“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

8/1/09

Chávez, Chopin y el drama palestino



Władysław Szpilman, cuya novela “El Pianista” sirvió de inspiración a Román Polanski para dirigir la película homónima, nunca se habría imaginado que la situación que vivió pudiera repetirse nuevamente, y que para mayor crueldad quienes ahora hacen el papel de verdugos fueron aquellos mismos que tuvieron que soportar las atrocidades del régimen nazi. El pianista judío fue obligado por las circunstancias a vivir en el ghetto de Varsovia [*], pero éste al menos contó con la protección de un oficial alemán que le salvó la vida y le permitió contarla. A este personaje singular nadie pudo salvarlo de la muerte, en un campamento para prisioneros de Rusia en 1.952.

El ghetto de Varsovia tenía una extensión de seis kilómetros y medio, tenía un alto muro protegido con alambradas de púas y en el llegaron a habitar más de 400 mil judíos, que terminarían rebelándose en el año 1943. Antes de que esto sucediera, los ocupantes alemanes permitieron el funcionamiento de la comunidad y para ello llegaron a reconocer a la Judenrat, que era una organización de los pobladores que se ocupaba no sólo de los asuntos religiosos y de beneficencia, era, “mutatis mutandi”, una especie de municipalidad que funcionaba dentro de una inmensa prisión, como lo es hoy el territorio de Gaza. La dirección del ghetto, a cargo de la Judenrat, era la responsable directa por el funcionamiento de los servicios que debería tener una ciudad, pero como la Judenrat estaba dominada por los judíos ricos, terminó siendo utilizada, no para ayudar a la comunidad, sino para satisfacer las exigencias de los alemanes. No es casual entonces que en Varsovia, miles de jóvenes pobres muy bien organizados se levantaron contra el ejército invasor alemán, movimiento que estaba dirigido por Mordejai Anielewicz, sionista de izquierda de sólo 23 años de edad, convertidos de un día para otro en combatientes de un ejército que libró una guerra asimétrica, largamente heroica y dignamente comparable con los actuales milicianos de Hamás


El “ghetto” de Gaza ahora es sometido a un bombardeo incesante, y como el movimiento Hamás se ha “diluido” entre la población, los invasores disparan indiscriminadamente contra cualquier blanco móvil, haciendo caso omiso de todas las convenciones internacionales que regulan la guerra, llegando al extremo de bombardear escuelas patrocinadas por la ONU, causando decenas de muertos, obviamente la mayoría de ellos niños y niñas. La pregunta que todos se hacen es la siguiente: Los bombardeos aéreos se realizan para “neutralizar” posiciones enemigas; pero ¿cómo se justifica que la destrucción que reportan los medios de comunicación señalan a escuelas, hospitales, mezquitas, casas, etc., como blancos que son objetos de la destrucción? ¿Es menester utilizar los tanques de la capacidad que tienen las tropas invasoras para acabar con una escuela y asesinar a 40 niños y niñas? ¿A qué fin sirven las bombas de racimo, cuyo escalofriante despliegue reseñan gráficamente los medios audiovisuales?

El pianista de Varsovia, ante el bombardeo inclemente que sufría la ciudad por parte de la Luftwaffe  (Fuerza Aérea de Alemania) pudo emitir “en vivo” a través de la radio estatal polaca el Nocturno Nº 20 en Do sostenido menor obra póstuma del compositor, también polaco, Fryderyk Franciszek (Frédéric) Chopin, cuyas notas se ahogaban ante la lluvia de fuego que caía del cielo. La difusión de la música, ante el remedo de infierno que era impuesto a Varsovia, fue un bálsamo momentáneo que mitigó tanto sufrimiento, tanto dolor y tanta angustia, ya de por sí inenarrables. En este marco se inscribe la decisión del presidente Chávez de expulsar al embajador de Israel en Venezuela, que de seguro no detendrá los cañones, ni las bombas, ni evitará las muertes que seguramente los criminales de guerra aposentados en Tel Aviv continuarán causando; pero ante la tragedia, esta demostración de valentía servirá para indicarle a los que sufren que alguien, en representación de un pueblo digno, y en algún punto de este planeta que se llama Venezuela, vibra con tanto sufrimiento, con tanto dolor y con tanta angustia.

Nota:

[*] Ghetto es el nombre de un barrio de Venecia, en el que antiguamente funcionaba una fundición de hierro y que en esa época se encontraba alejado de la ciudad. Fue destinado posteriormente para “alojar” a  los judíos, de allí que en lo sucesivo por la evolución diacrónica de las palabras, tal nombre se utilizó para designar a los lugares en los que habitaba la comunidad judía, fundamentalmente en el este de Europa y Rusia. Hoy día un “ghetto”, por la misma evolución lingüística, es todo aquel espacio de una ciudad o país que está destinado para albergar determinados grupos étnicos, culturales, religiosos, sociales o económicos (o todas o en parte juntas). Del significado original, sólo queda el nombre de la esquina noroeste de Venecia, porque los judíos ya no viven en “ghettos” sino que éstos a su vez han pasado a usarlos para vivan otros, como sucede en Gaza. El Ghetto de Venecia ha sido notable también porque allí desarrolló William Shakespeare su obra “El Mercader de Venecia”

Władysław Szpilman interpreta el Nocturno Nº 20 en Do sostenido menor, Op. Posth.,  de Chopin


Guerra, destrucción, exterminio y olvido

¡Algo tiene que pasar, y va a pasar!

