“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

18/5/09

El proyecto del Complejo Cultural y Deportivo de Choroní


Este terreno que formó parte de la Hacienda “Playa Grande”, ha sido usado por más de 30 años como “campo deportivo” por la comunidad de Choroní

Omar Montilla

Tal como la recibí, publico esta carta que me envía Eloísa Fuenmayor desde Choroní:

Este fin de semana estuve conversando con Miriam Gómez, a propósito de la reforestación que estamos llevando a cabo en Playa Grande, que como se sabe será este miércoles 20 de mayo, coordinada por el Consejo Comunal de Puerto Colombia y las Brigadas Patrimoniales. En esta reforestación participará la Escuela Socialista de Agricultura Tropical, comenzarán a brindarnos apoyo para este tipo de actividades con los jóvenes del Liceo de Choroní, entre otras cosas. Se sembrarán unas 300 matas de coco que se consiguieron, algunas en Playa Grande y la mayor parte en Aroa (donadas por Polo Casanova).

Conversando con Miriam, me comentó que el Arq. Miguel Acosta está realizando el proyecto del Complejo Cultural y Deportivo de Choroní. Este proyecto bellísimo, liderizado por el Consejo Comunal de Puerto Colombia, esperamos poder llevarlo a cabo en el terreno conocido como "El Estadio", ubicado en Playa Grande y que actualmente está invadido por comerciantes. La lucha es muy fuerte porque estos invasores parecen tener mucho poder, se mueven en las alturas, sus intereses comerciales están pasando por encima del interés de un colectivo: practicar deporte y hacer cultura. Este terreno ha tenido el uso de campo deportivo por más de 30 años; pertenece a la Hacienda Playa Grande y fue donado a la comunidad hace 10 años en un acto público. Sin embargo, personas venidas de afuera se instalaron allí para colocar ventas, sin importar que los jóvenes practiquen deporte. Es el único lugar que disponen para ello en Choroní.

Desde hace 5 años, ha venido siendo invadido por personas ajenas a Choroní, con fines eminentemente comerciales. Se ha producido contaminación de todo tipo

Los invasores tienen órdenes de desalojo de la Alcaldía del Municipio Girardot, están denunciados ante todos los organismos del Estado, sin embargo pareciera que no hay quien quiera ejecutar la orden de desalojo. Para colmo, Fundacomunal Aragua registró ilegalmente a estos invasores en un consejo comunal paralelo. Hemos ido hasta la Asamblea Nacional y Miraflores, no tenemos respuesta de ningún organismo. Sólo sabemos que un coronel llamado Francisco Herrera es quien los apoya en las altas instancias. Vociferan que tienen proyectos de viviendas socioproductivas y que invadirán el resto de Playa Grande.






En Choroní todos nos conocemos y sabemos que son personas de afuera (hasta extranjeros hay), que no viven allá y que la mayoría ha invadido en otras haciendas (La Esmeralda, Santa Clara, Santa Bárbara, El Cumbe, El Parnaso), también hay profesionales universitarios. Por lo tanto nos preguntamos: ¿se justifica la deforestación de un bosque, la ocupación de un campo deportivo, la contaminación de la playa, la corrupción de funcionarios, las agresiones verbales y físicas, todo por el dinero y en nombre del capitalismo salvaje?

Los pobladores de Choroní están indignados, consternados. Si estos invasores de oficio no han sembrado jamás ni una mata de ají, ¿cómo creen ellos que alguien les creerá que les construirán casas en la orilla de la playa para cultivar? Esta semana que acaba de pasar ha estado muy tensa la situación, pues entre ellos han estado llenando supuestas planillas donde se reparten la hacienda, sobre todo la playa (todos quieren una casa en la orilla de la playa. ¿Qué raro no? Funcionarios del ex Minfra, del INTI y de Mintur estuvieron haciendo mediciones en la playa y marcando hasta dónde llegarán con sus construcciones. En Choroní nadie quiere que se toque Playa Grande, es el único pulmón verde que nos queda, con siembra de cacao además, es la única playa virgen de Venezuela. Por eso fue que Diego Rísquez filmó algunos exteriores de su película “Miranda”, porque el resto de la costa venezolana está intervenida.

Para la construcción de los ranchos, en una de las más bellas zonas de Choroní, se talaron árboles: guayacanes, mangos, mamones, mijaos, etc. El terreno es de alta fragilidad, porque se encuentra ubicado entre el río Choroní y la playa, y ha sido declarado “no habitable” por el Ministerio del Poder Popular para el Ambiente

Los turistas van a Choroní por ser cómo es. No queremos construcciones tipo Cata o La Guaira. ¿Es que es muy difícil entender que el cemento no es progreso? Mientras el planeta vive el cambio climático y se toman medidas mundiales para frenarlo, en Choroní los poderosos quieren acabar con el bosque y la playa. ¿Será que no comprenden que la tierra no es una mercancía? Estamos en este planeta de paso y tenemos una gran deuda, que debemos dejarlo mejor que como lo encontramos y eso no está pasando. Todos queremos que las generaciones futuras conozcan el Choroní que nosotros conocimos y no lleno de cemento, de autopistas, edificios, caminerías, estacionamientos, helipuertos, etc.

Ante esto, surge el proyecto con el Arq. Miguel Acosta, aprobado por toda la comunidad, en asambleas. Muchos lloraron de la emoción al ver el proyecto, pensar que por fin Choroní tendrá una obra hecha por el pueblo y para el pueblo. Parece increíble. El Consejo Comunal ha estado tratando de pedir una cita con el Alcalde Pedro Bastidas para plantearle el proyecto y no ha habido respuesta de ningún tipo. Sabemos que la Alcaldía está llevando a cabo el proceso para desalojarlo, pero no ha querido que vayamos hasta allá para mostrarles el proyecto. Al parecer tienen otros proyectos, sin consultar con el pueblo ni con los dueños de Playa Grande.

Estas son las noticias por los momentos. La tensión por una invasión sigue ahí, es un tormento para todos. Estamos entre proyectos maravillosos e intereses monetarios.