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La primera fase técnica de la globalización neoliberal fue
el comienzo de la Primera Guerra Mundial. Poco antes (1913) las elites
financieras anglo-americanas habían creado la Reserva Federal,
que sería la fuente de recursos financieros que hizo de Estados Unidos el acreedor de todos los beligerantes al final de esa terrible e innecesaria guerra. La primera post-guerra desplazó el centro de gravedad financiero de la City de Londres a Wall Street de New York. Fue un cambio geográfico, porque los grupos financieros anglo-sajones ya estaban ligados.
que sería la fuente de recursos financieros que hizo de Estados Unidos el acreedor de todos los beligerantes al final de esa terrible e innecesaria guerra. La primera post-guerra desplazó el centro de gravedad financiero de la City de Londres a Wall Street de New York. Fue un cambio geográfico, porque los grupos financieros anglo-sajones ya estaban ligados.
La crisis que comenzó en 1929 y que duró hasta la Segunda
Guerra Mundial fue la primera prueba de los efectos de unas finanzas
globalizadas con mercados abiertos. Como ahora, unos pocos se hicieron más
ricos y muchos se arruinaron. En 1941, la política de mercados abiertos se fijó
en la Carta Atlántica de 1941, la declaración conjunta anglo-americana sobre
las políticas económicas internacionales para después de la guerra; debemos
señalar que fue hecha antes de que EE UU fuese beligerante.
La victoria aliada trajo el pago eterno de las deudas de
guerra, el plan Marshall, el Banco Mundial, el FMI y el dólar como moneda de
referencia; todo eso entregó a los bancos de Wall Street la mitad de la
economía mundial. Con la industria euro-asiática destruida, EE UU quedó como la
única potencia industrial y también exportadora de materias primas. EE UU ayudó
la recuperación, pero a cambio de apertura a sus empresas, que cubrieron con
sucursales el mundo ajeno a la esfera soviética. La segunda fase hacia un mundo
anglo-americano replicaba en Eurasia el anterior Gran Juego británico; pero en
1948 perdieron China, el premio ganado con la guerras del opio (1839 -1860).
En Eurasia hay dos grandes potencias: Rusia y China. La
India pudiera serlo, pero es una obra británica, hecha con partes dispares que
dificultan la toma de decisiones. Eurasia tiene los recursos humanos y físicos
para ser el eje de la economía y la política internacional; el papel que, separados,
ejercieron por milenios su extremo europeo y su extremo chino. Eso es justo lo
que la política exterior angloamericana trata de impedir. Es la razón para la
ocupación financiera y militar de Europa y erosionar su cultura; la razón para
promover gobiernos corruptos y fomentar guerras y revueltas civiles que impidan
la proyección euroasiática.
El Gran Juego sigue. Una parte esencial es impedir la
proyección marítima de China en el Mar de China y de Rusia hacia el Mar
Mediterráneo. Otro factor en esa estrategia es el control de la energía y el
modo más económico es controlar su transporte. Estos elementos muestran la
importancia de Ucrania como corredor del gas ruso hacia Europa y hacia la
Crimea, la base de la flota rusa del Mar Negro. De allí el golpe de Estado euro
americano en Kiev.
Ucrania y su papel
energético
Europa depende de Rusia en cerca del 40% del gas que importa
y la mayoría es transportado a través de Ucrania. Ese gas es transportado por
gasoductos que pertenecen a Gazprom pero eso pudiera cambiar. Chevron firmó, en
noviembre 2013, un contrato, con el gobierno ucraniano de Yanukovich, para
explorar 650 mil hectáreas en busca de gas. Unos meses antes el mismo gobierno
había firmado otro menos importante con Royal Dutch Shell.
El acuerdo de Chevron fue apoyado por Washington para
reducir el comercio energético y la complementación económica de Europa con
Rusia. El área asignada a Chevron incluye el Oleska Block, donde hay roca de
pizarra con potencial en gas de esquisto. El problema es que el método para su
obtención, llamado fracking hidráulico, es altamente contaminante y ha sido
prohibido ya por algunos países europeos donde se usó, como en Rumania y
Lituania.
Es probable que haya alguna coordinación entre el
Departamento de Estado y Chevron para el golpe de Estado en Kiev, porque fue en
un encuentro patrocinado por Chevron donde Victoria Nuland, Subsecretaria de
Estado norteamericana para Europa del este anunció que el gobierno
norteamericano había invertido 5 mil millones en prepararlo (promover la
democracia en Ucrania, dijo ella). Se puede especular sobre si una razón del
golpe de Estado sea la de nacionalizar los oleoductos de Gazprom, para darlos
luego en administración a Chevron. De ese modo la venta de gas ruso y el
aprovisionamiento europeo quedarían en manos de una empresa norteamericana muy
vinculada con la política exterior de Washington.