 

¿Cómo sabemos que algo que está sucediendo es un hecho histórico? El problema no es saber sino saber ignorar. Por ejemplo, Gaza, pequeño territorio superpoblado del Oriente Medio ha sido invadido por un ejército poderoso, dotado de sofisticadas armas de destrucción, entre las que se cuentan las llamadas bombas de racimo, condimentadas con fósforo blanco o uranio “empobrecido”. Quienes dirigen, ejecutan y apoyan esa masacre contra el inerme pueblo palestino optan por una solución: subestimar lo que acontece, minimizar los hechos, distraer la atención, desentenderse de la situación.

Las peores barbaridades que han tenido lugar en el mundo son ignoradas. ¿Cuántos millones de africanos han sido asesinados, arrancados de sus familias, esclavizados y explotados inmisericordemente? Nunca se sabrá y la mejor solución es no investigar. Porque ¿cómo interesar a alguien que se tome en serio estos hechos cuando se trata tan sólo de negros?¿Cuántos millones de indígenas de nuestra América fueron masacrados durante la colonización, ejecutada por un país que a su vez recién había logrado expulsar a los conquistadores árabes, los mismos que habían ocupado a España por más de 800 años? Nunca se sabrá y la mejor solución es dar otro tipo de explicaciones.

Pero a los árabes jamás se les ocurrió exterminar a la población nativa, sino que por el contrario se mezcló con ella y trajo lo mejor de la civilización que para aquella época florecía entre ellos. Lo divertido de las situaciones como las señaladas, porque el tiempo las troca en eso, es que no tenemos a quién reclamar y sólo nos limitamos a calcular los daños infringidos, como si el cerro de Potosí sirviera para demostrar el saqueo. Ni siquiera los huesos existen, a pesar de que pueblos enteros fueron desaparecidos de la faz de la tierra.

Los presuntos perseguidos y masacrados de ayer hoy se solazan haciendo lo mismo con el pueblo palestino; como lo hicieron los españoles con los indígenas de nuestra América. Cuando Israel hacía la guerra para defender su derecho a existir como Estado logró concitar ciertas simpatías entre muchas personas que leían narraciones como las descritas por León Uris en su novela “Éxodo”. Pero ahora hacen la guerra para exterminar a un pueblo que también tiene derecho a existir y frente a esa calamidad no podemos optar por la neutralidad, la ignorancia y el olvido, porque como lo dijo el poeta latino Terencio: “Soy un hombre y nada de lo que es humano me es ajeno” [*]

Muchas cosas están sucediendo ahora en el mundo, como la sospechosa epidemia de cólera en Zimbabue que es manipulada por el imperio para tratar de socavar el gobierno de Robert Mugabe; las protestas estudiantiles en Grecia; la actitud provocadora ante Rusia del gobierno de Ucrania, que está buscando su “tatequieto” como sucedió con Georgia; la constante conspiración contra el proceso constituyente en Bolivia; la guerra interminable entre el Frente Polisario (República Árabe Saharaui Democrática) y Marruecos; las migraciones de la periferia asiática y africana hacia el centro; sin contar con la crisis económica y social que enfrenta el sistema capitalista a escala mundial que arrastrará para lo peor a las maltrechas economías de los denominados “países emergentes” porque los más pobres ya no pueden serlo más.

A fin de cuentas, quienes mueren en Gaza son árabes, pobres y musulmanes que muchos esperan que lo hagan inútilmente, ante la mirada expectante, timorata, cobarde y cómplice de las satrapías árabes del Golfo Pérsico y demás lacayos como Hosni Mubarak, quien ha optado por cerrar el único paso fronterizo y obstaculizar la prestación de ayuda humanitaria. La mayoría de las víctimas son mujeres y niños, porque los judíos están luchando contra un enemigo “invisible” Pero esta crisis es otra oportunidad y quién sabe qué pueda pasar, porque ¡algo tiene que pasar, y va a pasar! Ya lo verán.

Nota:

[*] La expresión en latín es: Homo sum, humani nihil a me alienum puto.

Correo: omar1montilla@gmail.com  


 

7/1/09

"A pesar de lo mucho que te amé, se me olvidó tu nombre"

Así paga El Diablo a sus lacayos

Fiat iustitia etsi ruat caélum [1]

Felizmente George W. Bush ya no será presidente de EE.UU. a partir del 20 de enero y en su lugar se instalará en la Casa Blanca Barack Obama. Antes de dejar el cargo nuestro Diablo ha tomado algunas “decisiones” que lo hundirán aún más en el muladar de la historia, lugar que ocupará junto a otros “colegas” de su misma estirpe. No le ha bastado con apadrinar la brutal invasión al territorio de Gaza y el genocidio a la población que acompaña esta campaña criminal, sino que se permite otras extravagancias, tales como la de condecorar a sus leales y fieles lacayos, entre los que se cuentan los ex primeros ministros Tony Blair, del Reino Unido y John Howard, de Australia, así como al presidente de Colombia Álvaro Uribe con una de las distinciones más importantes del país americano: la Medalla Presidencial de la Libertad. 

El argumento es que de esta forma se honraría a estos especimenes “… por su trabajo en la mejora de las vidas de sus ciudadanos y por sus esfuerzos para la promoción de la democracia, los derechos humanos y la paz en el exterior", y han recibido esta distinción porque también han sido "firmes aliados de EE UU, en particular en la lucha contra el terrorismo”.

