Luchadores sin
brújula
Especial para La Página |
La izquierda
partidaria mantiene la implantación que recuperó a partir del 2001 en los
movimientos sociales, las universidades y los sindicatos. La tónica política de
este sector tiene gran proximidad con el trotskismo tradicional de las
corrientes agrupadas en el FIT (PO, PTS, IS), en Proyecto Sur (MST) o en
espacios propios (MAS). El viejo maoísmo (PCR) no exhibe una fisonomía
diferenciada de la centroizquierda opositora y las dos vertientes comunistas
(PC-CE y PC) se sumaron al kirchnerismo.
Las visiones trotskistas denuncian el carácter capitalista
del gobierno. Pero como todas las administraciones nacionales precedentes y del
grueso del planeta comparten ese perfil, esa constatación no esclarece las
singularidades del kirchnerismo. Los conceptos de izquierda, centro y derecha o
las comparaciones con Piñera, Rouseff y Chávez no son tampoco utilizados para
esa clarificación. Se las considera nociones prescindibles o encubridoras de la
opresión burguesa que caracteriza a todos los gobiernos.
Por el contrario el término bonapartismo ha sido muy
rescatado, para retratar cómo Cristina intenta colocarse por encima de las
clases, manejando arbitrajes desde la cúspide del estado (26). En cierta medida
esa mirada se asemeja a la caracterización de un régimen populista. Pero el
primer concepto resalta más el estilo de gestión centrado en el protagonismo
del líder y el segundo la gravitación de elementos para-institucionales, dentro
de un sistema constitucional.
El bonapartismo era un concepto muy utilizado en el pasado
para describir cierto manejo militar del estado, en situaciones de continuada
catástrofe económica, empate social o disgregación política. Estos contextos
–que desbordaban el marco clásico de gestión de la democracia burguesa- están
ausentes de la actualidad argentina, luego de la marginación del ejército de la
vida política. Una noción que permitía entender los contextos
extra-parlamentarios perdió gravitación en el escenario constitucional.
Pero el principal problema radica en el sentido asignado al
bonapartismo kirchnerista. Para la derecha implica caudillismo, manipulación
asistencial de los votantes y otorgamiento de dádivas a las multitudes incultas
(26). ¿Para la izquierda partidaria tiene otro significado?
Tradicionalmente se establecía una categórica distinción
entre variantes progresistas y regresivas del arbitraje bonapartista. Los
líderes que introducían reformas sociales en choque en el imperialismo (Perón,
Cárdenas, Vargas) eran ubicados en el polo opuesto de los dictadores que emulaban
a Luis Bonaparte. ¿En cuál de los campos se ubicaría al kirchnerismo?
Al hablar de bonapartismo a secas, los utilizadores del
concepto no aclaran si esa modalidad es actualmente utilizada para promover
políticas nacionalistas, reformistas, contrarrevolucionarias o conservadoras.
Esta indefinición le quita utilidad al término.
Frecuentemente se sugiere que el bonapartismo de Cristina es
decadente y se desenvuelve como una caricatura de Perón. Esta visión supone el
inminente agotamiento del ciclo K, ante la “situación terminal” de un gobierno
acosado por los efectos de la crisis mundial. (27)
Pero ese diagnóstico ha sido tantas veces repetido como
desmentido en la última década. Su reiteración tiene poca credibilidad en el
clima de presagios apocalípticos que difunde Carrió. Lo más desubicado es
presentar al kirchnerismo como un “gobierno del ajuste” semejante a Menem o De
la Rúa, cuando el dato dominante de la última década ha sido la recuperación
limitada de conquistas perdidas.
La incapacidad para distinguir situaciones impide comprender
los datos básicos de la realidad y en el mejor de los casos induce a
caracterizaciones elusivas. No se reconocen los logros obtenidos y tampoco se
los niega. Simplemente se navega en la ambivalencia de interminables denuncias.
El desconocimiento del carácter centroizquierdista del
kirchernismo condujo en algunos casos (MST) a marchar junto a la Sociedad Rural
y los caceroleros. Pero el grueso de la izquierda partidaria optó por la
neutralidad en los conflictos que enfrentaron al gobierno con la derecha.
