Adam Hanieh
La decisión tomada el 5 de junio por Arabia Saudí,
los Emiratos Árabes Unidos (EAU), Bahréin y Egipto de suspender las
relaciones diplomáticas con Catar ha enviado ondas de choque a través de
todo Oriente Medio. El bloqueo provocado ha interrumpido una gran parte
del comercio marítimo y terrestre con Catar, lo cual hace temer que
este pequeño estado pueda afrontar penurias alimentarias próximamente.
Las principales líneas aéreas, entre las cuales se encuentran Emirates,
Gulf Air, flydubai y Etihad Airways, han anulado vuelos. Los ciudadanos
cataríes que viven en los países que participan en el bloqueo no han
tenido más que dos semanas para volver a sus casas. Incluso los
inmigrantes con permiso de residencia catarí han sido alcanzados por la
ola de expulsiones. Los EAU han prohibido toda expresión de simpatía hacia Catar (también
en Twitter), y los transgresores han sido amenazados con penas de
prisión de hasta 15 años. Los gobiernos que se encuentran estrechamente
ligados a Arabia Saudí y a los EAU han expresado rápidamente su apoyo al
bloqueo, entre los cuales se hallan la Cámara libia de Representantes
de Tobruk, el gobierno yemení de Abd al-Rahman Rabbuh al-Mansur al-Hadi,
apoyado por los saudíes, así como las Comoras, Mauritania y las
Maldivas.
English |