“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

2/3/14

¿Nueva fenomenología o Refundación de la Fenomenología? Una presentación materialista

Alberto Hidalgo Tuñón  |  Dentro de los intentos por proporcionar una lectura materialista de la fenomenología de Husserl (Banfi, Bloch, Desanti, Kosik, Paci, Sartre, Trn Đc Tho, etc.) se examina el realizado entre nosotros por Ricardo Sánchez Ortíz de Urbina, que en su recorrido actual se basa en los desarrollos de la arquitectónica de Marc Richir.

El artículo desarrolla la idea de que la nueva fenomenología de Richir en sus puntos centrales (el fenómeno como clignotement, la reducción hiperbólica, etc.) lleva adelante la superación metacrítica sugerida en su día por la concienzuda lectura hegeliana que Adorno hizo de las obras que Husserl publicó en vida. Al recuperar el planteamiento dialéctico de Adorno, los desarrollos del materialismo filosófico de Gustavo Bueno se iluminan en su propia génesis desde una nueva perspectiva que permite entender mejor la reciente polémica entre el materialismo filosófico y el materialismo
fenomenológico acerca del papel del Ego trascendental.

Dado que no soy un especialista en fenomenología ni pertenezco a ningún grupo husserliano reconocido, debo comenzar la presentación de este curso sobre una orientación muy específica de esta influyente y amplia corriente del pensamiento explicitando, más que justificando las perplejidades que encierra el interrogante del título. Porque, si hemos de hacer caso a Paul Ricoeur, quien propuso llamar fenomenólogos a todos los que se ocupan del «modo de aparecer» de no importa qué y a todos aquellos que «describen unas apariencias o unas apariciones» (Sur la Phénomenologie, 1953)1, es difícil atribuir novedad a una corriente que se remontaría al siglo XVIII, y que tuvo un estallido revolucionario y romántico en la Fenomenología del Espíritu de Hegel en 1807. En este sentido todos somos fenomenólogos e incluso nuestra posición expectante ante la aparecencia (o comparecencia) de Marc Richir en este foro tiene algo de fenomenológico.

Para un profesor de Filosofía General, al que ningún período de la filosofía le es ajeno,como es mi caso, es una cuestión de mera erudición libresca retrotraer la fenomenología a J.H. Lambert en 1764, pero al mismo tiempo conceder los créditos de su renovación fundamental al uso husserliano del término, de manera que todos los demás son meros predecesores, llámense Kant, Hegel, Brentano o Stumpf, todos ellos, por cierto alemanes, o bien epígonos o sucesores. La Arqutectónica de Marc Richir, una orientación muy específica dentro del movimiento fenomenológico, se autoproclama ciertamente como una refundación (o refundición). Pero, incluso tomando como origen del movimiento a las Investigaciones Lógicas de Husserl, ya en el siglo XX, sigue siendo cierto que la fenomenología no se presta a una sola lectura canónica, de modo que se refunda cada poco: «La fenomenología -añade el propio Ricoeur− consiste en buena parte en una historia de las herejías husserlianas. La arquitectura que señala la obra del maestro ha contribuido a que no se diera una ortodoxia husserliana» (A l’école de la phénoménologie, 1986).
 



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