Interpretó los choques por la 125 o la ley de medios como pugnas
inter-burguesas, como si el aumento de las retenciones o la desinversión de
Clarín fueran acontecimientos ajenos al interés popular. Al ubicar al kirchnerismo
en el mismo campo que la reacción desecharon estrategias para superar al
oficialismo por la izquierda.
Esta equivocación pareció amainar frente a la estatización
de las AFJP que la izquierda aprobó en forma crítica. Cuando reapareció una
situación semejante con la expropiación de YPF volvió a predominar el criterio
de neutralidad. Para objetar la progresividad de esta medida, las
interpretaciones más extremas construyeron un mundo al revés: denunciaron
reprivatizaciones donde hubo nacionalizaciones y vaciamientos donde se registró
una recuperación. (28)
Es la miopía que no tuvo Trotsky en México ante un proceso
semejante bajo el gobierno de Cárdenas. Lo ocurrido es muy revelador de la
actitud que asumirían en el Parlamento los eventuales diputados del FIT.
Esta misma conducta tiene consecuencias más negativas en
temas de mayor exposición como la ley de medios. Algunos dirigentes (del PO)
formalmente se oponen por igual a Clarín y al gobierno, postulando el tipo de
prensa que surgiría en una sociedad pos-capitalista. Pero en los hechos
celebraron con Gelburg y defendieron las provocaciones de Lanata en Venezuela,
con la misma muletilla (“violación a la libertad de prensa”) que utiliza todo
el espectro pro-imperialista.
¿Suponen que su batalla por un gobierno de trabajadores no
incluiría una oposición frontal a las campañas de la SIP, la CIA o los emporios
mediáticos? Resulta difícil conocer su opinión real sobre el tema, puesto que
desenvuelven un doble parámetro de posturas amigables hacia el establishment
televisivo junto a furibundas convocatorias a la dictadura del proletariado en
la prensa militante. (29)
El sectarismo tradicional de la izquierda partidaria
persiste luego de la formación del FIT. Se afianzó un bloque cerrado, que no
busca mejorar los ensayos de construcción ampliada de alianzas anteriores (como
Izquierda Unida o el Frente del Pueblo).
Esta dificultad para salir del propio círculo es más visible
frente a los acontecimientos internacionales. El apoyo a la insignificante
candidatura de Chirino en la elección venezolana fue un papelón registrado por
toda la militancia, que sigue atentamente el proceso bolivariano.
Otro ejemplo del mismo encierro ha sido el dogmático rechazo
de la coalición griega SYRIZA, que tiene la posibilidad de introducir un giro
radical en el escenario europeo. La vieja izquierda es combativa y gana
adhesiones por su coraje. Pero es totalmente incapaz de traducir esa simpatía
en una construcción real.
Esperanzas,
posibilidades y sorpresas
La izquierda independiente (o nueva izquierda) reúne
agrupaciones surgidas al calor del 2001. Conforma un espacio de organizaciones
(Santillán, Mella, Juventud Rebelde, Socialismo Libertario), intelectuales
(Cultura Compañera), coordinadoras (COMPA) e iniciativas de unificación (La
Marea). Estas convergencias constituyen la principal novedad del último
período.
Las distintas formaciones comparten caracterizaciones
compatibles con nuestra mirada del kirchnerismo. Cuestionan la reconstrucción
del estado burgués que se consumó aislando piqueteros, debilitando asambleas y
hostilizando luchas sociales independientes del oficialismo. La nueva izquierda
no equipara al gobierno con sus adversarios derechistas. Retoma la
diferenciación establecida por el pronunciamiento “otro camino para superar la
crisis” durante el conflicto con los agro-sojeros. (30)
Se han desarrollado posicionamientos convergentes de sostén
crítico a la expropiación de YPF, de oposición al 8 N y acompañamiento del 20
N. El rechazo a los cacerolazos se expone con la misma contundencia que los
cuestionamientos a la impronta conservadora de Binner. También se ha exigido la
aplicación de la ley de Medios, especialmente contra el retaceo oficial de
licencias a las experiencias comunicacionales alternativas. (31)
La nueva izquierda emerge como reacción al sectarismo.
