“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

10/6/12

La inmigración en Francia / De la retórica xenófoba a la realidad de las cifras

Salim Lamrani

Especial para La Página
En Francia, la instrumentalización de la cuestión migratoria ha sido históricamente el hecho de la extrema derecha. Ahora, la derecha tradicional ha roto la barrera republicana y no vacila en retomar esta temática y estigmatizar a los inmigrantes. Frente a este discurso, de convicción o de circunstancia, destinado a designar un chivo expiatorio de la crisis económica y social que asola Europa, resulta interesante confrontar la retórica con la realidad de las cifras.

En Francia, en plena campaña electoral para las legislativas de los días 10 y 17 de junio de 2012, la derecha y la extrema derecha han enfocado su discurso en el tema de la inmigración y el miedo al extranjero. Marine le Pen, presidenta del Frente Nacional (FN - extrema derecha) y la Unión por un Movimiento Popular (UMP - derecha) se muestran unánimes al respecto: el principal problema de Francia sería el inmigrante, responsable de las dificultades económicas y sociales del país, o sea del déficit público y el desempleo.

De modo clásico, le Pen acusa a la inmigración, oficialmente evaluada en 200.000 entradas al año, de ser la responsable de todos los males: “La inmigración representa un costo importante para la comunidad nacional”.[1] Se ha comprometido entonces a reducirla en un 95%, es decir limitarla a 10.000 entradas anuales.[2]

Durante la campaña presidencial, el candidato de la UMP, Nicolas Sarkozy, cuyo asesor privilegiado Patrick Buisson es un tránsfuga de la extrema derecha, no vaciló en retomar el discurso de la extrema derecha y denunciar la invasión migratoria procedente de África: “Si las fronteras de Europa no se protegen de una inmigración descontrolada, de la competencia desleal y del dumping, ya no habrá un modelo francés y tampoco una civilización europea. Si construimos Europa es para estar protegidos, no para dejar que se destruyan nuestra identidad y nuestra civilización”.[3]

Para la UMP, los problemas de Francia se explicarían por la presencia de una población extranjera demasiado numerosa en Francia. El presidente candidato Sarkozy insistió en ello: “Estamos padeciendo las consecuencias de cincuenta años de inmigración”.[4] Según la UMP, que se ha comprometido a reducir a la mitad la cifra de la inmigración legal en Francia[5], “hay demasiados inmigrantes en Francia”.[6]

Las cifras de la inmigración

Así, según los turiferarios de la “identidad nacional”, el desempleo y el déficit público se deberían al número demasiado elevado de inmigrantes en Francia. Conviene ahora analizar las cifras de la inmigración legal y confrontarlas con la validez de esta aserción.

Primero, al contrario de lo que afirma Marine le Pen, Francia no es el primer destino de los inmigrantes en Europa sino el quinto, detrás del Reino Unido, Italia, España y Alemania.[7]

Por otra parte, la inmigración europea, la reunificación familiar y los estudiantes extranjeros representan el 80% de la inmigración total en Francia. Así, resulta imposible para el Estado francés actuar sobre los dos primeros grupos sin contravenir las convenciones internacionales, y particularmente la Convención Europea de los Derechos Humanos en lo que se refiere a la reunificación familiar. El único margen de maniobra concierne al número de estudiantes. Resulta difícil imaginar que la nación francesa cierre sus puertas a esta categoría y se prive de lo que constituye su resplandor internacional, o sea la excelencia de sus universidades. En efecto, el 41% de los estudiantes de doctorado en Francia son extranjeros.[8]

Según las cifras de la Oficina Francesa de la Inmigración e Integración, entre los 203.017 extranjeros (de fuera de la Unión Europea) acogidos en 2010, se encontraban 84.126 personas concernidas por la reunificación familiar (41,4%), 65.842 estudiantes (32,4%) y 31.152 inmigrantes económicos. Se descubre así que la inmigración económica sólo ocupa el tercer rango.[9]

