Especial para La Página |
Espartaco
nos convoca, pues nos obliga a discurrir sobre las luchas emancipadoras a través de la historia humana. Es claro que Espartaco no
fue ni el primero ni el último. Sin embargo, surge la cuestión acerca de ese
primer hombre, el primer Espartaco que concibió la libertad como horizonte
posible. Aquel anónimo y remoto primer Espartaco “imaginó” lo que no es, como
negación de un mundo que se le apareció como injusto. La cuestión fundamental
radica en ese paso sutil y radical, el acto poético de imaginar “dignidades”
propias de lo humano. Este acto creativo es un misterio y es la simiente de
todas las revoluciones, de todos los cambios posibles. En definitiva, por qué
la esclavitud se torna indigna para este primer Espartaco, en un mundo de
esclavos en que el sometimiento ha sido naturalizado por los poderosos, al
punto de que una mente brillante como Aristóteles no reparó en ella.