“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

18/6/16

Francia es el centro de la crisis europea

Rafael Poch
El ambiente en París, ciudad en la que palpita el corazón de Francia, se está haciendo más rebelde. Desde que el 19 de febrero se colgara en la red la llamada contra la ley laboral que fue inmediatamente firmada por más de un millón de personas, se han sucedido nueve jornadas de protesta y huelga sindical, y multitud de manifestaciones. En ese caldo nació la ocupación de las plazas, el 31 de marzo, y se alzaron los estudiantes. Desde entonces cada día ocurre algo, algún desafío, alguna protesta. Qué lejos queda el ambiente del pasado otoño, cuando era el Frente Nacional quien determinaba los temas del debate público y las políticas xenófobas, identitarias y de seguridad ante el terrorismo. Hoy es lo social lo que prima. Y como telón de fondo, cada vez más presente, el descrédito de la Unión Europea.

El epicentro del problema no es el Brexit. Una eventual salida del Reino Unido de la UE es económicamente irrelevante (hay mucha exageración ahí), pero políticamente debilitaría la influencia de Estados Unidos, del que el Reino Unido ha sido el más solicito servidor, en el continente. Solo por eso harán cualquier cosa por evitarla, pero el verdadero problema está en Francia. Fue Francia, no Inglaterra, la fundadora de lo que se está desmoronando desde 2007. Y es aquí donde se decidirá la verdadera partida.

16/6/16

Friedrich Hölderlin y el asalto de los cielos

Friedrich Holderlin
✆ Fabrizio Cassetta
Helena Cortés Gabaudan
No hace mucho que el conocido líder de uno de los partidos políticos surgidos recientemente en España usaba como eslogan de éxito la metáfora ‘asaltar el cielo’, haciéndola sinónima de un acto de rebeldía consistente en tomar por la fuerza, sin aguardar ‘consenso’, ese lugar donde normalmente sólo pueden habitar los dioses y que los mortales contemplan cohibidos desde abajo, consumando de esa guisa una suerte de revolución o inversión. Esta expresión tan de moda en la reciente actualidad española[1] era ya de uso bien conocido en Alemania desde hace tiempo, habiendo pasado por bocas y plumas germánicas tan célebres como la de Carlos Marx –hablando en una carta a Ludwig Kugelmann del ejemplo dado por los insurrectos parisinos de La Comuna– como también de Hitler, quien hacía gala con ella de la eficacia de su sexto ejército de élite, con el que –según él– podría “asaltar el cielo”. A su vez, este giro tenía ya antecedentes en el ámbito romántico-alemán, cuyos pensadores no hacían sino utilizar una metáfora procedente del mundo griego basada en el célebre mito de los gigantes hijos de Poseidón que trataron de saltar el Olimpo para derrocar a los dioses.

Pues bien, aprovechando la fortuna mediática de que goza en estos momentos dicha frase, vamos a pararnos a analizar aquí –al margen de cualquier conexión con la actualidad política– cuál era realmente el sentido y alcance de la misma cuando fue usada y acuñada con fortuna por el poeta alemán Friedrich Hölderlin en las postrimerías del siglo XVIII. El alcance de dicha expresión en su obra no es para nada baladí, ya que también el contexto en que usa Hölderlin la frase es netamente político y ayuda a esclarecer cuál fue su idea respecto a los métodos y posibilidades de implantación de la democracia en su contexto histórico particular.

11/6/16

La relación locura-literatura según Michel Foucault

Patricia Zamudio

En el presente trabajo  trataremos de abordar la relación entre locura y literatura que ha establecido Michel Foucault, necesitando para ello hacer una revisión de su pensamiento, por ello, en la primera parte se hace un breve recorrido por las ideas más sobresalientes al respecto. La segunda parte presenta una exposición del texto “La locura, la ausencia de obra”, para finalmente recoger en la última parte las conclusiones del trabajo.

