El acto terrorista en París Del pasado 7 de
enero, es un crimen contra el arte de la caricatura, del dibujo y la
imaginación satírica. Esa broma superior del humor gráfico quiere ser
silenciado con la muerte cruel, con el horror cobarde de un asesinato. Honor, respeto, admiración a los caídos en el
desempeño de su profesión de periodistas, que ejercieron la libertad de
criterio y creación hasta el riesgo vital máximo. No se dejaron intimidar por
las amenazas y atentados, por el enorme chantaje contra sus conciencias.
El gesto de estos periodistas artistas de
mantener vivo su semanario Charlie Hebdo
es un ejemplo a todos los periodistas y personas que ejercemos la libertad con desafío
y creación. El que el humor satírico, el ridículo gráfico sea considerado una
ofensa, muestra el grado de prejuicios, fanatismo y crueldad en que vivimos.