Si no fuera porque conocemos muy bien a Bush, esta declaración como una tomadura de pelo, porque precisamente estos personajes se han caracterizado por incrementar la guerra, empezando por la invasión de Irak; por reducir sustancialmente en el mundo los niveles de participación democrática y por la sistemática violación de los derechos humanos.

Sólo para referirnos a nuestro vecino Uribe, destacamos una carta firmada por la Coordinación Colombia-Europa-Estados Unidos, la Plataforma Colombiana de Derechos Humanos, Democracia y Desarrollo, la Asamblea Permanente de la Sociedad Civil por la Paz, la Alianza de Organizaciones Sociales y Afines y la Red Colombiana de Acción frente al ALCA donde se destaca que: "A pesar de los esfuerzos del gobierno colombiano por presentar avances en el respeto a los derechos humanos y disminución de la violencia antisindical ante el congreso de Estados Unidos, con el fin de conseguir el apoyo al TLC y al plan Colombia, la realidad es muy distinta, como se evidencia en los informes y evaluaciones realizadas por las organizaciones de derechos humanos en el país, de los cuales se hace un recuento en la carta enviada al congreso estadounidense".

La señora Hillary Clinton, quien será la nueva Secretaria de Estado con el presidente Obama fue enfática al declarar: "Estados Unidos debería buscar tratados comerciales que promuevan los derechos humanos y no hagan la vista gorda ante notables abusos".

El propio presidente Obama, en una entrevista reproducida por la revista colombiana “Semana”, dijo: La violencia contra los sindicatos en Colombia ridiculizaría las mismas protecciones laborales que hemos insistido se incluyan en ese tipo de acuerdos”.

“A pesar de lo mucho que te amé, se me olvidó tu nombre”

Lo más tragicómico es que  Bush se “olvidó” de su compinche de fechorías José María Aznar, a pesar de que el homúnculo de marras participó junto a él y Tony Blair en la famosa “Cumbre de las Azores” que justificó en 2003 la guerra de Irak.

Aznar anteriormente fue “distinguido” con la Medalla de Oro del Congreso, y recibió ad ostentationem el galardón gracias al “apoyo” que recibió de un bufete contratado por Aznar para promocionarse en EE.UU. gestiones por las que pagó con dinero del Estado una factura de 91.000 dólares. En esta oportunidad las gestiones de Aznar fallaron, no sólo por el dinero que no habría pagado, sino porque con “honrar” a estos señores habría sido suficiente.

Pero Aznar llegó tarde. En unas declaraciones que publica la revista “Vanity Fair”, que seguramente fueron emitidas para tratar de ayudar en algo su “nomination”  a la medalla, la ya no podrá portar, se atrevió a calificar el triunfo de Obama como "un exotismo histórico",  y a su futura gestión al frente del gobierno imperial como “un previsible desastre económico".

El desastre que está a la vista

Si tales predicciones se cumplen, y aunque tenemos motivos para dudar de la palabra del señor Aznar, cuyo apellido se acerca a ciertos chascarrillos, a los que son muy dados los españoles, cuando lo califican como un “ásinus in tégulis” [2], las tomamos como buenas, entonces sí es verdad que lo que viene es bastante grave, porque Obama se encontrará con el siguiente paisaje  dibujado hábilmente por Bush:

“Estados Unidos tendrá un déficit de 1,2 billones de dólares en el año fiscal 2009, sin contar el gasto en el plan de estímulo económico que impulsa el presidente electo, Barack Obama, según dijo hoy la Oficina de Presupuestos del Congreso. Esa cifra, que equivale al 8,3 por ciento del Producto Interno Bruto de Estados Unidos, supera ampliamente el déficit récord de 413.000 millones de dólares alcanzado en 2004. […] En el año fiscal 2010, el déficit caerá al 4,9 por ciento del PIB." 

A sus previsiones habrá que añadir el costo del plan de estímulo que Obama quiere que el Congreso apruebe lo antes posible y que podría acercarse a los 800.000 millones de dólares en dos años. Obama ya adelantó ayer que Estados Unidos registrará "déficits de un billón de dólares durante años", pero aún así insistió en la necesidad de sacar adelante su plan de estímulo económico.

Para nuestro desconsuelo, veamos otros datos aportados por la publicación aludida:

1. “… la economía estadounidense, que entró en recesión hace un año, se contraerá un 2,2 por ciento en el 2009, aunque tampoco tiene en cuenta los posibles efectos del paquete de estímulo de Obama.”

2. “La recuperación, en el 2010, será lenta y el país registrará un crecimiento de tan sólo el 1,5 por ciento ese año.”

3. “…el precio medio de la vivienda caerá un 14 por ciento entre el tercer trimestre del 2008 y el segundo trimestre del 2010.”

4. “…el consumo, que genera casi dos tercios de la actividad económica del país, se restringirá más de un 1 por ciento.”

5. “… el desempleo llegará al 9 por ciento, desde la tasa actual del 6,7 por ciento.”

¿Qué más podríamos agregar? Ab alio spectes alteri quod feceris [3]


Notas:

[1] Hágase justicia aunque se hunda el cielo; hágase justicia, y que perezca el mundo

[2] El burro en el tejado, es decir,  persona de escaso criterio que ha llegado a ocupar una elevada posición.

