Hemos perdido aún este crepúsculo.
Nadie nos vio esta tarde con las manos unidas
mientras la noche azul caía sobre el mundo.
Pablo Neruda, Poema 10
OMAR MONTILLA
OMAR MONTILLA
Pueden estar seguros que ésta no es la primera, ni será la última vez que Álvaro Uribe sabotea con tanta crueldad el acuerdo humanitario para lograr la liberación de los rehenes en manos de la guerrilla de las FARC en Colombia. En un despacho de la agencia de noticias Inter Press Service de fecha 19 de febrero de este año, se refiere a un episodio que titularon “La Familia Burlada” [1] , donde se relata la forma cómo Álvaro Uribe abusó en demasía de la familia de Ingrid Betancourt, lo que motivó a su anterior marido, Fabrice Delloye, a proclamar al diario francés “Le Monde”:
“Hemos sido manipulados por Uribe […] Me pregunto si Uribe y sus servicios no manipularon todo eso para sabotear el contacto previsto entre las FARC y la ONU en territorio brasileño”, encuentro sugerido a mediados de 2003 por el secretario general del foro mundial, Kofi Annan, en respuesta a una carta de las FARC.” […] Pocos días después, el 28 de julio, un comunicado del estado mayor central de las FARC negó su intención de liberar a Betancourt y calificó la versión del Hércules como “obra de la inteligencia militar en cabeza del presidente Uribe con la finalidad de engañar y asaltar las buenas intenciones humanitarias de los franceses”.
Como se ve, el presidente Uribe no se para en detalles de esta naturaleza para obtener eventuales dividendos políticos, por lo que no es de extrañar la forma abrupta como terminó el proceso de negociación encomendado por el propio Uribe al presidente Chávez y a la senadora colombiana Piedad Córdova.
Después de 5 años de la captura de Íngrid Betancourt, a pesar del peso político y familiar que tiene en Colombia, y a las credenciales que como tal tiene en ese país, esta persona sigue en un cautiverio que a estas alturas del siglo XXI no tiene ninguna justificación. Íngrid Betancourt ha sido en su vida representante (diputada) a la Cámara de Representantes, senadora y candidata presidencial. Su padre, Gabriel Betancourt, fue embajador en la UNESCO y Ministro de Educación durante el gobierno del general Gustavo Rojas Pinilla y su madre fue igualmente senadora y reina de belleza en Colombia.
Si una persona como Íngrid Betancourt, que exhibe tal “pedrigree” no recibe el menor interés por parte de Uribe y del gobierno colombiano, ¿qué hay que esperar por la suerte de los humildes soldados, policías y demás rehenes de las FARC? Mientras el gobierno francés y los presidentes Chirac y Sarkozy desplegaron sus mejores esfuerzos por lograr la liberación de Íngrid Betancourt, el propio gobierno colombiano torpedea sistemáticamente cualquier esfuerzo por lograr un acuerdo humanitario que permita el retorno a sus hogares no sólo a quienes están en manos de las FARC, sino aquellos que han sido encerrados en cárceles de ese país como militantes o simpatizantes de las FARC.
En el día de hoy, el gobierno colombiano ha anunciado que había capturado a 3 guerrilleros que portaban las pruebas de que Íngrid Betancourt y otras 9 personas más estaban con vida, lo cual es sin duda alguna, el fruto de la mediación frustrada del presidente Chávez para lograr un acuerdo humanitario. Hay que tener en cuenta, para hacer cualquier valoración sobre este asunto, que la última vez que las FARC dieron una prueba de vida de Íngrid Betancourt, fue el 30 de agosto de 2003, es decir, hace más de 4 años.
Cabe preguntarse ahora sobre los hechos que hicieron tan notoria a Íngrid Betancourt en Colombia para que se animara a presentar su candidatura a la presidencia de Colombia: Evidentemente su lucha en contra de la corrupción imperante, por parte de los dos partidos del status, liberales y conservadores. El periodista J. R. González Cabezas, corresponsal del diario “La Vanguardia”, Barcelona, España, publicó una nota el 28 de marzo de 2001, antes del secuestro de Íngrid Betancourt, donde decía lo siguiente:
"No sólo estoy amenazada en mi país, sino que ahora me persiguen en Francia." El tribunal correccional de París debe decidir el viernes si suspende o no la circulación del libro "La rage au coeur" (Rabia en el corazón), de la joven ex diputada liberal y actual senadora radical independiente Ingrid Betancourt, martillo del narcotráfico y la corrupción en Colombia y virtual candidata presidencial en 2002. El impacto del libro publicado en Francia, donde en tres semanas ha vendido unos 70.000 ejemplares, ha llegado hasta el ex presidente Ernesto Samper, que ha presentado una demanda para que la obra sea incautada. […] En el apasionado testimonio autobiográfico de su combate político en Colombia, Betancourt acusa a Samper no sólo de haber sido financiado por el cartel de Cali, sino de haber instigado la muerte de todos los testigos que hubieran podido implicarle. La propia senadora revela las amenazas de muerte y la tentativa de asesinato sufridas en 1996, en plena convulsión política por las imputaciones contra el entonces presidente de la República.” [2]
Si bien Íngrid Betancourt no tuvo éxito frente a Álvaro Uribe en las elecciones, su programa de gobierno distaba mucho de ser parecido al de éste. Entre los puntos destacados del programa, señalamos los siguientes:
1. Revocatoria del Congreso a través de un referendo de origen popular, fundamentada porque este fue elegido mediante una democracia de mercado que favorece las empresas políticas clientelistas, la compra de votos y conciencias y la financiación de las campañas electorales por los grandes grupos económicos, el narcotráfico y los grupos de poder armados.
