La escalada de la crisis en la eurozona en los últimos meses
de 2011 ha producido espectaculares conmociones en el paisaje político. En
menos de una quincena, el primer ministro griego Yorgos Papandreu había
anunciado un referendo sobre las condiciones punitivas de un préstamo acordado
en la cumbre europea el 27 de octubre; sin embargo, abandonó el plan tras la humillación
pública a la que lo sometieron Sarkozy y Merkel en la cumbre del G20 celebrada
en Cannes el 4 de noviembre, y dimitió dos días después. El 10 de noviembre
instalaron a Lucas Papademos, ex jefe del Banco de Grecia y ex vicepresidente
del Banco Central Europeo, a la cabeza de un gobierno denominado de acuerdo
nacional. Junto a ministros del anterior gobierno del PASOK, del que varias
figuras clave –la más destacable, el ministro de finanzas Evangelos Venizelos–
mantenían sus puestos, la oposición de centro derecha, el partido de la Nueva
Democracia, ha recibido seis cargos de gobierno, incluidos el de defensa y
asuntos exteriores.
El gobierno de Papademos incluye también un ministro y dos
viceministros del ultraderechista LAOS, que vuelve al poder por primera vez
desde la caída de la dictadura militar, en 1974. Por el contrario, los partidos
del centro derecha italiano, la Liga Norte y el Pueblo de la Libertad,
anunciaban su oposición al denominado gobierno de tecnócratas que el ex
comisario de la UE Mario Monti reunió en Roma el 12 de noviembre, tras la
forzada partida de Silvio Berlusconi, destruyendo así los planes del PD de
centroizquierda, que había esperado entrar en el gobierno al abrigo de Monti.
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