[3] Quien ha hecho el mal, debe esperar igual reciprocidad; quien ha obrado con maldad no puede esperar que se le trate con bondad-

6/1/09

¿Una enmienda a la enmienda de la Constitución?


Estoy plenamente de acuerdo con enmendar el artículo 230 de la Constitución para permitir la reelección, sin limitaciones, del presidente de la República, que de esta forma podrá postularse nuevamente en el 2012 para un nuevo período constitucional, si es que las condiciones personales y políticas lo permiten, y si el pueblo así lo ratifica con su voto.

Con lo que no estoy de acuerdo es que se haga extensiva para todos los funcionarios sujetos a la elección popular. No me pidan explicaciones porque en Venezuela sabemos las razones.

Esta enmienda a la enmienda no es conveniente, como tampoco lo fueron las agregaciones que le hizo la Asamblea Nacional a la propuesta de Reforma Constitucional sometida a referendo en el año 2007.


Tres payasos para Palestina

El cuarto ejército más poderoso del mundo se enfrenta y mata a un grupo de mujeres palestinas

 

Antecedentes inmediatos de esta guerra

En abril de 2003, con el patrocinio de la ONU, la Unión Europea, Rusia y EEUU, que constituyeron el llamado “cuarteto diplomático” propusieron una “Hoja de Ruta”, es decir, un documento que configuraba un pre-acuerdo para reanudar el estancado proceso de paz en Palestina. En 2005 muere misteriosamente asesinado Yasser Arafat. En septiembre de 2005 el ejército de Israel completó la retirada de la Franja de Gaza poniendo fin a 38 años de ocupación y dejando un territorio destruido y en la situación más lamentable que se pueda imaginar. En 2006 Hamás gana las elecciones en Palestina, bajo la amenaza de Israel y EE.UU. de congelar las ayudas a la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que es el gobierno de ese país, si Hamás no aceptaba renunciar “al terrorismo”.

La victoria de Hamás causó una escalada de violencia interna entre las diferentes facciones de dicha organización y Al-Fatah, el movimiento fundado por Yasser Arafat, cuyo sucesor y líder Mahmoud Abbas se vendió a los israelíes en contra de sus propios hermanos.

Hamas es un movimiento que lucha por la independencia del pueblo palestino, como lo fue la guerra de independencia en nuestra América, la resistencia francesa contra el ocupante nazi en Francia; la guerra de los argelinos contra los ocupantes franceses;  la lucha en la guerrilla vietnamita contra EE.UU., etc.

Los milicianos de Hamás usan los mismos métodos que usaron los judíos antes de proclamar el estado de Israel.

Situación actual

Hamas respetó varios meses ese armisticio de forma unilateral, soportando los ataques “selectivos” que Israel cometía contra personalidades palestinas, y dejaba que sus colonos atacaran impunemente pueblos cercanos palestinos, una verdadera vergüenza. Las fronteras entre Israel y Gaza, mientras duró la tregua unilateral de Hamás, solo se abrían de cuando en cuando, manteniendo en una situación económica y social muy delicada a la población de Gaza.

Gaza se debate en la actualidad entre la aplastante superioridad militar de Israel con todo su poderío aéreo y sus atronadores tanques portadores de la muerte y la desesperación, por una parte, y por la otra, con los estragos que deja la invasión israelí, traducidas en la falta de combustibles, luz eléctrica, alimentos, servicios médicos y hospitalarios: en suma, toda una hecatombe que se sucede en vivo y en directo, transmitida por TV.

Objetivos de Israel

Asombrosamente los gobiernos de la mayoría de los países árabes muestran cierta indiferencia ante la muerte y destrucción generada por las tropas judías, que desde el primer día corren el riesgo de quedar atrapadas en Gaza. En tanto, Israel avanza buscando cumplir con sus objetivos centrales, que en estos momentos son: 1) descabezar (literalmente) a la dirigencia de Hamás, hacerlos desaparecer, para de esta manera “domesticar” al pueblo palestino que vive en Gaza; y 2) destruir la capacidad y la infraestructura operativa de Hamás y el resto de las organizaciones de la resistencia palestina

Para lograr sus objetivos, el tiempo es vital, tienen que hacerlo ya, rápido, porque de otra manera quedarían empantanados y expuestos a un segura derrota militar, que para Israel significa prolongar indefinidamente esa masacre inmisericorde contra mujeres, jóvenes y niños, ante la mirada acusadora de la comunidad internacional. Para salir de la trampa en la que desde el primer día se metieron, necesitan mover las fichas en el tablero internacional, donde cuentan con el patrocinio del gobierno de Bush. La esperanza que tienen es que puedan negociar un cese del fuego que les permita un retiro “honroso y victorioso”, cosa bastante difícil en las actuales circunstancias.

Hay que recordar el fiasco en el cual terminó la agresión de Israel al Líbano, deshonra de la cual todavía no se han repuesto todavía los agresores judíos y que ahora pretenden “lavar” a costa del pueblo palestino.

Entran en escena los payasos

Ehud Barak, ministro de  Defensa de Israel, junto a Ehud Olmert y a Zippi Livni, el triunvirato criminal de Israel, han anunciado tímidamente un parte “victorioso” afirmando que "la ciudad de Gaza está parcialmente cercada”; pero ¿en qué condiciones?  Muy particulares. Es como aquel personaje que pinta el piso de su casa y estúpidamente queda atrapado en una esquina de la habitación, por lo cual tiene que esperar a que se seque el piso para poder salir de la trampa en la que por su propia estolidez cayó.

