“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

Mostrando las entradas con la etiqueta Leningrado. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Leningrado. Mostrar todas las entradas

5/6/12

San Petersburgo / Petrogrado / Leningrado = Datos de interés sobre la cuna de la inteligencia rusa

Antonio Rondón

Aunque muchos la conocieron en la época soviética como la emblemática Leningrado, por su gesta ante el bloqueo fascista, San Petersburgo muestra hoy todos los colores de la cuna de la intelectualidad rusa. Muchos ven a San Petersburgo desde los inicios del siglo XXI como la capital norteña de la Federación Rusa, el lugar de donde salió casi todo el equipo que acompañó a Vladimir Putin en el Kremlin o como el ya superado cliché de ser la ciudad criminal de la nación.

 Lo cierto es que la última década resultó para esa ciudad, fundada oficialmente en 1703 por el entonces zar ruso Pedro I, un paso a la modernización y remozamiento de sus principales perlas. Claro que cuando se dice San Petersburgo, también todos recuerdan al Petrogrado de la Revolución de Octubre, cuna de la transformación socialista soviética, una obra que inició en su tiempo Vladimir Ilich Lenin. Sería difícil recorrer sus calles sin palpar los momentos cruciales de una revolución que dio un vuelco total a la visión y construcción del mundo, una revolución de obreros, campesinos y soldados.

 La ciudad, tras los sucesos de octubre de 1917, dejó de ser la capital de lo que fuera en su tiempo el Imperio Zarista para retornar como centro del arte y la intelectualidad y fue conocida como Petrogrado hasta 1924, cuando se denominó Leningrado en honor a Lenin. El 6 de septiembre de 1991, la urbe retomó su original nombre de San Petersburgo en medio de los apabullantes cambios que trajo aparejada la desaparición de la Unión Soviética y el inicio del escabroso camino de la economía de mercado. Claro está, las joyas como el afamado museo Hermitage, con más de tres millones de piezas de arte, la plástica y la historia universal, el teatro Mariinski o lugares como la Fortaleza de Petropavlovsk y la Catedral de Isaac, conservaron y aumentaron su esplendor.