Propone otro tipo de prácticas militantes y explicita su apoyo a la revolución
cubana y el proceso bolivariano. Subraya, además, la continuada gravitación de
las demandas nacionales y antiimperialistas, en la batalla por el socialismo
del nuevo siglo.
Pero un gran problema de la izquierda independiente ha sido
la persistente gravitación del anti-electoralismo autonomista. Esta influencia
limitó la proyección del espacio y el trabajo político en gran escala. No se
comprendió cuán importante es la participación actual en los ámbitos
institucionales.
Las confrontaciones electorales han sido un campo central de
disputa en todos los países sudamericanos. Eludir esta intervención equivale a
auto-condenarse a la marginalidad. Este error tiende a quedar superado, pero
resulta indispensable sintonizar con el acelerado ritmo de la vida política
argentina.
Ninguna estrategia de la izquierda logró hasta ahora torcer
el liderazgo del peronismo y de sus herederos sobre la clase trabajadora. Esta
frustración comenzó con el suicidio político cometido por los socialistas y
comunistas que apoyaron a la Unión Democrática contra el primer justicialismo.
Durante la resistencia de los años 60 hubo convergencias que no maduraron y el
clasismo no pudo lidiar posteriormente con las expectativas creadas por el
retorno de Perón.
Esta vieja pulseada ha reaparecido con nuevas oportunidades
para la izquierda, dado el carácter incierto del futuro kirchnerista. En
Argentina predomina un contexto político intermedio. La demanda para “que se
vayan todos” no se tradujo en el cambio de régimen consumado en Venezuela,
Ecuador o Bolivia. Pero tampoco se restauró el viejo peronismo, siguiendo el
molde del PRI mexicano.
Resulta imperioso avanzar en la caracterización del
kirchnerismo. Ya no alcanzan las descripciones, las consignas o las definiciones
escuetas. Las redes intelectuales que emergen a partir de cierta afinidad
política (Carta Abierta, Plataforma, Argumentos) buscan comprender el
significado del ciclo K. En la izquierda independiente ya existen también
revistas, foros y promisorias producciones para explicar este proceso. (32)
Argentina procesa una impactante mutación generacional en un
marco de gran politización, democratización y conciencia latinoamericana. La
juventud reingresa a la militancia, compartiendo experiencias, sensibilidades y
anhelos. Hay un escenario muy distinto al período de ilusiones
constitucionalistas (Alfonsín), desengaños (Menemismo) y angustias colectivas
(Alianza). En el país de las sorpresas el 2013 augura nuevos virajes.
Claudio Katz es economista, Investigador, Profesor. Miembro
del EDI (Economistas de Izquierda).
Vea también en ‘La Página de Omar Montilla’:
Notas
26) Rosso Fernando, “Cristinismo, restauración y
bonapartismo”, elviolentooficio.blogspot.com 2012
27) Así lo define: Sebrelli Juan José, “El populismo rechaza
la democracia,” La Nación, 4-11-2012
28) Altamira Jorge “Otro voto no positivo”,
CorrientesNoticias.com.ar, 2-7-09, “Viva el XXI Congreso del Partido Obrero”,
po.org.ar/po1229/2012/, 5-7-2012
29) Altamira Jorge, “Después de una década de vaciamiento
petrolero, los vaciadores anuncian un nuevo vaciamiento” Prensa Obrera
26-4-2012.
30) Ver la crítica de Boron Atilio, “Chávez o Lanata:
respuesta a mis críticos” www.atilioboron.com.ar, 17-10-2012.
31) “Otro camino para superar la
crisis”ww.anred.org/spip.php?article2602 29-6-2008.
32) Un compendio en “Ideas, arte y comunicación para una
nueva izquierda”, Cultura,Compañerawww.editorialelcolectivo.org/ed/index.php?option,
11-5-2012
33) Algunos ejemplos de revistas (Herramienta, Batalla de
Ideas) y una lista muy incompleta de autores incluye Atilio Boron, Eduardo
Lucita, Aldo Romero, Jorge Marchini, Jorge Sanmartino,
34) Guillermo Almeyra, Martín Ogando, José Seoane, Pablo
Solana, Mabel Twaites Rey, Hernan Ouviña, Martin Azcurra, Miguel Mazzeo, Daniel
De Sanctis, Adrián Piva, Iati Hagman. Una interesante síntesis de opiniones en
el Dossier “Y la izquierda Qué”, Revista Sudestada, Buenos Aires, diciembre
2012.