En este panorama, los judíos no se pueden permitir el lujo de dejar pasar el tiempo, y como en realidad este ya discurre sin pausas, necesitan de algunos “negociadores” que les ayuden a salir del atolladero, que no es un campo de batalla, sino un cementerio con centenares de cadáveres que se pudren al sol y que infestan el aire que ellos mismos tienen que respirar.

Estos “negociadores” son el presidente de Francia Nicolas Sarkozy (de ascendencia judía), el presidente de Egipto, Hosni Mubarak y el representante del movimiento Al-Fatah, Mahmoud Abbas. Las opciones en juego son un acuerdo entre Israel y Hamás (improbable); el cese unilateral del fuego por parte de Israel  ante la catástrofe humanitaria que se cierne sobre Gaza, que también resulta improbable porque los soldados judíos saldrían “deshonrados”. Es bueno recordar que Israel, Egipto  y Colombia (en ese orden) son receptores de la mayor cantidad de “ayuda militar” por parte de los EE.UU.

Una tercera posibilidad es la intervención de las Naciones Unidas, quien haría un “llamado urgente al cese del fuego”. Es de advertir que en centenares de ocasiones la Asamblea de las Naciones Unidas y muchas de sus Comisiones han aprobado acuerdos condenando a Israel, y este país ha hecho caso omiso de tales “llamados”.

El juego de sombras

Esta sería la situación mas probable, pero para ello se necesita tiempo, que está agotándose y sin posibilidades de recarga. Israel “controla” Gaza, y esto significa que debe responder por los muertos a los que debe enterrar; por los heridos, a los que debe socorrer o permitir que otros lo hagan; por los hambrientos, a los que debe alimentar y por la administración del territorio de Gaza, con un gobierno que no se ve por ningún lado, pero que se siente y con la infraestructura física totalmente destruida, la que debe reparar.

El escenario que tiene frente a sí Israel es dramático, es un temido juego de sombras. Hamas está en la situación de no combatir, de no pelear, sólo lanzar ataques inesperados; otra forma del juego de sombras, hacerse invisible, “no existir”. ¿Cómo se pueden destruir a unos “terroristas” que no existen, que no se ven, que han desaparecido?

La suerte nos la describe magistralmente la poeta chilena Eliana Navarro, en su poema "Juego de Sombras": 

Todo está ya cumplido. / Ahora sólo quiero / reclinar mi cabeza y dormir. / Todo lo que era llama se convirtió en ceniza. / El mar calló su coro de tempestuosas voces. / El viento sus laúdes. / El corazón, su enigma. / Con las manos atadas, / con los ojos vendados, / ¿hacia qué noche, / hacia qué oscura y larga noche / camino sin descanso?

Cristina de Suecia y el triste final de Descartes

Greta Garbo, dirigida por Rouben Mamoulian, interpretó la película “La Reina Cristina de Suecia” (1933)

 

Hoy he sostenido un intercambio epistolar, que se fue enriqueciendo a medida que transcurría. En la mañana había tomado el Metro y oí cantar a Alí Primera y después he pensado en los niños y mujeres de Gaza. Lo bueno de escribir es que tenemos qué pensar y, como decía Descartes, "Pienso, luego existo". ¿Qué más podemos pedirle a la vida?

Casualmente había citado a René Descartes cuando afloró, mientras discurría mi escritura, la famosa frase, que en realidad es una locución latina, muy citada desde hace siglos: Cogito ergo sum. Tomando el hilo de esta conversación, también me vino a la mente otra frase, que dicen que era la favorita de Descartes: "Bene vixit qui bene latuit", es decir, "Vive feliz el que vive escondido".

Cuando en cierta oportunidad a Descartes le preguntaron sobre cuáles eran para él las cosas más raras y preciosas, dijo que eran tres: Un orador perfecto, un buen libro y una mujer sin defectos.

Descartes no encontró a la mujer sin defectos, o sea perfecta porque nunca la buscó y nadie jamás la encontrará. Esas tres cosas preciosas y raras a las que se refería, eran sólo un desideratum. No hay nada perfecto, y si existe, debe ser algo tedioso, indigno de la humanidad.

Pero una mujer, la grande y famosa reina Cristina de Suecia, encantada con Descartes, su fama y su talento, lo quiso para sí y le llamó a su lado, quien para complacerla se trasladó a Estocolmo y se instaló en su palacio, donde ocupó una gran habitación, muy cómoda para él. Cierta noche --siempre hay una noche de por medio--, cuando hacía mucho frío, que en Estocolmo no es una rareza, y para colmo cuando era de madrugada, en el momento denominado por los italianos como “le ore piccole”, la caprichosa reina hizo llamar a Descartes, que estaba, como era lógico suponerse, durmiendo.

De nada valieron todas las previsiones que había tomado Descartes para abrigarse, protegerse del intenso frío y acudir presuroso al llamado real, porque se vio constreñido a recorrer aquellos largos, oscuros, silenciosos y solitarios pasillos palaciegos con temperaturas de congelación.

Descartes pescó, como se dice, un resfriado y la pulmonía no tardó en aparecer para hacerle compañía. La cruel paradoja gramatical coloca al resfriado en el género masculino. La pulmonía, la que generalmente es mortal, femenina.