Foucault (1926-1984)  se ha configurado como un pensador de suma importancia no solamente en el ámbito filosófico, también es un referente en otros campos del conocimiento: psicología, historia, política, por mencionar algunos. De sus datos biográficos Minello Martini (1999) menciona que nació en el seno de una familia burguesa en Francia en el año de 1926. Entre los movimientos socio-políticos entre los que se desenvuelve su vida se encuentran: la coalición de partidos políticos de izquierda, la Guerra Civil Española, los conflictos de su país con Alemania por los territorios fronterizos de Alsacia y Lorena, así como la Segunda Guerra Mundial. También hace notar que predominan en el ambiente filosófico en los años que van del 45 al 60  las fenomenologías y el hegelianismo y a partir del 60 hay un predominio del estructuralismo, además permeaba en el ambiente el legado de Kant, así como el de Descartes.

9/6/16

Jackson Pollock: una crítica de su éxito

Jackson Pollock  ✆ Nº 1, 1950
Jonathan Goodman

Seguimos rezando periódicamente a Jackson Pollock, no solo porque es un gran artista profundamente estadounidense, sino porque su mitología fluctúa en un mercado que solo podemos calificar de saturado para su arte. Hubo una época en que Pollock y sus demás colegas –Gorky y De Kooning– eran terriblemente pobres, pero su tenacidad y creatividad se tradujeron en enormes cantidades de dinero contante y sonante. Aún hoy existen artistas que quieren hacer carrera manteniendo estilos que hacen referencia activa a un movimiento que tuvo su momento de esplendor… ¡a mediados del siglo pasado! Después de todo el tiempo que ha pasado, los neoyorquinos siguen empeñados en la relevancia del arte expresionista, creado en su mayor parte sin un sujeto reconocible. Parece como si el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) organizara una exposición de Pollock cada dos años, más o menos. Tal vez esto sea una exageración, pero lo cierto es que no somos capaces de dejar que el tipo se disuelva pacíficamente en la historia del arte. Esto guarda relación con un determinado momento de Estados Unidos: el breve periodo inmediatamente posterior a la Segunda Guerra Mundial, cuando habíamos salvado al mundo del fascismo y nuestras ocultas tácticas imperialistas no habían salido a la luz.

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Es importante situar a Pollock en su contexto, sin el cual podríamos sucumbir al mito de su incuestionada grandeza. Sus depresiones, su debilidad por las mujeres y su alcoholismo construyeron una fama que le precedía y rodeaba como persona, pero que no explicaba necesariamente el éxito de su creatividad. Pollock, más o menos un chico malo –recordemos al pintor orinando en la chimenea de la famosa coleccionista Peggy Guggenheim en Nueva York–, superó con bastante tenacidad sus vulnerabilidades y cambios de humor para producir, durante poco menos de diez años, un conjunto de obras que siguen siendo sobresalientes, luminosamente inspiradas, y que conservan una frescura técnica y estilística.

6/6/16

La conspiración de los robots

Paula Bach
Las páginas de la prensa en general y la británica en particular están desde hace un tiempo plagadas de información sobre las habilidades de los robots, los vehículos “driverless” y la “inteligencia artificial”. Autos sin conductor diseñados por Google,barcos autónomos ideados por el Pentágono, humanoides que podrían operarcon escasa colaboración de médicos de carne y hueso, robots pensados por Airbus para trabajar junto a humanos en la línea de montaje o la plataforma de inteligencia artificial Amelia que, según dicen, maneja treinta idiomas y puede aprender a interactuar con humanos.

Pero la información -que se ocupa de destacar particularmente imágenes humanoides- no viene sola ni es gratis. Su correlato lo constituyen insistentes preguntas aviesas del tipo: “Robots: ¿amigos o enemigos del hombre?”, “¿más o menos eficaces que los humanos?” “¿los robots son buenos o malos para la humanidad? o, más directamente, afirmaciones tales como: “millones de trabajadores perderán sus empleos”.