Lecturas adicionales
-Almeyra Guillermo, “De los piqueteros al kirchnerismo”
www.cubaencuentro.com, 6-10-2011.
-Argumedo Alcira, "Estalló una serie de malas políticas
delkirchnerismo". www.radiolared.multimediosamerica.com.ar/, 26-11-2012.
-Azcurra Martin, La izquierda ante el desafío electoral
www.revistasudestada.com, julio 2011.
-Bonasso Miguel, “Este modelo va contra nuestros pueblos”
www.comambiental.com.ar,15-1-2012.
-Boron Atilio, “Cristina Recargada”, www.atilioboron.com.ar/
20-8-11
-Brienza Hernán, “La etapa superior del kirchnerismo”,
amingaenmovimiento.wordpress.com/,16-3-2011.
-Campione Daniel. “2001-2011: una década interesante”
www.argenpress.info, 21-12-2011.
-Casas Aldo Andrés, Hacia la construcción de nuevas
herramientas políticas de la izquierda, 2012
-Castillo Christian “El gobierno va a chocar contra su
propia base social” www.aimdigital.com.ar/, 13-10-2011
-Castillo José, “Sobre el nuevo documento del EDI”
asambleadeintelectualesfit.wordpress, 26-4-2012.
-De Sanctis, Daniel, Y la izquierda Qué”, Revista Sudestada,
Buenos Aires, diciembre 2012.
-Foster Ricardo, “La anomalía kirchnerista”
www.revista2010.com.ar/
-Galasso Norberto, “Peronismo y Kirchnerismo”
www.movimientodorrego.com, 27-5-2012
-Gambina Julio, “Los movimientos sociales. Algunas
reflexiones sobre el movimiento popular argentino”,
fisyp.codigosur.net/author08/07/2009.
-García Sergio, “Plataforma 2012: Una iniciativa positiva y
necesaria”, Alternativa Socialista, 2-2-2012.
-Gargarella Roberto “Las dictaduras nos han malacostumbrado”
www.politicargentina.com, 7-2-2012
-Gonzalez Horacio, “Néstor Kirchner, la política”, Pagina12,
28-10-2011
-Grunner Eduardo, “Balance del 2012”,
artemuros.wordpress.com/2012, 28-12- 2012.
-Katz Claudio “Certezas e incógnitas de la política
argentina”, Herramienta web 7, diciembre 2010,, www.herramienta.com.ar
-Lucita Eduardo, “Diez años de kirchnerismo”
www.elecodelospasos.net/, 7-12-2012.
-Mazzeo Miguel, “Y la izquierda Qué”, Revista Sudestada,
Buenos Aires, diciembre 2012.
-Natanson José “El riesgo de La Cámpora es terminar como la
Coordinadora”, Miradas al Sur sur.infonews.com, 13-10-2012.
-Novaro Marcos "Los Kirchner destruyeron su propia
herencia”, La Nación, 1-7-2009.
-Ogando Martín, "Nueva izquierda y disputa
institucional”, Batalla de Ideas 2, noviembre 2011.
-Palermo Vicente, “Una sofisticada legitimación para
democracias polémicas”, La Nación, 28-11-2012
-Piva Adrián, “¿Cuánto hay de nuevo y cuánto de populismo?
Kirchnerismo y populismo en la Argentina post-2001”.
-Sáenz Roberto, “La gran herencia del Argentinazo es la
recomposición obrera”, Socialismo o Barbarie n 216, 23-12-2011.
-Sanmartino Orovitz Jorge, “Kirchnerismo y quiasmo: A
propósito del debate de los intelectuales”, www.argenpress.info/2012, 3-2-2012
-Svampa Maristella, “La brecha urbana en tiempos de
kirchnerismo”, maristellasvampa.net/blog, 3-9-2012 www.pensamientodelsur,
diciembre 2012.