Nada se podía hacer ya para que Descartes pudiera recobrar la salud que inexorablemente se le escapaba. Todo estaba perdido y su debilitado organismo ya no le respondería más. Sabía que su fin era inevitable. Sin perder la compostura, entregado a los auxilios de la fe católica, a la que nunca quiso o pudo renunciar, se dice que, confortado por la inspiración religiosa muy comprensible en aquellos trances, pronunció estas palabras: “Alma mía, es necesario partir. Hace mucho tiempo que estás prisionera y ha llegado el momento que te desembaraces del cuerpo. Es necesario soportar esta separación con serenidad y alegría.”

Como se puede ver, una mujer pensó que podía hacer el bien, primero que nada a sí misma, llamando a un hombre a su lado; pero terminó matándolo, ¿sin querer?

No estoy seguro que el final de Descartes haya sido tal cual lo narro, pero ¿no les parece interesante?


5/1/09

La derrota de Israel en el Líbano


Thierry Meyssan

Fracaso del «Air Power»

El plan de ataque fue concebido conjuntamente por los estados mayores estadounidense e israelí. El Pentágono impuso la técnica del Shock and Awe en el marco de la guerra relámpago, clásica para el ejército israelí.

Para los generales estadounidenses, había llegado la hora de demostrar el «Poder aéreo». Desde los años 30, la fuerza aérea trata de demostrar que un bombardeo aéreo masivo puede bastar para obtener la rendición del enemigo sin combates terrestres. Ello exige el desencadenamiento de un diluvio de fuego que ponga al enemigo en estado de choque. Hace 60 años que Estados Unidos aplica sin éxito esa teoría en diferentes partes del mundo. Esta vez, la tesis era que la destrucción sistemática y total de todas las ciudades del sur del Líbano haría que los libaneses se levantaran contra la dictadura de Hezbollah y aclamaran a la familia Hariri. En día y medio de bombardeos, el ejército israelí cortó las comunicaciones entre el norte y el sur del Líbano, inutilizó el aeropuerto de Beirut y destruyó las reservas de hidrocarburos, bloqueó los principales puertos e impuso un bloqueo aéreo y naval. Solamente quedaron algunas carreteras que conectan el norte del Líbano con Siria, carreteras inundadas de columnas de desplazados.

El problema está en que Hezbollah no es una dictadura sino un movimiento de resistencia y solidaridad. Los bombardeos dejaron un millón de personas desplazadas. La cuarta parte de ellas emigró al extranjero, otra cuarta parte encontró refugio en Siria y la mitad restante se desplazó hacia el norte del Líbano. Los refugiados no recibieron ayuda alguna por parte del Estado libanés. En cambio fue el movimiento Hezbollah quien se encargó de acoger a esos refugiados, con la contribución de la Corriente Patriótica Libre que dirige el general cristiano Michel Aun . Hay refugiados libaneses que fueron acogidos incluso por los refugiados palestinos, aunque estos últimos viven en condiciones de miseria en sus propios campamentos desde hace 60 años. Lejos de ver al movimiento Hezbollah como el culpable de su desgracia, los desplazados maldicen al ejército israelí por atacar su país, a Estados Unidos por ser quien arma a Israel y al gobierno libanés de Siniora por colaborar con Estados Unidos e Israel.

Lo más sorprendente es que, en 34 días bajo un diluvio de bombas cinco veces superior a la potencia de fuego que arrasó Hiroshima, los libaneses que se quedaron en el sur no cayeron en estado de choque. Tanta resistencia se debe, en primer lugar, a su experiencia anterior de la guerra pero tiene también mucho que ver con su formación y con sus dirigentes, posiblemente también con su fe. Lejos de perder la esperanza, se prepararon para una guerra larga y quedaron sorprendidos por la rapidez de su propia victoria.

Dicho sea de paso, durante el segundo día de la agresión Israel bombardeó los estudios del canal de televisión Al-Manar y la sede nacional del Partido de Dios, situados ambos en un barrio popular de Beirut. Como el ataque sólo interrumpió las transmisiones de Al-Manar durante dos minutos y no tuvo ningún efecto sobre la organización de Hezbollah, el estado mayor israelí creyó que los dirigentes de la televisión y del partido se encontraban en refugios antiaéreos bajo los escombros. Así que prosiguieron los bombardeos durante seis días más con la esperanza de acabar por fin con las instalaciones subterráneas antes de darse cuenta que estas existían únicamente en la fértil imaginación de los periodistas de Fox News. Mientras tanto, esos mismos bombardeos devastaron todo el sur de la capital, actualmente convertido en un montón de escombros. El efecto psicológico de esta insistencia en el error cometido favoreció al Hezbollah que se vio como una entidad invencible ante uno de los ejércitos mejor equipados del mundo.

Los bombardeos israelíes no tienen comparación con la respuesta de Hezbollah. Israel utilizó aviones F-15 para mantener bombardeos constantes y hacer polvo todas las ciudades del sur del Líbano. Nunca nación alguna se había atrevido a recurrir a ese tipo de bombardeo contra zonas urbanas desde que la fuerza aérea de Estados Unidos destruyó Hanoi en 1972, nunca desde entonces un ejército moderno había sufrido una derrota similar a manos de una guerrilla. En cambio, Hezbollah utilizó sus cohetes única y exclusivamente contra objetivos militares, aún cuando el ajuste del tiro alcanzó inevitablemente blancos civiles. Se ha comprobado que la Resistencia Libanesa destruyó un aeropuerto militar, el principal centro de transmisiones electrónicas, el cuartel general del Comando Norte israelí y que causó graves daños a dos barcos de guerra.

