/ Tim Robinson |
Cuando un juez del Tribunal Supremo falló en contra del
Ayuntamiento de Bideford [ciudad del sudoeste de Inglaterra] por incluir la
oración en la agenda de sus sesiones, el Secretario Tory del
Departamento de Comunidades y Gobiernos Locales Eric Pickles puso en marcha por
la vía rápida una disposición parlamentaria que revocó en la práctica la
decisión del Tribunal. Al hacerlo, cacareó, “asestamos
un duro golpe a la interferencia centralista frente al localismo, al
secularismo intolerante frente a la libertad de culto, al activismo judicial
frente a la soberanía parlamentaria y a lo políticamente correcto de la
modernidad frente a las viejas libertades británicas”.
English |
El sistema binario de Pickles es una burda chapuza, pero su
agenda política, al estilo Tea Party es clara. La privatización, los
recortes, la anulación de la democracia local se disfrazan al apelar a una
mayoría cultural supuestamente amenazada por una amalgama de Big
Government [un gobierno excesivamente intervencionista en todos los
aspectos de la vida de sus ciudadanos] y la corrección política liberal.