“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

13/3/13

Hugo Chávez / ¿Qué hace inmortal a los inmortales?

Álvaro Cuadra

Especial para La Página
Al revisar la historia de América Latina, emergen una serie de hombres que desde diferentes posturas ideológicas han pasado a la inmortalidad. Hugo Chávez Frías es la figura que en este momento reclama tan alta dignidad. Desde Salvador Allende a Juan Domingo Perón, muchos han sido los nombres que iluminan el panteón de América. Es claro que sus siluetas trascienden la contingencia, su estatura no se funda en el juicio administrativo de una gestión sino en el alcance de sus sueños, en la inmensidad de sus anhelos. El comandante Chávez se inscribe, por derecho propio, entre estos grandes hombres de América Latina y lo hace de la mano del gran Simón Bolívar. 
Lo que hace inmortal a estos inmortales es, precisamente, su reclamo histórico-moral por los más desposeídos, su lucha política por los pobres. Esta identificación profunda entre un líder y su pueblo es la alquimia secreta que va más allá de lo propiamente histórico. No se trata de subsidios o cosas, se trata de un amor profundo de un hombre hacia el pueblo que lo vio nacer. Entender este misterio es comenzar a entender la inmensidad de Hugo Chávez.

Su nombre, sus palabras inspiradoras y su imagen estarán presentes por decenios en la Venezuela del mañana. Como en un bolero, se ha producido el encuentro de amor y muerte entre un hombre y su pueblo. No se trata, como sostienen algunos, de un mesías ni de un mito, se trata de un luchador social que inscribió su nombre a sangre y fuego en los corazones de la gente sencilla. Lo hizo con palabras sencillas, mostrando que la idea de dios, cuando es genuina, está en el seno de los pobres. Lo que Hugo Chávez le entregó a su pueblo y a toda América Latina se resume en una sola palabra: Dignidad.

Pocas veces, un líder es capaz de entregar un sentido histórico de dignidad a millones de personas en diversas latitudes, pues bien, a su modo, el presidente Hugo Chávez Frías ha sido capaz de esta inmensa misión. Por ello, justamente, este venezolano de excepción es inolvidable para todos los pueblos de nuestra región. Su decidida oposición ante los poderosos del mundo, su voz inspirada en Bolívar le da una profundidad y un espesor de siglos a su discurso. Aunque a muchos les parezca pura retórica o populismo, el mensaje bolivariano de Hugo Chávez es, ante todo, un mensaje espiritual y, por ende, histórico y político.

Entre las muchas sutilezas de su discurso, hagamos notar la congruencia entre el mensaje evangélico con aquél de un socialismo de nuevo cuño. Un socialismo que supera de impostura de la Guerra Fría para instalarse como una semilla en la América Profunda, Indo-Afro-Hispanoamérica. Por eso, su partida es dolorosa para todos, desde México hasta Chile. Hugo Chávez es una respuesta más a la pregunta sempiterna… ¿qué hace inmortal a los inmortales?  El compromiso y la honestidad frente a nuestros pueblos para luchar por la dignidad de los que sufren en toda la extensión de nuestra Patria Grande.