2. El Referendo Popular debe convocar la elección de un Nuevo Congreso sobre la base de nuevas reglas del juego que consagren la democracia real, entre las que se incluye una reforma al sistema electoral que establezca la asignación de curules por el método de cifra repartidora, que obtenida utilizando la sucesión de números naturales, permita repartir todas las curules por el mismo número de votos en la misma circunscripción.
3. Se requiere reestructurar la Organización Electoral de cuyo funcionamiento justo y transparente depende la legitimidad de la democracia electoral. Por eso, modificaremos el método de elección de los 9 miembros del Consejo Nacional Electoral, de tal manera que sea realizada por una de las Cortes de la rama Jurisdiccional o en su defecto por el Congreso relegitimado. De cualquier manera esa elección deberá recaer en representantes de los 9 partidos o movimientos que hayan obtenido la mayor votación bajo el nuevo régimen electoral.
4. Propondremos al Nuevo Congreso una reforma constitucional que establezca una nueva justicia, universal, expedita, independiente, transparente y justa. Propondremos recurrir al constituyente primario para desde allí derivar la elección legítima de los principales órganos de la justicia, sin compromisos y lealtades con los electores en el Parlamento, como sucede en la actualidad.
5. La descentralización política, fiscal y administrativa debe consolidarse, creando capacidad en las regiones de definir de forma autónoma las principales estrategias de desarrollo, aprovechamiento y uso sostenible de sus recursos, y las principales decisiones tributarias y de gasto.
6. Eliminación autónoma nacional de la producción y tráfico de narcóticos. La lucha por eliminar el narcotráfico en Colombia será una decisión prioritaria, irreversible, autónoma y soberana del gobierno y la sociedad colombiana.
7. La consolidación la economía, se desarrollará mediante dos subprogramas: Programa Nacional de Agricultura Productiva y El Programa Nacional de Cultura Productiva.
8. Convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente de la Colombia Nueva. Este evento fundacional social debe ser el resultado final de las negociaciones de paz que el gobierno, encabezado por Ingrid Betancourt Pulecio, realizará con los movimientos insurgentes.
9. Plan Colombia y negociación para la paz. Haremos los cambios necesarios al funcionamiento del Plan Colombia para asegurar que sea un programa de promoción y no sólo de combate. Será urgente complementarlo con gestiones diplomáticas para la promoción de nuestras exportaciones y de nuestra producción nacional. Finalmente, en términos de la paz en Colombia, nos comprometemos con la negociación y una paz justa. La violencia sólo trae violencia, pero la negociación improvisada y desde la debilidad tampoco da resultados.
Evidentemente el programa electoral de Íngrid Betancourt [3] no era revolucionario, pero en las condiciones políticas en que se encontraba y se encuentra Colombia, era una propuesta fuera de lo común, si se toma en cuenta el origen de la proponente y del contexto en que se desarrollaba el Partido Verde Oxígeno que la apoyaba en sus aspiraciones políticas. En esa oportunidad, Íngrid Betancourt no tuvo el apoyo suficiente para ser presidenta de Colombia, pero, ¿cuál sería la situación hoy día? Para Álvaro Uribe, que aspira a un tercer mandato en Colombia y que permite que funcionarios de su gobierno apoyen públicamente la opción del No en el referendo para aprobar nuestra Reforma Constitucional, la presencia de Íngrid Betancourt no sería de su agrado por el eventual contrapeso que le haría en la venidera campaña electoral.
Íngrid Betancourt se ha convertido en un excelente “botín de guerra”, no para las FARC, sino para Álvaro Uribe, porque mientras ella permanezca en cautiverio le dará vigor a sus intenciones de lograr su rescate por medio del uso de la fuerza y como objetivo central, doblegar militarmente a las FARC. Ambos objetivos son muy difíciles de lograr, pero de alguna manera Álvaro Uribe tiene que justificarse ante su amo, George Bush, quien paga con “generosidad” la guerra cuyo fin cada día se ve más lejos.
