Especial para La Página |
En primera página, “La
oposición a Chávez denuncia el pacto de poder de sus herederos”. Firma la
nota Francisco Peregil.
Luego, las tres páginas siguientes, enteras, sin anuncios,
siguen dedicadas a Venezuela, más bien a su Venezuela. Algunos titulares: “La oposición ataca ya al poschavismo”. “Los
dirigentes de la Unidad Democrática denuncian que los herederos de Chávez solo
intentan ganar tiempo para repartirse el poder sin acatar la Constitución”. En la misma página, la segunda del global-imperial, una nota
de Peregil: “El arte de no responder”.
Nunca hubiera escrito una nota así, nunca hubiera usado un tono tan chulesco y
subido de tono si se hubiera tratado de la vicepresidenta española o del Jefe
de Estado. Por descontado, habla de indígenas, de dirigentes chavistas.
Luego la joya de la corona: el artículo de Ewald
Scharfenberg. ¿Dónde habrán fichado a este extremista de la derecha extrema? “Venezuela, un país en coma inducido”. Otro
más: “La enfermedad de Chávez paraliza
desde hace un mes la gestión del Gobierno”. El tercero: “Aplazada sin fecha la decisión de devaluar
el bolívar por el déficit fiscal”. Los mejores: “El programa de construcción de viviendas sociales está suspendido”.
No les canso más; bueno, les canso: “Escasean
algunos productos básicos como la harina o el aceite de maíz”. ¿No les
suenan un poco-mucho a los lemas y llamamientos prepinochetistas de la extrema
derecha chilena golpista durante el gobierno de Salvador Allende?
El último, no me lo puedo guardar en la arteria enrabietada:
“El mandatario ya no dirige desde Cuba
como hizo en operaciones previas”. ¿Notan la estulticia? ¿Nos damos cuenta
de las dimensiones de la infamia? ¿Es un periodista quien escribe o un agente
subvencionado por la reacción ultraderechista?
Cristina Marcano -¿de dónde ha salido también doña
Cristina?- está a la altura de la abyección programada. “El mito de Chávez llena su ausencia” es el título del “artículo”. “La enfermedad del presidente exacerba el
culto a la personalidad en Venezuela” es el subtitulo. Algunos titulares: “Hay un torno para ver quien le rinde más
pleitesía, afirma un abogado”. Riéndose, despreciando el comentario: “Mi vida la estoy viviendo para usted,
asegura un incondicional”. ¿No será ella la incondicional de la barbarie?
Hay intereses económicos sin duda. Existe una cosmovisión de
élites y privilegiados enfrentada a lo que ellos llaman con desprecio P+D,
populismo +demagogia. Es la lucha de clases en el ámbito de la teoría y los
negocios. Es sabido. ¿De qué me sorprendo? ¿Espero acaso compasión, humanismo,
objetividad, reconocimiento de los méritos, preocupación por la salud de la
persona que encarna la presidencia del país?
Es cierto, de qué me sorprendo. No hay nada de qué
sorprenderse. Produjeron arcadas en 2002 y durante muchos años más, producen
ahora vómitos. Para ser más claro, dan asco.
Cuando además uno piensa en aquel “por qué no te callas”,
gritado por el suegro del yernísimo, por el cazador de elefantes, por el
representante de una de las peores casas reales europeas, la rabia no se puede
amortiguar detrás de ninguna ventana.