“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

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16/10/14

El dilema de Marcel Proust o el paseo de los sabios | Un ensayo sobre el paseo en la historia y la literatura universal

Marcel Proust
Richard Lindner
“En el curso de mi vida me he encontrado sólo con una o dos personas que comprendiesen el arte de caminar, esto es, de andar a pie” | H. D.Thoreau
“El viajero tiene su filosofía de andar, que siempre, todo lo que surge, es lo mejor que puede acontecer” | C. J. Cela
Marche ou crèveLema de  la Legión Extranjera 
Javier Mina
Cuando Henry David Thoreau escribe en 1861, un año antes de su muerte, el relato Caminar, no quiere, decididamente no quiere que el paseo se tome meramente como un ejercicio físico: “La caminata de la que yo hablo no tiene nada que ver con hacer ejercicio, como suele decirse –como si se tratara de un enfermo que toma su medicina a horas fijas, o alguien que levanta pesas–, sino que es la empresa y la aventura del día en sí. Si queréis hacer ejercicio, id en busca de los manantiales de la vida. Pensad en un hombre que levanta mancuernas para mantenerse sano, mientras en las lejanas praderas surgen a borbotones los manantiales sin que él vaya a buscarlos”.

12/1/13

Más que mil y una noches / Visitar al museo de Maurice Ravel para saber de Marcel Proust

Juan Forn

Durante décadas, el Museo Ravel en las afueras de París recibió más visitas de fanáticos de la literatura que de melómanos. Hacían los 30 kilómetros hasta Montfort l’Amaury para hablar con la casera del museo, porque esa mujer de vestido negro abotonado hasta el cuello, anteojos de abuela y pelo siempre recogido en severo y tirante rodete, era la persona que más sabía de Proust en el mundo: Celeste Albaret, la mucama, valet, ama de llaves, correo, confidente y ángel guardián del hombre que un día se encerró en su dormitorio (luego de tapizar de corcho las paredes y el techo, poner vidrios triples en las ventanas y cerrar para siempre las cortinas a la luz del día) para escribir en la cama, robándole a la muerte un día, y después otro, y otro, durante ocho largos años, las tres mil páginas de 'En busca del tiempo perdido'.

18/11/12

Recordando a Marcel Proust / ‘Sólo se ama lo que no se posee’

Marcel Proust
✆ Fernando Vicente
Tal día como hoy, 18 de noviembre de 1922, hace 90 años, falleció uno de los escritores más influyentes de la literatura occidental, el francés Marcel Proust. La efeméride nos convoca a hacer un repaso de esa monumental novela llamada ‘À la recherche du temps perdu’.

José Luis Cutello

“A veces estamos demasiado dispuestos a creer que el presente es el único estado posible de las cosas”, dice Marcel, el narrador de esa maravillosa novela río (o saga de novelas, si prefiere el lector) llamada “À la recherche du temps perdu”.

Pues bien, pocos escritores como el Marcel Proust de “En busca del tiempo perdido” lograron insertar tantos elementos personales sin caer en pastiches autobiográficos o ensayísticos. Las siete novelas retratan, a través de distintos personajes y situaciones, la infancia, la familia, los amigos, la vida de dandy y los comportamientos mundanos del narrador en los salones aristocráticos de París, aquella “capital del siglo XIX”, como la describiera el crítico Walter Benjamin. Casi todos los actores y los sucesivos nudos de la trama están desarrollados (apenas disimulados) a partir de personas y hechos reales que rozaron la vida de Marcel.