José Enrique Finol ✆ Jesse Hernández |
Johandry A. Hernández
Es un observador de la cultura. Pero no de esa cultura que
se percibe abstracta o, quizás, inaccesible. Le interesa más bien otra cultura,
la que se convierte en una maquinaria de prejuicios o idilios. Sus ojos se han
posado en los eventos más cotidianos del país: justo allí donde la gente espera
encontrar en un velorio un mero acto de despedida del muerto -y no otra cosa-,
en la fiesta de los 15 años un baile romántico -y no otra cosa- y en el show
del Miss Venezuela puro derroche de belleza -y no otra cosa-.
Y aunque los velorios ya no son tanto para llorar al muerto
(también se cuentan chistes) y en los 15 años importe más beber whisky gratis,
esa cultura tan venezolana hará sus mejores esfuerzos por ocultar estas
“descortesías” para confirmar al mundo un prejuicio tranquilizador y seguir
mostrando que en efecto los velorios son para despedir al muerto, los 15 años
son un baile romántico y el Miss Venezuela es, oh, puro derroche de belleza.
Pero en esos episodios él ha visto otra cosa. Ha develado
que en los eventos más cotidianos de la vida venezolana se afianzas los hilos
más imbricados de nuestra identidad. José Enrique Finol -uno de los
investigadores de la semiótica más prestigiosos del país- se ha interesado en
ese tipo de cultura. Y por eso ha dedicado los últimos 40 años de su vida en
estudiar qué significan los actos más simbólicos de nuestras costumbres.
Respaldado por una carrera académica soportada en más de 100
trabajos publicados en revistas científicas del mundo, Finol será el único
latinoamericano en ofrecer una conferencia plenaria en el XI Congreso Mundial
de Semiótica que tendrá lugar en octubre en China. Antes, sus amigos de varias
partes del mundo, sus tesistas, estudiantes y amigos, le rendirán un merecido
homenaje en el VII Congreso Venezolano Internacional de Semiótica la próxima
semana en LUZ. Pero antes, habló también sobre esa cultura que tanto le ha
intrigado.