asamblea del Fondo Monetario Internacional, seguramente sea aprobado o no, va ser tratado en la próxima sesión de la semana esta que entra”
Para los interesados, la Carta Orgánica del Banco Central del Uruguay, LEY Nº 16.696 del 30 de marzo de 1995, en sus artículo 23 establece:
“ARTÍCULO 23 - (Obligación de secreto). Los funcionarios del Banco tienen el deber de guardar el más estricto secreto y la más absoluta reserva sobre cada uno de los asuntos bancarios que lleguen a su conocimiento en el ejercicio o en ocasión del ejercicio de sus funciones, bajo la más severa responsabilidad administrativa, civil y penal, si fuera del caso (artículo 25 "in fine" del Decreto-Ley Nº 15.322 de 17 de setiembre de 1982, y artículo 163 del Código Penal).”
Sería bueno que los custodios de las leyes, hicieran una lectura completa de sus obligaciones.

Ahora si asumimos que esta es la línea de la derecha, tenemos que extremar los cuidados y la inteligencia en toda nuestra acción, porque cierta ferocidad de parte de la oposición, está alimentada por nuestros errores y nuestras contradicciones. Tenemos que asumirlo.

Para esta gran operación política e ideológica la derecha cuenta además con el aporte de cierta prensa. ¡Viva la libertad de prensa! Debemos batirnos por la más amplia posibilidad de todos, de emitir sus opiniones, de defendernos y sobre todo de atacarnos. Eso es la libertad, sobre todo la que tienen los opositores al poder.

Países como Brasil y Chile en estos días, donde la izquierda no ha practicado ningún tipo de operaciones contra la prensa, al contrario, la izquierda avanzó en forma notoria en las elecciones municipales y se prepara para las próximas elecciones nacionales. Y que tienen prensa, de la pesada y monopólica en contra, la tienen, no tengamos ninguna duda. Eso no quiere decir que una de las grandes tareas del avance democrático sea la democratización de la información y la comunicación.

En el Uruguay hay un grupo de medios, que no corresponden a ningún grupo específico cuya tarea informativa y de opinión acompaña esta ofensiva de la derecha y en cierta manera la alimenta. Tienen una coordinación ideológica y cultural, son la prensa de la restauración. Con muchos matices, diferencias de capacidades y profesionales y hasta de ferocidad. Eso no tengamos tampoco ninguna duda.

Si solo pataleamos, nos equivocamos, si solo observamos inocentemente también. Ese es un terreno importante de la batalla política e ideológica, lo fue siempre y la izquierda supo avanzar y ganar posiciones con esa realidad. Vamos a dar la batalla como en otras oportunidades, en estas circunstancias.

Para ello no hay que confundir periodistas, medios, propietarios, enlaces políticos-informativos y menos creer que lo que necesitamos son silencios y unanimidades. Lo que necesitamos es una gran agudeza e inteligencia y claridad de objetivos y no pretender resolver en la prensa o con la prensa lo que primero no resolvemos bien en la política. Estamos avanzando, el Frente Amplio ya no es el mismo que antes de las elecciones internas, el cambio es cada día más notorio.

La tentación más frecuente a las que nos someterán será la de las zancadillas internas. Por un mecanismo muy simple: son las que siempre tienen más realce en la prensa, no solo para nosotros sino para todos. Siempre es más noticia un frenteamplista contra otro frenteamplista, un colorado contra otro colorado o un blanco contra otro blanco, que las confrontaciones tradicionales. Eso lo sabemos perfectamente.

La interpelación fue otro buen ejemplo en otro plano. Les salió el tiro por la culata a la derecha. Hicieron su aporte a la unidad de toda la bancada del FA al mostrar una hilacha demasiado grande y grasosa.

Se acercan momentos de definición y si la izquierda no antepone los grandes objetivos históricos y estratégicos que pasan por no perder el gobierno y la capital, a las naturales diferencias en diversos planos y sobre todo a la disputa de votitos desesperadamente, iremos de mal en peor, aunque tengamos un candidato que da amplias posibilidades.

Nadie dice que debamos ocultar diferencias, sino discutirlas en el plano ideológico y no en el que quiere la derecha, en las disputas convulsas que de inmediato son utilizadas por nuestros adversarios. Los ejemplos recientes son evidentes.

Nadie es vegetariano, todos sabemos que hay espacios políticos que disputar y conquistar, pero si no logramos componer un discurso y un relato de lo que ha sucedido, de lo que está sucediendo y de hacia donde queremos ir, en particular esto último, y lo que transmitimos a la sociedad es una feroz disputa interna, un futuro “gobierno en disputa”, cada día más ensañada y dura, perderemos todos y perderá la gente, nuestra gente, los trabajadores, los humildes, los emprendedores con sentido innovador y de riesgo, los intelectuales, los educadores, las capas medias cultas y sensibles. La mayoría de los uruguayos, nos voten o no.

¿Estamos construyendo ese relato sobre lo que le sucedió al país en los últimos 8 años? ¿Un relato sólido, bien argumentado, con informaciones precisas y bien seleccionadas, con ejes claros y constantes? Argumentos nos sobran.

¿Estamos construyendo no solo un programa, sino un relato sobre el país que queremos seguir construyendo y mejorando mucho y profundamente? Antes, bastaba decir: Frente Amplio, y una parte fundamental del relato estaba hecho, ahora luego de dos gobiernos de izquierda es más complejo, tiene que ser más complejo y completo.

Antes, incluso la realidad mundial y regional construía automáticamente una parte importante del relato, todo ha cambiado, en el mundo rico y en crisis, en los nuevos países emergentes, en los gobiernos de la región.

Hay valores que no necesitan demostración. La democracia y la libertad en los gobiernos del Frente Amplio se han fortalecido, los fantasmas que siempre utilizaron nuestros adversarios ya no tienen la misma fuerza, pero han construido o intentan construir nuevos fantasmas: la inseguridad, el asistencialismo, el fracaso educativo, las debilidades en la gestión. Van a tratar de incorporar la opacidad en la gestión de nuestros gobiernos.

Obviamente que en esta etapa un papel fundamental lo jugará la acción de nuestros gobiernos nacionales y departamentales y la capacidad de comunicar su obra. Faltan más de dos años, mucho tiempo, en el que se pueden hacer muchas cosas, no para ganar las elecciones y derrotar la restauración, sino para lo fundamental: hacer que la gente viva mejor, más libre, más democráticamente, más segura y con más confianza en el futuro del país y por lo tanto de ellos mismos.

Tenemos las capacidades, la historia y mucho más experiencia. Y ellos no cambiaron casi nada.