El golpe de Estado mira evidentemente a penetrar Ucrania con
intereses angloamericanos más que con intereses de la UE, porque Europa no es
soberana; es regida por gobiernos títeres que obedecen órdenes de New York y
Londres; está bajo ocupación militar y financiera. Lo demuestra que Bruselas
hable de aplicar sanciones a Rusia, cuando a la industria y la población
europea eso no conviene. El pretexto es castigar a Rusia por aceptar la
solicitud de Crimea de integrarse a la Federación Rusa. Esa solicitud refleja
el deseo de la población de Crimea y ya fue hecha en 1994, cuando la
independencia ucraniana, pero que no fue acogida, sin duda por la influencia
angloamericana en el triste gobierno de Boris Yeltsin.
Las sanciones por
Crimea
Rusia no bombardeó 78 días para que la Crimea se separara de
Ucrania, como la OTAN hizo en Serbia, para arrancar a Kosovo. La Crimea, de
población rusa mayoritaria, se desprendió de Ucrania sola, impulsada por los
atropellos contra la población de lengua y la cultura rusa cometidos enseguida
por el gobierno ilegítimo puesto por los angloamericanos en Kiev. La Crimea usó
el derecho a la autodeterminación, un derecho inapelable reconocido por las
leyes internacionales. Ese resultado imprevisto del golpe de estado en Kiev
inspira chistes sobre los US$5 millardos invertidos por Washington en el
golpe…para que la Crimea regrese a Rusia.
La frustración por el fracaso en sacar a Rusia del Mar Negro
y el temor de que el “gobierno provisional” en Kiev resulte muy provisional, ha
causado un berrinche más en la Casa Blanca, que quiere castigar a la madre
Rusia porque Crimea volvió a su regazo. Washington dice que se trata de proteger
intereses vitales suyos, que, como siempre, están ubicados en otro país.
Las sanciones no temen el ridículo y, hasta ahora, son como
sigue:
Primero, se interrumpe la colaboración militar con Rusia, aún cuando es la OTAN quien necesita a Rusia para llevar sin riesgo pertrechos militares a Afganistán;
Segundo, se excluye a Rusia del G-8; eso si tiene lógica porque la próspera Rusia no debe estar en un club de países arruinados; como la próxima reunión hubiera sido en Sochi y esa exclusión le ahorra a Rusia los esfuerzos y gastos de ser el anfitrión;
Tercero, se prohibió a un grupo de funcionarios rusos viajar a EE UU, sin saber si querrían ir; también se congelaron sus cuentas en EE UU, sin saber si las tienen. La UE hizo también su lista. Las sanciones estimulan el ahorro dentro de Rusia y el regreso de capitales. De paso, dio pretexto a Rusia para prohibir el ingreso a los agentes subversivos de la National Endowment for Democracy (NED), como el senador John Mc Cain.
Se habla oscuramente de imponer sanciones económicas y eso es imposible para la
UE. Las de EE UU serían irrelevantes por el monto y la composición. El gráfico
es elocuente.
El comercio entre Rusia y la UE en 2012 fue de 276,5
millardos. Las exportaciones rusas fueron principalmente de gas y petróleo, por
76 billones. Sin ellas la UE se paraliza; las otras exportaciones importantes
son cereales. Las importaciones rusas son maquinaria y transporte, por 50
millardos, químicos y farmacéuticos, todos productos de alto valor agregado.
EE UU también sufriría con las sanciones, porque Rusia es de
los pocos países con quien EE UU tiene un superávit comercial. En 2013 las
exportaciones rusas fueron por 112 millardos, principalmente gas y aluminio y
las importaciones fueron 167 millardos, todas de alto valor agregado, como
calderas y material nuclear o equipos ópticos.
La perspectiva futura
ucraniana
Desde el derrocamiento del último gobierno elegido
democráticamente por las turbas financiadas por la NED en Maidan. Ucrania no
conoce paz. En parte porque entre los cuatro partidos asociados para el golpe,
sólo Batkivshina – el de Yulia Timoshenko y “Yats” Yatseniouk, como lo llama
Ms. Nuland – tiene alguna base electoral. Los otros tres son pequeños o
recientes: Svovoda sacó 10 % en las últimas elecciones; UDAR que en ucraniano
significa golpe, lo fundó en 2010 un boxeador; Pravy Sector es una milicia de
choque, creada ad hoc en noviembre 2013. La visita de pleitesía que “Yats”
Yatseniouk rindió a Obama no lo hará popular entre sus socios nacionalistas,
los de tradición rusa o el ejército. Se sabe por encuestas que la mayoría
ucraniana esta contra ser miembros de la OTAN.
