“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

16/5/13

La estulticia habla de Hugo Chávez


Eduardo Zeind Palafox
  • Alberto Barrera Tyszka, ignorante de la economía, habla al azar, del azar, de estadísticas, creyendo que las estadísticas son la amplificación de cualquier cosa, incluyendo la sociedad y su estulticia
  • Decir que el chavismo sólo funciona en guerra es como decir que Marx sólo tiene sentido dentro del capitalismo, es como decir que el mar sólo es mar en la tierra.
Especial para La Página
En algún empolvado libro leí que el economista Malthus creía que existía gente que no había sido favorecida por Fortuna, y menos por Naturaleza, y un ejemplo de ello es Alberto Barrera Tyszka. En las dilectas obras de mi alma, en las obras de Lenin, leí que el capitalismo era posible gracias a la existencia de la afasia, tara espiritual que yace en lo pineal y en Los Pinos, y ejemplo de tal es Barrera Tyszka. En ‘Die Fackel’, periódico del magnífico satírico Karl Kraus, aprendí que las armas pueden ser embotadas por la pluma, y Tyszka representa tales diluciones o embotamientos. En el preciso y robusto ‘Lire le Capital’ del marxista Louis Althusser comprendí que es imposible criticar políticas sin poseer un instinto de clase, o al menos una consciencia de clase.

En el clásico castellano, en los libros de oro, sí, se habla perennemente de una objetividad que puede ser tocada con las manos, con las manos mentales, llamadas sentidos, que tienen cinco dedos. Hablaré de un pícaro loco que toca entelequias. He leído y ponderado un texto de ‘Letras Libres’, sepultado bajo el ridículo y escolar título siguiente: ‘El cambio como destino’. ¿Autor? Perogrullo Barrera, autor de barreras epistemológicas, que no de pasadizos teóricos. Uno lee revistas de renombre para actualizarse, para entrar en la moda, para empaparse de novedosas ideas, pero no siempre acaece tal fenómeno actualizante. Acostumbro leer, como Heidegger, clásicos día a día, pues en ellos hay de todo, pues en ellos uno se aguza en el arte de desembozar "embelecadores, falsarios y quimeristas", según una retahíla de calificativos despectivos que asimilé andando con el ‘Quijote’, ejemplo de revolucionarios y "reprochador de voquibles".

Leo ‘Letras Libres’, y leo que Barrera, ignorante de la economía, habla al azar, del azar, de estadísticas, creyendo que las estadísticas son la amplificación de cualquier cosa, incluyendo la sociedad y su estulticia. Barrera pretende con infortunio esbozar ideas sobre Chávez, y dice: "entre 2006 y 2012, la alternativa democrática obtuvo 2.298.838 nuevos votos, casi tres veces más que el gobierno". Los mamotretos de Marx, gigantes en lo filosófico, iconoclastas en lo político e incrédulos en lo histórico, examinan los métodos de gentes como Michelet o Bloch, historiadores, preguntándose siempre: ¿qué parámetro usan los historiadores para escindir o hacer cortes en la historia? Y yo me pregunto: ¿qué método habrá usado Barrera para decir tales "pastrañas", como decía Sancho? Usó el espontáneo, el inocente, remitiéndose a lo leído con los ojos, no con la inteligencia.

Leo ‘Letras Libres’, pero no me actualizo, y encuentro en sus páginas ideas platónicas útiles sólo para Hannah Arendt aplicadas en problemas modernos. Copleston, en el Capítulo XXIII de su ‘Historia de la Filosofía’, escribió: "Sugiere entonces, en el libro II, que, si consideran el Estado, verán los mismos caracteres ‘escritos con trazos mayores y más fáciles de examinar’". Lo citado me sugiere ideas, y entre ellas la idea que transcribo revolviendo el tintero: Barrera es burgués, usa un método burgués o estadístico (detrás de la palabra "estadístico" está la palabra "estatal", pues el Estado, grupúsculo de brahmanes y bramantes amigos, es quien autoriza la validez de las ciencias) para desgastar las imprentas mexicanas, aduladoras de lo extranjero. El burgués, ha explicado Louis Althusser, piensa que todo está "a la vista".

F.  Simiand ha dicho, a su vez, que la estadística es sólo una extensión del empirismo, una sistematización de lo visible, un extracto de símbolos, siendo los sistemas simbólicos los modos más absurdos y burdos para interpretar la realidad, según las diatribas de John Locke, empirista inglés. Simiand, en su obra titulada ‘Statistique et expérience, remarques de méthode’, escribió: "A la mejor estadística (como también a la peor) no hay que exigirle ni hacerle decir más de lo que dice". Barrera, como todo escritorzuelo sin juicio de Tordesillas, hace que la estadística, voceada por su estulticia, diga los dislates anexos: "campaña necrofílica", "identidad pagana", "bonanza petrolera", "gasto público", "clientelismo oficial" y demás paparruchas dignas de estibador de muelle bloqueado. Barrera, como buen burgués, cree que las ideas son entes muertos (ignora la dialéctica), y hace con la ignorancia de un país "paganismo", y relaciona el petróleo con la economía política, y hace del gastador Estado un Público gastador, y del poder una empresa.

Los palurdos, dicen los manuales de los sociólogos, relacionan todo lo que pueda ser representado con números, y lo hacen como los niños, que meten en sus bolsillos cualquier cosa so pretexto de ser "juguetes". Barrera es burgués, repito, porque dice que los movimientos políticos tienen una "naturaleza", un alma propia, una consciencia, afirmando esto: "La propia naturaleza del chavismo, que solo sabe manejarse en ‘contextos de guerra’, quedó al desnudo sin la presencia unificadora y sensiblera del líder". ¡Válgame Dios, bellaco teórico, costal de injurias! ¿Qué mico embutido en léxico corriente confunde la teoría de los revolucionarios con la ‘real politik’ revolucionaria? Barrera. Decir que el chavismo sólo funciona en guerra es como decir que Marx sólo tiene sentido dentro del capitalismo, es como decir que el mar sólo es mar en la tierra. Fijaos, lector, cómo los textos de ciertas publicaciones "liberales" fungen a guisa de textos pedagógicos, como textos de guerra, como textos que pretenden hacer del capitalismo una tendencia, cuando éste ha sido una ingente ocurrencia.