En realidad, la inmigración es una necesidad económica para Francia. En efecto, la realidad de las estadísticas contradice las alegaciones relativas al impacto negativo de los flujos migratorios sobre la economía francesa (desempleo y déficit). Un estudio del Ministerio de Asuntos Sociales relativo al costo de la inmigración sobre la economía nacional revela que los inmigrantes, lejos de gravar el presupuesto de las prestaciones sociales, traen cada año a las finanzas públicas la suma de 12.400 millones de euros, contribuyendo así al equilibrio del presupuesto nacional y al pago de las pensiones. Así, éstos reciben del Estado 47.900 millones de euros (retiros, ayudas para la vivienda, ayuda a los desempleados, ingreso mínimo, ayudas para la familia, prestaciones de salud, educación) y aportan 60.300 millones (cotizaciones sociales, impuestos y tasas sobre el consumo, impuestos sobre el ingreso, impuestos sobre el patrimonio, impuestos locales, contribución al rembolso de la deuda social – CRDS y contribución social generalizada – CSG). Este saldo ampliamente positivo hace añicos la argumentación del FN y de la UMP sobre la inmigración.[10]

Los profesores Xavier Chojnicki y Lionel Ragot, autores del estudio, se muestran incluso favorables a una “política migratoria más ambiciosa”, la cual “contribuiría a una reducción de la carga fiscal del envejecimiento demográfico”.

La inmigración tiene efectos sobre las finanzas de la protección social en Francia. Éstos son globalmente positivos. […] La inmigración, tal como se proyecta en las previsiones oficiales, reduce la carga fiscal del envejecimiento demográfico. Sin ella, la necesidad del financiamiento de la protección social […] aumenta 2 puntos del PIB, pasando del 3% al 5% del PIB. [11]

Además, según este estudio, conviene agregar a este saldo positivo de 12.000 millones de euros anuales otros ingresos no monetarios de una gran importancia económica y social. Así, los 5,3 millones de residentes extranjeros establecidos en Francia (11% de la población) ocupan en su inmensa mayoría empleos que los franceses rechazan. Por otra parte, el 90% de las autopistas se construyeron y se mantienen con mano de obra extranjera. Por fin, los precios de consumo de los productos agrícolas, por ejemplo, serían mucho más caros sin los inmigrantes pues éstos reciben muy a menudo un salario inferior al de los ciudadanos franceses.[12]

Del mismo modo, en el campo de la salud, más de la mitad de los médicos hospitalarios presentes en los suburbios francés son de origen extranjero. Es lo mismo en otros sectores. Así, el 42% del personal de las empresas de limpieza procede de la inmigración y el 60% de los talleres de mecánica automóvil de la región parisina pertenecen a empresarios extranjeros.[13]
El Comité de Orientaciones de las Pensiones señala, al contrario, que “la entrada de 50.000 nuevos inmigrantes al año permitiría reducir en 0,5 puntos del PIB el déficit de las pensiones”.[14] La Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), que agrupa a los 34 países más desarrollados, estima por su parte que los inmigrantes desempeñan “un papel decisivo en el crecimiento económico a largo plazo”.[15]

Así, la retórica xenófoba que estigmatiza a las poblaciones procedentes de la diversidad étnica del planeta no resiste un solo instante el análisis científico. La inmigración, lejos de ser una plaga para la sociedad francesa, es al contrario una necesidad económica vital.

El Frente de Izquierda contra el Frente Nacional

El Frente de Izquierda (FDG), que en el espacio de tres años se ha convertido en la cuarta fuerza política del país, denuncia abiertamente la estigmatización de las poblaciones inmigrantes y se enfrenta al FN y a la UMP en este campo. Jean-Luc Mélenchon, portavoz del FDG, condenó las posiciones de la derecha y la extrema derecha: “El problema de Francia no es el inmigrante, sino el banquero. No es el inmigrante quien cierra la fábrica. No es el inmigrante quien condena a los demás a la pobreza. Son el capital financiero y sus perros guardianes del Frente Nacional”.[16]

En su informe anual, la Comisión Europea contra el Racismo y la Intolerancia, órgano del Consejo de Europa, denunció la banalización del discurso hostil hacia los inmigrantes por parte de los políticos. “La reducción de las prestaciones sociales, la disminución de las ofertas de empleo y el aumento consecuente de la intolerancia hacia grupos de inmigrantes y de las minorías históricas” constituyen “tendencias preocupantes”.[17]

En vez de abordar las cuestiones fundamentales de la repartición de las riquezas y de la reducción de las desigualdades económicas y sociales, la extrema derecha francesa –ahora seguida por la derecha– prefiere fomentar el odio al extranjero. Basándose en convicciones racistas, estigmatizan así a una población, particularmente la originaria del norte de África y del África subsahariana, y la hacen responsable –sin razón– de los daños que la aplicación dogmática de la doctrina ultraliberal ha ocasionado en Europa.