“Yats” también ordenó la entrega a la Reserva Federal, el 7
de marzo, de las 36 toneladas de oro de reservas ucranianas, como reconoció la
Reserva federal de New York. Cuento se sepa, es probable que cause violencia
política y reacciones en las fuerzas armadas ucranianas. Es un caso claro de
traición, porque cualquiera que sabe de finanzas - Yats es banquero – conoce
que la FED no devuelve el oro que se le confía; como con las 1500 TM de oro
alemán allí, que cuando Alemania pidió la entrega de 674 TM, solo se le
devolvieron 5TM.
La perspectiva futura
rusa
El golpe de estado euro-americano en Kiev ha llevado a una
previsible crisis con Rusia. La hipocresía de EE UU y de la UE no encubre que
el objetivo final del golpe era sacar la flota rusa del Mar Negro e instalar
bases de la OTAN en Ucrania. Rusia no puede permitir eso porque son intereses
vitales y tiene los medios para impedirlo. En Washington, ni el más loco de los
halcones habla de acción militar o dice que “todas las opciones están sobre la
mesa”.
Cuando se analiza las inversiones de Rusia en
infraestructura puede verse que su proyección es más hacia el espacio
euro-asiático que hacia Europa. Tiene una lógica absoluta, porque allí es donde
están los recursos a los cuales aplicar su ciencia y tecnología. Europa es solo
un mercado que se encoge a causa de políticas de austeridad impuestas por el
rescate con dinero público de bancos privados insolventes.
El principal instrumento de esa proyección hacia el este es
la Unión Económica Euroasiática, que nace de la Unión Aduanera entre Belarus,
Kazakhstan y Rusia. La idea viene germinando desde 1994, cuando la lanzó el
Presidente de Kazakhstan, Nursultan Nazarbayev. El acuerdo se firmó en
noviembre 2011, se creo una Comisión Económica Euroasiática que lo administra y
entrará a funcionar en 2015. Sus miembros fundadores son los mismos, pero se
prevé la adhesión de miembros del espacio histórico zarista, como Armenia,
Kirgiztan y Tajikistan, y aún de otros, como Siria, que ya manifestaron
interés. EE UU, en cambio, ya manifestó su hostilidad: la entonces Secretaria
de Estado, Hillary Clinton, dijo “estamos buscando medios efectivos para demorarlo
o impedirlo” (Associated Press 06/12/2012).
Sobre Ucrania, hubo hace pocos días una propuesta
conciliadora rusa que condujo a una reunión entre el Ministro de Relaciones
Exteriores ruso Sergey Lavrov y el Secretario de Estado norteamericano John Kerry,
en Paris, el 31 de marzo. En esencia se pedía dar amplia autonomía a las
regiones rusas en Ucrania, al estilo suizo o tal vez español. Terry exigió
concesiones inaceptables para discutirla, como el alejamiento de las tropas
rusas de sus bases fijas en la frontera ucraniana y la inclusión en las
conversaciones del ilegítimo gobierno transitorio ucraniano impuesto por
Washington en Kiev.
Conclusiones
La principal es que por primera vez, desde 1990, los EE UU
renuncian al uso o la amenaza de violencia para resolver una diferencia
internacional. Un indicio de que el excepcionalismo americano basado en el
“full espectrum dominance” encontró un límite político, económico y militar. La
opinión pública americana y mundial está harta de guerras, otra más colapsaría
la economía y con Rusia sería un mutuo suicidio militar.
La torpe retórica hipócrita ante el ejercicio en Crimea del
derecho a la autodeterminación están camino a deshacer el principal triunfo
diplomático obtenido por Henry Kissinger: el alejamiento entre la China y la
URSS. Las sanciones que se quiera aplicar serán siempre inocuas para Rusia y
perjudiciales para la UE, pero lo peor es que alejaran a Rusia, próspera y
llena de recursos, hacia Asia; hacia el fortalecimiento de sus lazos con China.
El mayor beneficio que pueden sacar Rusia y China – la
potencia energética y la potencia manufacturera - de su asociación es acabar de
modo incruento, pero eficaz, con la agresividad de la OTAN; basta ayudar al
colapso el dólar. No olvidemos que China es la patria de Sun Tzu, el estratega
de las victorias sin batalla.
El imprudente golpe de estado en Kiev y la torpe secuela
para legitimarlo va a provocar que el cacareado pivote hacia Asia no sea tanto
de EE UU como de Rusia. Eso fortalecerá a China y será pésimo para la economía
de la UE, pero tendrá el beneficio de colapsar económicamente a la OTAN, que no
es otra cosa que la institucionalización, en 1949, de la ocupación militar
anglosajona de Europa, desde 1945.
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Umberto Mazzei es doctor en
Ciencias Políticas de la Universidad de Florencia. Es Director del Instituto de
Relaciones Económicas Internacionales en Ginebra.
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