En nombre de las luchas históricas de los
pueblos (y de sus líderes) hemos visto traiciones de todo tipo, especialmente
contra las ideas. Hay saqueadores semánticos seriales preparados para
traicionarlo todo con bombas de falsa conciencia entre las que destacan: 1)
discursos inflamados e inflamatorios carentes de sentido crítico y
auto-crítico; 2) idolatrías estatuarias y 3) misticismos de ocasión para santificar lo
que debería ser siempre telúrico y carnal. Todo con filantropía jet set.
Tal como han hecho, por ejemplo, con el Ché y con muchos otros líderes y luchas
revolucionarias.
La revolución socialista en el campo semántico ha de encarar
principalmente a la ideología de la clase dominante que ha hecho metástasis en
todo el tejido de las relaciones sociales. La encontramos hasta en la sopa. La
vemos en nuestros gustos y creencias, está en la educación y en
la cultura, en las “tradiciones” y en las imaginaciones. El capitalismo se ha
infiltrado como plasma ideológico incluso en pensamiento de su
sepulturero