Milton Friedman ✆ Donkey Hotey |
Especial para La Página |
Los economistas empiezan a estudiar psicología y los
psicólogos empiezan a estudiar economía. Es difícil determinar si el dinero
produce locos o si la locura hace que el dinero se diluya. El mundo parece
estar en caos. En todos los periódicos especializados y en todas las revistas
de economía abundan los malos comentarios y las acusaciones.
Gerentes que deciden mal, presidentes que practican la
corrupción sistemáticamente, inversores que fallan más que los pronósticos del
tiempo y profesionales que trabajan duro para irse de su país, hacen del mundo
un pandemonio.
Lo que hay que hacer es parar, respirar y observar. Vamos
demasiado rápido y nuestro automóvil no cuenta con los frenos necesarios ni con
los sistemas de localización suficientes para evitar un accidente.
Escuchemos con atención al viejo filósofo José Ortega y
Gasset: "He perdido toda ilusión que
consista en esperar, salvo excepciones, de españoles y argentinos que entiendan
por leer u oír otra cosa que resbalar del significado espontáneo o impresionista
de una palabra al de otra".
Esta triste lección fue pronunciaba por Ortega hace muchos
años, pero no lo escuchamos. Hasta el modernísimo Paul Krugman, desde su blog
en el New York Times, se queja porque no aprendemos del pasado.
No sabemos leer, pero sí saborear gráficas de barras, de
pasteles y demás delicias. Es típico que nos pidan lo siguiente: "…por favor, haz el reporte breve y con
muchas gráficas, pues los dueños no tienen tiempo para estar leyendo todos tus
argumentos". Bueno, pues gracias a las prisas el mundo de la economía
se está derrumbando.