Cuando la ONU proclamó el cese de las hostilidades y en momentos en que Hezbollah dudaba aún sobre la conducta a seguir, los desplazados libaneses comenzaron a regresar de forma espontánea. Media hora después del tan esperado momento, las carreteras transitables del Líbano se vieron inundadas de gente que regresaba. Los desplazados regresaron inmediatamente para acampar sobre las ruinas de sus casas, negándose simbólicamente a abandonar su tierra. Esa marea humana obligó a las fuerzas terrestres israelíes a acelerar su repliegue.

La fuerza aérea israelí afirma haber destruido en 72 horas la totalidad de las rampas de lanzamiento de misiles Sahar que Hezbollah recibió de Irán. Hezbollah asegura que no es cierto y que mantiene la capacidad necesaria para golpear Tel Aviv. Así parece ser ya que cuando el ejército israelí trató de retomar los bombardeos contra Beirut y Hassan Nasrallah amenazó con tomar represalias contra Tel Aviv, los israelíes renunciaron a proseguir sus ataques.

Los responsables de Hezbollah afirman haber utilizado solamente la novena parte de su arsenal y disponer actualmente de los medios necesarios para librar una guerra idéntica de 11 meses. Los elementos recogidos en el teatro de operaciones demuestran que sus unidades antitanques se mantuvieron como reserva y no participaron en los combates.

En definitiva, el predominio aéreo total de Israel no sirvió en lo absoluto para alcanzar sus objetivos militares. En cuanto al despliegue de sus fuerzas terrestres, enseguida se convirtió en un fiasco.

Fracaso de la ofensiva terrestre

Desde el primer día, el intento de penetración de los blindados israelíes fracasó y tuvieron que dar media vuelta, aunque la capacidad de avance rápido ha sido tradicionalmente una de las virtudes de Tsahal. Ese primer fracaso fue interpretado como resultado de un intento prematuro. Los estados mayores estimaron que cuando los bombardeos aéreos hubieran limpiado el camino, las tropas terrestres no tendrían problemas para acabar con los restos de resistencia. Hezbollah era considerado como un grupúsculo terrorista que disponía de 250 ó 500 combatientes con armas sofisticadas. Las declaraciones de Hassan Nasrallah en las que afirmaba que el Partido de Dios contaba con varios miles de combatientes aguerridos y 15 000 reservistas fueron consideradas como fanfarronería. Grave error imputable únicamente a la autointoxicación. No hacía falta un servicio de inteligencia muy complicado para evaluar la situación, sobre todo sabiendo que desde hace años Hezbollah venía organizando visitas de la prensa a sus instalaciones como medida disuasiva. Sin embargo, la retórica de la «guerra contra el terrorismo», que ve en todo movimiento patriótico un grupúsculo de fanáticos, pasó por encima de una realidad que todos conocían.

Hezbollah es una red de resistencia creada durante la ocupación israelí (1982-2000). Perfectamente consciente de que la paz en la región será imposible hasta que no se solucione el problema del régimen político en vigor en Israel, Hezbollah dedicó los seis últimos años a prepararse para nuevas batallas. Conservó su estructura clandestina desarrollando al mismo tiempo un ala política y parlamentaria, proporcionó a sus miembros –hombres y mujeres– una disciplina combativa, acumuló un impresionante arsenal gracias a sus aliados sirios e iraníes, y quizás rusos.

Hezbollah analizó sus propios errores del periodo anterior y estudió los métodos de combate de los israelíes en Palestina y de Estados Unidos en Irak. Asimiló perfectamente las técnicas de guerrilla y las modernizó. Siguiendo las teorías elaboradas por los generales libaneses Amin Hutait y Elias Hanna, inventó una forma de guerrilla que maneja armamentos disímiles. De esta forma, enterró por adelantado viejos teléfonos de campaña cuyas comunicaciones, contrariamente a las digitales, no pueden ser interceptadas, mientras que, por otro lado, sus combatientes utilizan visores infrarrojos de visión nocturna de alta tecnología para mejorar la movilidad de sus comandos.

La guerra del Líbano no fue por tanto una guerra asimétrica entre un ejército moderno, bien armado, y una guerrilla de gente descalza. En esta batalla del Goliat israelí contra el David libanés, el débil no sólo tenía una honda sino también RPG-29 Vampire, los lanzacohetes más eficaces del mundo.

La técnica de la guerra relámpago en la que se basó la victoria alemana de 1939, encontró la horma de su zapato. Esa técnica estaba enteramente basada en los tanques. Con el tiempo, estos se han hecho cada vez más pesados para resistir proyectiles cada vez más potentes. Actualmente algunos están recubiertos de uranio empobrecido para reforzar el blindaje. Pero fueron presa fácil de los RPG rusos de Hezbollah. Habría incluso que preguntarse si la guerra del Líbano no va a convertirse en el fin de la época de los tanques, como la batalla de Azincourt fue el de los caballeros con armaduras. Por el momento, el ministerio de defensa israelí acaba de anunciar el cese de la producción del tanque Merkava, considerado hasta ahora entre los mejores del mundo.

