Portugal... ✆ Sampaio |
Adolfo Casais Montero escribió al final de los años 50 que
“era difícil ser portugués”. Expresó una realidad. Humberto Delgado estaba
refugiado en la Embajada de Brasil y en aquella época la imagen del fascismo
era horrorosa en los medios intelectuales brasileños.
Português |
La crisis del capitalismo irrumpió en los EE UU y se extendió
por el mundo. Pero en Portugal sus efectos se insertan en un cuadro que por sus
facetas humillantes es difícil de comprender y explicar. Cada mañana cuando
abro el computador y tomo conocimiento de las últimas noticias y en la noche al
acompañar los noticieros de la televisión y escuchar los resúmenes de las
declaraciones de ministros y diputados de los partidos de la burguesía y los
discursos del Primer Ministro, soy tocado por la extraña sensación de asistir a
una farsa intemporal en un país inimaginable. Temo que no exista precedente
para una situación como la de Portugal en este año sombrío del 2012.
Sé que los trabajadores irlandeses, griegos y españoles,
entre otros, sufren duramente las consecuencias de políticas impuestas por el
gran capital internacional en nombre de una “austeridad” que empobrece más a
los de abajo en tanto enriquece a los de arriba.
¿Qué es lo que diferencia entonces el caso portugués de los
demás? Aquí el lenguaje, el comportamiento, el arrogante exhibicionismo de los
responsables del trágico agravamiento de la crisis son irrepetibles, al exigir
“sacrificios” a los explotados y ofrecer prebendas a los explotadores. Todo en
nombre del «interés nacional, de la salvación de la Patria». El discurso es
semejante al del fascismo.
No creo que Salazar haya reunido en cualquiera de sus
gobiernos un manojo de ministros y secretarios de Estado comparable al gabinete
formado por Passos Coelho. Con la peculiaridad del Partido Socialista, cómplice
del binomio que desgobierna el país, participar conscientemente de la tragedia
social y económica en desarrollo.
Politólogos, profesores de discurso pomposo (algunos
graduados en universidades de fantasía), periodistas de pretensa sabiduría
analizan en múltiples e insoportables mesas redondas la crisis y, con rarísimas
excepciones, alineados o no con el gobierno, destilan anticomunismo,
identifican en el presidente Obama un gran humanista y justifican las guerras
imperialistas.
La política de “austeridad”, la sumisión servil al diktat de
la troika, el robo a los salarios, la supresión de los subsidios de navidad y
de vacaciones, el aumento de impuestos sobre el trabajo, los despidos sumarios
configuran ya el funcionamiento de mecanismos de una dictadura de facto de la
burguesía, pero el coro de los epígonos habla con orgullo farisaico de “nuestra
democracia”. El engranaje que ostenta las insignias del Poder es servido por un
equipo de pesadilla.
El Primer Ministro merece figurar en el Guinnes. Impresiona
por la vastedad de ignorancia, por la vacuidad intelectual.
Extrañamente, habla como si fuese detentor del saber
universal. Casi diariamente enaltece su politica neoliberal ortodoxa, afirma
que el pueblo lo comprende, pero es recibido con manifestaciones de protesto en
las ciudades y pueblos que visita.
Lo conocí en 1991. Yo era entonces secretario de la Comisión
de Relaciones Exteriores de la Asamblea de la República, él un joven diputado
que lideraba la Juventud del PSD. Recuerdo que cuando pedía la palabra arrojaba
tanta bobería que, por decoro, le pedía que abreviase sus arengas.
El ministro Relvas ganó notoriedad por talentos que
recuerdan los de villanos de tragedias shakesperianas. El ministro de Economía
escribió libros surrealistas y «concrecionistas» que comienzan ahora a correr
de mano en mano como obras de contornos extraterrestres. Son apenas tres
figuras de un panel gobernante impar en la Europa comunitaria.
Es esa gente que, enarbolando el estandarte de la
democracia, garantiza que “los portugueses” apoyan la dictadura de clase que
los refunde en la miseria. Desapruebo las analogías en política. Pero éste
gobierno, por lo absurdo, por la crueldad social, por el exhibicionismo
ridículo, por la sumisión al capital me hace recordar actitudes del
subsahariano emperador Bokassa, en la República Centro Africana.
Es tan evidente el repudio popular por la estrategia de
Passos y sus chicos que hasta Pacheco Peneira –el más inteligente y culto de
los ex dirigentes de la derecha- sintió la necesidad de escribir un artículo
(Publico, 28 de julio del 2012) cuestionando al sistema –Y pregunta ”¿Cómo
debemos cruzarnos con los acreedores? De alpargatas, trabajando 10 horas por un
salario de miseria”. El mismo responde que en breve el pueblo despertará,
“porque estas cosas una vez maduras, no escogen ni día, ni hora”.
La Historia de Portugal recuerda que la esperanza no muere
en el pueblo. Cuando la opresión alcanza un nivel insoportable, las masas se
levantan y se asumen como sujeto de la ruptura. Fue así en 1383 cuando Castilla
invadió Portugal, en la guerra de la Restauración en 1640, y el 25 de Abril de
1974.
Los actuales enemigos del pueblo, Passos y Compañía,
instrumentos del capital y del imperialismo, caerán en el polvo de la Historia.
Traducción: Jazmín Padilla |