El nuevo libro de Tzvetan Todorov (Sofía, Bulgaria, 1939)
supone un cruce entre dos de sus intereses teóricos centrales: el análisis del
pensamiento de la Ilustración y el de los episodios más relevantes de la tradición
artística europea, en este caso a través de la figura y la obra de Goya. El
resultado es un hermoso y sugestivo ensayo, escrito además en un lenguaje
sumamente claro y preciso. En síntesis, Todorov plantea que Goya es no sólo uno
de los más grandes artistas, que con su obra lleva a cabo una ruptura con la
tradición que anuncia el advenimiento del arte moderno, sino que a la vez es
también una de las principales personalidades de la Ilustración. De ese
movimiento o actitud: la Ilustración, las Luces, que supone la toma de
consciencia de la autonomía, racional y moral, del sujeto humano, y con ello,
desde el punto de vista de la historia de las ideas, el inicio del desarrollo
de la Modernidad.
Este segundo aspecto es bastante novedoso, dado que no es
habitual tomar en consideración la aportación de Goya al pensamiento de las
Luces. El gran pintor no dejó textos teóricos, y ni siquiera demasiadas
reflexiones o consideraciones acerca del trabajo artístico, más allá de las que
aparecen ocasionalmente en sus cartas. Pero Todorov rastrea y propone una
reconstrucción de su pensamiento utilizando las leyendas de las distintas
series de grabados y de los dibujos, que pone en relación con un análisis de lo
que plantean las propias obras de Goya. Sale así a la luz lo que él llama “un
espacio intermedio”, no teorizado, que englobaría los discursos y las imágenes,
pero también el medio histórico y social en el que se escriben los textos, se
pintan los cuadros y se dibujan las figuras.