Un trágico error de análisis

Pero, más allá de la estrategia, de la táctica y el armamento, la lección más importante de la guerra del Líbano, es el valor de las tropas. En los conflictos anteriores, Tsahal ponía en primera línea unidades profesionales y desplegaba en cuestión de días una nube de reservistas. Estos combatían duramente en defensa de la tierra ya obtenida y por la conquista de otras. Pero los tiempos cambian. Murieron los héroes de la Legión Judía y de la Hagannah. Sus nietos heredaron un régimen de apartheid y no luchan ya por una patria sino por sus privilegios. Su experiencia militar se limita a las redadas en los territorios palestinos. Así que no resistieron el enfrentamiento con la resistencia patriótica de un país independiente.

En realidad, esta no fue la guerra de Israel contra el Líbano sino la del sionista contra el ideal de igualdad. Es importante recordar aquí que el ejército israelí no se compone del pueblo israelí sino de aquellos israelíes de filiación judía que combaten contra los árabes, aunque esos árabes sean también israelíes. Con el paso de los años, este ejército se ha dedicado principalmente a mantener el orden, o más bien a mantener el apartheid. Los judíos israelíes antisionistas optaron primeramente por convertirse en objetores de conciencia y después por la insubordinación. Hoy por hoy, depositan sus esperanzas en Hezbollah e hicieron llegar a la Resistencia Libanesa toda la documentación interna de Tsahal, que fue rápidamente traducida al árabe y distribuida a la guerrilla. Los guerrilleros disponían así de descripciones precisas de las unidades contra las que combatían. Informados en detalle sobre la jerarquía y las insignias de los oficiales al mando, los tomaban como blanco antes de desaparecer.

Esa calidad de la información de inteligencia de la Resistencia, contrastante con la autointoxicación de la inteligencia militar sionista, explica en parte el resultado en el campo de batalla. Quedará en el recuerdo la ciudad de Ait Acha, en la frontera libanesa con Israel, donde un centenar de combatientes resistió durante 34 días los asaltos de Tsahal sin ceder nunca.

Hassan Nasrallah: ¿Combinación de Ho Chi Min y Mandela?

Los gobiernos de Israel y Estados Unidos siguen presentando el conflicto como una etapa de la «guerra contra el terrorismo», aunque el carácter popular de la resistencia y la derrota de Tsahal contradicen ese análisis. Por su parte, Hezbollah presenta esos combates como una batalla de la guerra entre la ideología sionista y la lucha por la igualdad. Ese análisis es el que acaba de imponerse en el terreno cambiando radicalmente la situación en el Medio Oriente, lo que provoca la cólera de los generales más extremistas en el estado mayor de Tsahal.

Si bien es imposible cuantificar el número de oficiales antisionistas israelíes que están secretamente en contacto con Hezbollah, resulta por el contrario muy fácil evaluar la manera como los israelíes ven a la Resistencia. Estudios de opinión muestran que las transmisiones diarias en hebreo de Al-Manar fueron más escuchadas por los israelíes que los boletines informativos de sus propias cadenas de televisión [1]. Esos estudios revelan además que los israelíes tienen dos veces más confianza en Hassan Nasrallah que en Ehud Olmert en lo tocante a la solución de la crisis. Lejos de haber sido erradicado por Tsahal, Hezbollah se ha convertido en un actor político invisible en Israel, donde representa el fin del apartheid y el establecimiento de una paz duradera para todos sus pobladores sin exclusión alguna.

La derrota israelí

La ofensiva israelí en el Líbano responde a una conjunción de intereses. Para los neoconservadores en el poder en Estados Unidos, que son en este caso quienes dieron la orden, se trata estratégicamente de proseguir el plan de modificación de las fronteras del Gran Medio Oriente, y tácticamente de eliminar al Hezbollah antes de atacar Siria y más tarde Irán [2].

1. Para el régimen sionista en el poder en Israel, se trata estratégicamente de expulsar a los pobladores del sur del Líbano, anexar esa zona y su manto freático, crear allí un bantustán para los árabes de Cisjordania –incluyendo a los de Gaza– y, tácticamente, de eliminar al Hezbollah como fuerza opositora al gobierno de Siniora. 

2. Para el sistema financiero, representado en el Líbano por la familia Hariri, la destrucción permite reeditar la amplia operación de reconstrucción del país que lo enriqueció durante los años 90.

Pero las fronteras del Líbano no fueron modificadas, los pobladores del sur del Líbano volvieron a las tierras de las que fueron expulsados, Hezbollah se convirtió en la primera fuerza política y militar del Líbano y se transforma así en un actor fundamental de la vida política interna en Israel, los libaneses rehicieron su unidad, Siria recuperó su liderazgo regional e Irán se fortaleció con la victoria de su aliado libanés. En cuanto a los objetivos financieros, lejos de ser capaz de mantenerse en el poder en Beirut, la familia Hariri corre el riesgo de perder las inmensas propiedades que adquirió ilegalmente durante la primera reconstrucción [3].

Desde todo punto de vista, la ofensiva militar acabó en derrota.

Notas:

[1] Ver específicamente The Management of Israeli PR during the Second Lebanon War por el profesor Udi Lebel, Ben Gurion University.

[2] «Los neoconservadores y la política del «caos constructor»», por Thierry Meyssan, Voltaire, 25 de julio de 2006.

[3] Le Pays d’où je viens por Henri Eddé (Buchet-Chastel, 1997); Les Mains noires por Najah Wakim (All prints publishers and distributors, 1998); Rafic Hariri, un homme d’affaires Premier ministre por René Naba (L’Harmattan, 1999).