John Holloway
Atenas en llamas. Llamas de rabia. ¡Qué horror! ¡Qué gusto!
No me gusta la violencia. No creo que se gane mucho quemando
bancos y rompiendo vitrinas. Sin embargo, siento un gran placer cuando veo la
reacción en Atenas y las otras ciudades de Grecia ante la aceptación por el
parlamento griego de las medidas impuestas por la Unión Europea y el Fondo
Monetario Internacional. Si no se hubiera dado una explosión de rabia, me
habría sentido a la deriva en un mar de depresión.