NOTAS
[1] Agencia de Noticias Inter Press Service
http://ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=26733
[2] J. R. González Cabezas, corresponsal del diario “La Vanguardia”, Barcelona, España, publicado por el portal “Académie de Grenoble”, el 28/03/2001
http://www.ac-grenoble.fr/espagnol/amelatina/colombia/rabia.htm
[3] Resumen del Programa de Gobierno de Íngrid Betancourt:
http://www.colombia.com/especiales/elecciones_2002/planes/betancourt
CONTACTO CON EL AUTOR
Internet: “La Página de Omar Montilla”
http://lapaginademontilla.blogspot.com
Correo: omar1montilla@gmail.com
Como se ve, el presidente Uribe no se para en detalles de esta naturaleza para obtener eventuales dividendos políticos, por lo que no es de extrañar la forma abrupta como terminó el proceso de negociación encomendado por el propio Uribe al presidente Chávez y a la senadora colombiana Piedad Córdova.
Después de 5 años de la captura de Íngrid Betancourt, a pesar del peso político y familiar que tiene en Colombia, y a las credenciales que como tal tiene en ese país, esta persona sigue en un cautiverio que a estas alturas del siglo XXI no tiene ninguna justificación. Íngrid Betancourt ha sido en su vida representante (diputada) a la Cámara de Representantes, senadora y candidata presidencial. Su padre, Gabriel Betancourt, fue embajador en la UNESCO y Ministro de Educación durante el gobierno del general Gustavo Rojas Pinilla y su madre fue igualmente senadora y reina de belleza en Colombia.
Si una persona como Íngrid Betancourt, que exhibe tal “pedrigree” no recibe el menor interés por parte de Uribe y del gobierno colombiano, ¿qué hay que esperar por la suerte de los humildes soldados, policías y demás rehenes de las FARC? Mientras el gobierno francés y los presidentes Chirac y Sarkozy desplegaron sus mejores esfuerzos por lograr la liberación de Íngrid Betancourt, el propio gobierno colombiano torpedea sistemáticamente cualquier esfuerzo por lograr un acuerdo humanitario que permita el retorno a sus hogares no sólo a quienes están en manos de las FARC, sino aquellos que han sido encerrados en cárceles de ese país como militantes o simpatizantes de las FARC.
En el día de hoy, el gobierno colombiano ha anunciado que había capturado a 3 guerrilleros que portaban las pruebas de que Íngrid Betancourt y otras 9 personas más estaban con vida, lo cual es sin duda alguna, el fruto de la mediación frustrada del presidente Chávez para lograr un acuerdo humanitario. Hay que tener en cuenta, para hacer cualquier valoración sobre este asunto, que la última vez que las FARC dieron una prueba de vida de Íngrid Betancourt, fue el 30 de agosto de 2003, es decir, hace más de 4 años.
Cabe preguntarse ahora sobre los hechos que hicieron tan notoria a Íngrid Betancourt en Colombia para que se animara a presentar su candidatura a la presidencia de Colombia: Evidentemente su lucha en contra de la corrupción imperante, por parte de los dos partidos del status, liberales y conservadores. El periodista J. R. González Cabezas, corresponsal del diario “La Vanguardia”, Barcelona, España, publicó una nota el 28 de marzo de 2001, antes del secuestro de Íngrid Betancourt, donde decía lo siguiente:
"No sólo estoy amenazada en mi país, sino que ahora me persiguen en Francia." El tribunal correccional de París debe decidir el viernes si suspende o no la circulación del libro "La rage au coeur" (Rabia en el corazón), de la joven ex diputada liberal y actual senadora radical independiente Ingrid Betancourt, martillo del narcotráfico y la corrupción en Colombia y virtual candidata presidencial en 2002. El impacto del libro publicado en Francia, donde en tres semanas ha vendido unos 70.000 ejemplares, ha llegado hasta el ex presidente Ernesto Samper, que ha presentado una demanda para que la obra sea incautada. […] En el apasionado testimonio autobiográfico de su combate político en Colombia, Betancourt acusa a Samper no sólo de haber sido financiado por el cartel de Cali, sino de haber instigado la muerte de todos los testigos que hubieran podido implicarle. La propia senadora revela las amenazas de muerte y la tentativa de asesinato sufridas en 1996, en plena convulsión política por las imputaciones contra el entonces presidente de la República.” [2]
Si bien Íngrid Betancourt no tuvo éxito frente a Álvaro Uribe en las elecciones, su programa de gobierno distaba mucho de ser parecido al de éste. Entre los puntos destacados del programa, señalamos los siguientes:
1. Revocatoria del Congreso a través de un referendo de origen popular, fundamentada porque este fue elegido mediante una democracia de mercado que favorece las empresas políticas clientelistas, la compra de votos y conciencias y la financiación de las campañas electorales por los grandes grupos económicos, el narcotráfico y los grupos de poder armados.