Notas

[1] Front national, « Immigration : stopper l’immigration, renforcer l’identité française ». http://www.frontnational.com/le-projet-de-marine-le-pen/autorite-de-letat/immigration/ (sitio consultado el 1 de junio de 2012).
[2] Samuel Laurent, « Sarkozy-Le Pen : ce que rapproche leurs programmes, ce qui les sépare », Le Monde, 26 de abril de 2012.
[3] Nicolas Sarkozy, « Discours de Nicolas Sarkozy, Place de la Concorde », 15 de abril de 2012. http://www.lafranceforte.fr/medias/presse/discours-de-nicolas-sarkozy-place-de-la-concorde-dimanche-15-avril-2012 (sitio consultado el 2 de junio de 2012).
[4] Nicolas Sarkozy, « Discours de Grenoble », 30 de julio de 2010. http://videos.tf1.fr/infos/2010/le-discours-de-nicolas-sarkozy-a-grenoble-dans-son-integralite-5953237.html (sitio consultado el 2 de  junio de 2012)
[5] Le Point, « Sarkozy répète qu’il y a ‘trop’ d’immigrés en France », 1 de mayo de 2012.
[6] Le Monde, « ‘Il y a trop d’immigrés en France’, a déclaré Sarkozy sur RMC/BFMTV », 1de mayo de 2012.
[7] Cédric Mathiot, « Non, la France n’est pas le pays d’Europe qui accueille le plus d’immigration », Libération, 28 de marzo de 2012.
[8] Le Monde, « Les étudiants étrangers constituent 41% des doctorants en France », 31 de mayo de 2012.
[9] Office Français de l’immigration et de l’Intégration, « Rapport d’activité 2010 », junio de 2011, p. 50. http://www.ofii.fr/IMG/pdf/OFII-RapportActivites_2010-Client-150DPI-FeuilleAF.pdf (sitio consultado el 2 de junio de 2012).
[10] Juan Pedro Quiñonero, « Les très bons comptes de l’immigration », Courrier International, 2 de diciembre de 2010. http://www.courrierinternational.com/article/2010/12/02/les-tres-bons-comptes-de-l-immigration (sitio consultado el 26 de abril de 2012).
[11] Xavier Chojnicki et Lionel Ragot, « Immigration, vieillissement démographique et financement de la protection sociale : une évaluation par l’équilibre général calculable appliqué à la France », Centre d’études prospectives et d’informations internationales, mayo de 2011, n° 2011-13, p. 41. http://www.cepii.fr/francgraph/doctravail/pdf/2011/dt2011-13.pdf (sitio consultado el 2 de  junio de 2012)
[12] Juan Pedro Quiñonero, « Les très bons comptes de l’immigration », op. cit
[13] Ibid.
[14] Ibid.
[15] Organisation de coopération et de développement économique, « Perspectives des migrations internationales », 2010. http://www.oecd.org/document/42/0,3746,fr_2649_201185_45626986_1_1_1_1,00.html (sitio consultado el 2 de junio de 2012).
[16] Jean-Luc Mélenchon, « Discours de Strasbourg », 22 mai 2012. http://www.dailymotion.com/video/xr0h1l_j-l-melenchon-discours-de-strasbourg_news (site consulté le 2 juin 2012).
[17] Le Monde, « Le Conseil de l’Europe s’alarme de la montée des discours xénophobes », 3 mai 2012.
Salim Lamrani 

Salim Lamrani es doctor en Estudios Ibéricos y Latinoamericanos de la Universidad Paris Sorbonne-Paris IV, Salim Lamrani es profesor encargado de cursos en la Universidad Paris-Sorbonne-Paris IV y en la Universidad Paris-Est Marne-la-Vallée y periodista, especialista de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Su último libro se titula Etat de siège. Les sanctions économiques des Etats-Unis contre Cuba, París, Ediciones Estrella, 2011, con un prólogo de Wayne S. Smith y un prefacio de Paul Estrade.