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Foto: Juan Manuel Santos & Nicolás Maduro |
Gustavo Márquez
Marín | Especial
para La Página | El encuentro entre los Presidentes de
Colombia y Venezuela tuvo como telón de fondo la derrota
política sufrida por el candidato perdedor,
en su intento fallido de horadar la legitimidad del Presidente Maduro en el ámbito
internacional, como parte de la estrategia desestabilizadora
que adelanta la ultraderecha venezolana con
el apoyo de Washington. Empero, los resultados de la auditoría, aplicada
rigurosamente por el CNE al 100 % de las mesas confirmando el triunfo del
chavismo, terminaron por derrumbar su acusación de fraude electoral.
A pesar de contar con el apoyo de la diplomacia gringa, como
era de esperarse, solo lograron que el Presidente Santos lo
recibiera, porque el de Piñera fue un recibimiento pírrico. El respaldo de la UNASUR y la designación de Maduro como
Presidente Pro-Tempore del MERCOSUR, terminaron por dejar nuevamente en
ridículo a los dirigentes de una oposición, empeñada en jugar al desconocimiento de la Constitución
y la voluntad popular, como lo hicieron con el golpe de estado del 11A y el
paro petrolero de 2002, engañando
nuevamente a quienes los siguen de buena
fe.