2. El Referendo Popular debe convocar la elección de un Nuevo Congreso sobre la base de nuevas reglas del juego que consagren la democracia real, entre las que se incluye una reforma al sistema electoral que establezca la asignación de curules por el método de cifra repartidora, que obtenida utilizando la sucesión de números naturales, permita repartir todas las curules por el mismo número de votos en la misma circunscripción.
3. Se requiere reestructurar la Organización Electoral de cuyo funcionamiento justo y transparente depende la legitimidad de la democracia electoral. Por eso, modificaremos el método de elección de los 9 miembros del Consejo Nacional Electoral, de tal manera que sea realizada por una de las Cortes de la rama Jurisdiccional o en su defecto por el Congreso relegitimado. De cualquier manera esa elección deberá recaer en representantes de los 9 partidos o movimientos que hayan obtenido la mayor votación bajo el nuevo régimen electoral.
4. Propondremos al Nuevo Congreso una reforma constitucional que establezca una nueva justicia, universal, expedita, independiente, transparente y justa. Propondremos recurrir al constituyente primario para desde allí derivar la elección legítima de los principales órganos de la justicia, sin compromisos y lealtades con los electores en el Parlamento, como sucede en la actualidad.
5. La descentralización política, fiscal y administrativa debe consolidarse, creando capacidad en las regiones de definir de forma autónoma las principales estrategias de desarrollo, aprovechamiento y uso sostenible de sus recursos, y las principales decisiones tributarias y de gasto.
6. Eliminación autónoma nacional de la producción y tráfico de narcóticos. La lucha por eliminar el narcotráfico en Colombia será una decisión prioritaria, irreversible, autónoma y soberana del gobierno y la sociedad colombiana.
7. La consolidación la economía, se desarrollará mediante dos subprogramas: Programa Nacional de Agricultura Productiva y El Programa Nacional de Cultura Productiva.
8. Convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente de la Colombia Nueva. Este evento fundacional social debe ser el resultado final de las negociaciones de paz que el gobierno, encabezado por Ingrid Betancourt Pulecio, realizará con los movimientos insurgentes.
9. Plan Colombia y negociación para la paz. Haremos los cambios necesarios al funcionamiento del Plan Colombia para asegurar que sea un programa de promoción y no sólo de combate. Será urgente complementarlo con gestiones diplomáticas para la promoción de nuestras exportaciones y de nuestra producción nacional. Finalmente, en términos de la paz en Colombia, nos comprometemos con la negociación y una paz justa. La violencia sólo trae violencia, pero la negociación improvisada y desde la debilidad tampoco da resultados.
Evidentemente el programa electoral de Íngrid Betancourt [3] no era revolucionario, pero en las condiciones políticas en que se encontraba y se encuentra Colombia, era una propuesta fuera de lo común, si se toma en cuenta el origen de la proponente y del contexto en que se desarrollaba el Partido Verde Oxígeno que la apoyaba en sus aspiraciones políticas. En esa oportunidad, Íngrid Betancourt no tuvo el apoyo suficiente para ser presidenta de Colombia, pero, ¿cuál sería la situación hoy día? Para Álvaro Uribe, que aspira a un tercer mandato en Colombia y que permite que funcionarios de su gobierno apoyen públicamente la opción del No en el referendo para aprobar nuestra Reforma Constitucional, la presencia de Íngrid Betancourt no sería de su agrado por el eventual contrapeso que le haría en la venidera campaña electoral.
Íngrid Betancourt se ha convertido en un excelente “botín de guerra”, no para las FARC, sino para Álvaro Uribe, porque mientras ella permanezca en cautiverio le dará vigor a sus intenciones de lograr su rescate por medio del uso de la fuerza y como objetivo central, doblegar militarmente a las FARC. Ambos objetivos son muy difíciles de lograr, pero de alguna manera Álvaro Uribe tiene que justificarse ante su amo, George Bush, quien paga con “generosidad” la guerra cuyo fin cada día se ve más lejos.
NOTAS
[1] Agencia de Noticias Inter Press Service
http://ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=26733
[2] J. R. González Cabezas, corresponsal del diario “La Vanguardia”, Barcelona, España, publicado por el portal “Académie de Grenoble”, el 28/03/2001
http://www.ac-grenoble.fr/espagnol/amelatina/colombia/rabia.htm
[3] Resumen del Programa de Gobierno de Íngrid Betancourt:
http://www.colombia.com/especiales/elecciones_2002/planes/betancourt
CONTACTO CON EL AUTOR
Internet: “La Página de Omar Montilla”
http://lapaginademontilla.blogspot.com
Correo: omar1montilla@gmail.com