“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

10/5/14

Los datos improbables de Thomas Piketty

Hunter Lewis  |  El libro fundamental de Keynes, La teoría general, está cargado de teoría económica. Solo hay dos páginas de datos en ese libro y Keynes rechaza los escasos datos que cita como “improbables”. Por el contrario, el nuevo libro de Piketty, Capital in the Twenty-first Century, está trufado de datos. De hecho Piketty se considera a sí mismo un sucesor del economista cuyos datos rechazaba Keynes, Simon Kuznets. Casi todos admiten que el alegato teórico de Piketty es flojo, pero sus defensores dicen, mirad todos estos datos. ¡No podéis argumentar con toda esta masa de evidencias históricas!

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El principal argumento de Piketty es que la riqueza (que tiende a estar concentrada en pocas manos) crece más rápidamente que la economía, así que los que tienen un montón de riqueza se mantienen siendo ricos respecto de todos los demás. Esta se supone que es una característica inevitable del capitalismo. (Si esto suena familiar, debería serlo. Recuerda tanto a Marx como
a Keynes, aunque deberíamos recordar que Keynes se burlaba de la mayoría de lo que dijo Marx como “abracadabra”). ¿Entonces cuál es la evidencia de que la riqueza ha crecido más rápido que la economía.

Veamos el gráfico siguiente, adaptado del libro de Piketty. La línea superior es el retorno de capital y la inferior la tasa de crecimiento económico. Se supone que la línea superior es cómo les va a los ricos y la inferior cómo le va a la persona media. Advirtamos que las líneas del extremo derecho son solo la proyección de Piketty, no la historia real.


Este gráfico es asombroso por muchas razones. La primera es que sugiere que el capital obtuvo un retorno del 4,5% o superior durante los años 0 a 1800. Es una cifra absurda. Si la raza humana hubiera empezado con solo 10$ el año 1 y los hubiera invertido a un 4,5% durante 1.800 años, ahora tendríamos más, mucho más que un billón de veces toda la riqueza del mundo actual, que se estima en 241 billones de dólares por parte de Credit Suisse.

La cifra del 4,5% o superior es también absurda porque Piketty tiene razón en que hubo un crecimiento económico mínimo antes de la revolución industrial y que esos altos retornos para los ricos sencillamente no eran coherentes con un crecimiento tan pequeño. La verdad es que la gente rica durante la mayoría de esos años estaba interesada en gastar u ocultar su riqueza, no en invertirla, porque la riqueza mostrada abiertamente era probable que se robara, si no por bandidos, entonces por el gobierno.

Si miramos de cerca la parte más moderna del gráfico e ignoramos la proyección hacia un futuro desconocido, veremos que las líneas no apoyan la tesis de Piketty. Su idea de que los ricos siempre necesariamente se hacen más ricos respecto de todos los demás bajo el capitalismo no está apoyada por los datos que presenta.

El siguiente gráfico muestra la porción de riqueza del 10% más rico en Europa a lo largo del tiempo (azul oscuro, línea superior), la porción de riqueza del 10% de los estadounidenses más ricos (verde claro, segunda línea superior), la porción de riqueza del 1% de los europeos más ricos (azul claro, tercera línea superior) y la porción de riqueza del 1% de los estadounidenses más ricos (verde oscuro, cuarta línea superior). Este gráfico tampoco apoya la tesis de Piketty. Sí, la porción de los ricos ha aumentado desde 1970, pero solo después de caer previamente.


El siguiente gráfico es uno que ha comentado en un artículo anterior. Muestra la renta del 10% superior en EEUU a lo largo del tiempo como porcentaje de todas las rentas. La renta en este caso incluye ganancias de capital, que puede decirse que no son renta real, sino más bien el intercambio de un activo por otro, y excluye los pagos públicos de transferencias, que suponen una considerable diferencia para los resultados. Aun así, tampoco vemos un aumento inexorable en la renta de los que más ganan a lo largo del tiempo, ni con mucho.


Lo que vemos en realidad son dos picos de gente con altas ganancias, justo antes del crash de 1929 y de nuevo antes del crash de 2008. Estas son las dos épocas de grandes burbujas en las que el gobierno imprimió demasiado nuevo dinero, lo que llevó a una prosperidad falsa e insostenible. También fueron épocas de capitalismo de compinches, en las que los ricos con conexiones con el gobierno utilizaron el nuevo dinero para convertirse en más ricos o se beneficiaron de otros favores públicos.

Por desgracia, los bancos centrales mundiales ya han hinchado otra burbuja en los mercados de capital tras el crash de 2008, que ha devuelto de nuevo la porción de los que ganan más al 50% en 2012, basándonos en los datos que hay disponibles después de la publicación del libro. Esta nueva burbuja también acabará estallando y devolviendo la porción hacia el nivel del 40% de 1910, el inicio del gráfico.

Tal vez la afirmación más asombrosa en el libro de Piketty sea que las burocracias públicas tienen que reformarse para poder hacer el uso más eficaz de todos los nuevos impuestos de la renta y la riqueza que se recomiendan. La suposición es que lo mejor sería un completo control de la economía por el gobierno, pero que la maquinaria necesita algún ajuste fino.

El economista Ludwig von Mises demostró hace casi 100 años que una economía dirigida por el estado simplemente no funcionará, porque, entre otros problemas, no puede establecer precios funcionales. Solo puede hacer esto una economía dirigida por el consumidor. Los socialistas han estado tratando de refutar a Mises desde entonces, pero nunca han tenido éxito. Piketty debería al menos leer a Mises.