Especial para La Página |
En poco tiempo
se han desarrollado los elementos centrales que configuran una nueva situación política, que
anuncia una recomposición del
campo de fuerzas y se comienza a
establecer los límites de lo
posible y necesario en este
ciclo democratizador que nace y que recompone y recrea las
esperanzas de avanzar
a un nuevo proyecto democrático
para las mayorías.
Desde que las
fuerzas oligárquicas usurparán a
sangre y fuego el poder legítimo a un presidente electo
democráticamente, en 1973, y
llevaran adelante un proyecto
depredador, antinacional y anti popular, una intensa confrontación ha tenido
lugar desde entonces, conflicto que
en ocasiones ha sido abierto, y
otras larvado, soterrado. Ese conflicto
ha permanecido oculto en medio de los
dolores de la sociedad, y ha
estado latente como una esperanza siempre renovada de que Chile
puede ser distinto, donde
a sus jóvenes se les quiera, se les brinde educación de calidad
y accesible a todos,
sin tener que endeudarlos por
décadas; en establecimientos educacionales que se inspiren en el bien de
Chile y no el lucro; donde a los
adultos mayores se les trate con dignidad y vivan una vejez feliz acorde a los esfuerzos de toda una vida, o que los
niños y niñas puedas vivir y crecer
saludablemente en barrios acogedores, donde imperen de verdad los derechos humanos.